martes, 29 de julio de 2014

  Tu querer es un piquete de mosco que me deja roncha, estoy sacándome sangre, rascándome duro, la comezón y la fiebre. Mejor uso repelente para que no me molestes.
  El aguacate es un poema que el verde ha comenzado, la Selva Negra arrasada por un torbellino de ambición que proviene de Tancítaro, la verdadera capital del desenfreno pseudo vegetariano, el aire violento y emprendedor rasura los árboles desde la raíz, es la maldición del agricultor del dinero. Abono, jornaleros, camionetas de lujo, empacadoras, corridos y secuestros. Así las cosas en Alemania, cuando se guacamoliza al Dasein.

Uau uau

Hay un perro que de tan sucio parece viejo, pero es joven y mueve la cola, lo llaman Diógenes, vive feliz en la plaza del Carmen, come lo que le dan, sigue a los pobres y los pobres lo siguen a él. Evita a los protectores de animales, él está en su reino, sin muchas necesidades. 

Se equivocan los que piensan otra cosa, son necedades de gente loca, Diógenes sabe lo vanidosas que son las personas, ayudan para verse bien ante los demás, jamás es gratis su amistad. Los otros envidian la libertad del perro, por eso lo quieren apresar y darlo en adopción, la cárcel de una familia bien. Pero Diógenes es más listo y no lo han podido atrapar. 

Son otros perros los que viven tristes. Trabajan día y noche, van en sus coches, intentando ser felices. Si al menos tuvieran la lástima pública de esta ciudad, como Diógenes, pero no, esta ciudad los ignora, lastimada por tantas bombas de indiferencia. Ah, perros que no son perros, a pesar de comer carne a diario no están contentos, como Diógenes, el perro, el verdadero. 

Una señora vestida de negro que carga bolsas y lanza denuestos a los paseantes, le da comida a Diógenes casi todos los días, y cuando le entra el recuerdo, habla de su difunto esposo con el perrito, le cuenta de aquel tiempo hermoso, de los años en que aún vivía su marido, porque el perro le recuerdo al muerto. Ambos se hacen compañía. 

Mueve la cola, ése sin raza, aparentemente no tiene dueño, lo único que tiene es un poco de sarna y mucho de sueño. Porque los perros sueñan. A Diógenes no le tocó psicoanalista, es más afortunado con la señora de las bolsas, la que dice groserías a los transeúntes. 

En la misma plaza en que habita el perro y la señora de negro, todavía se encuentran magos y prostitutas. Diógenes les regala su amistad, ellos le dan una caricia distraída, el chiflido de los también solos pero contentos. Diógenes es rico, y ladra de felicidad cuando te ve pasar.
  Agradecías al cielo la ayuda que te había mandado cuando de pronto un rayo te cayó encima, te partió la cabeza, te hizo trizas. Quedaste carbonizado, eso me dijeron, bueno, en realidad ya no quedaste, te fuiste a la velocidad de la luz. Podríamos hablar de la injusticia divina pero creo que ni Zeus ni los otros son amigos o enemigos, no hacen favores ni son jueces, simplemente les importamos un carajo. Jehová, si existe, tiene problemas más importantes que atender, está ayudando a recuperar la tierra prometida de su pueblo elegido, es un mamón, amigo de los malos. Tal vez si le hubieras pedido a Satanás que te ayudará, no lo sé, ¿Molok, el de los niños arrojados? Los dioses y los demonios ¿son o no son? Hacen caso omiso de nosotros, nos ignoran, mírate, es cierto, discúlpame, ya no puedes. Lo que pasa es que nos olvidamos de la Naturaleza, de los elementos que siempre están ahí: viento, agua, tierra, fuego. Pensamos que en nuestras casas estamos muy seguros y no es así. En fin y tu fin, acá no es el paraíso. Descansa en paz, le pediré a Ome Tochtli que te cuide, éste sí ayuda, ya he bebido de su sangre.

Lo que queda

El frío de la conciencia por fin hizo daño
Nos resfriamos de venganza y no fue un cuatro de julio
Pisoteamos a los que antes nos miraban desde arriba
Les cortamos las cabezas ante los ojos de Siva
Sus cuerpos echamos a los perros
Vomitaron
No les hizo bien el alimento con gusanos
Qué culpa tienen los perros de que Washington exista
Los corruptos alzaban la mano para votar en contra
Lanzamos pintura roja sobre la Casa Blanca
Quemamos las banderas con petróleo
Entre muertos caminábamos buscando los restos de Bush
Padre e hijo y también el espíritu santo americano
Queríamos ponerlos como ejemplo
Pero había tantos y tan iguales
Parecía un suicidio colectivo
Porque si los matábamos a ellos algo moría en nosotros
De Francisco Franco a Enrique Peña Nieto
Había banqueros y también soldados
Algunos buenos y otros muy malos
Nuestro reflejo en la historia del espejo
Para lograr la paz es necesaria la violencia
O quizás es que la paz no existe como algo permanente
De cualquier manera nos encontrábamos armados
Nos contradecíamos una y otra vez mientras avanzábamos
Los cinco continentes se estaban revelando
El himen de lo que ya no puede ser
Se había roto algo irreparable
Dignidad
No el coraje
Por eso la rabia consumió la poca razón que nos quedaba
Queríamos conocer la esencia del mal
De cualquier manera ya estábamos ahogándonos
Desde hace tiempo cerrábamos los puños hasta hacernos daño
Ahora conocíamos el infierno del cuchillo
Abrimos pechos y sacamos órganos todavía palpitantes
Somos muy parecidos en el cochambre de la sangre
Frágiles
Entonces por qué la desigualdad extrema
Nos preguntábamos tantas cosas
Ahí estaban expuestas las verdades y también las diferencias
Tripas democráticas que escurren las vergüenzas viscerales
Nuestro hígado se quedó en Panamá
Nuestros riñones en Puerto Rico
Una mano en Vietnam y una pierna en Irak
Y la semana pasaba dolorosamente
Empalamos a los jueces este jueves
Japón y China reivindicaron sus plazas con matanzas
En Corea revivió la esperanza a punta de granadas
Hocicos engañosos que ya no pueden mentir más
Hocicos callados a punta de patadas
La inversión de lo invertido en la noche de los gritos
Cómo apesta la avenida del Progreso con tanto cadáver
Es medio día putrefacto
La consigna es destruir lo que no sirve
Unidos dividimos al gobierno de lo absurdo
Ya era hora
Sin reyes ni fronteras
Se acabaron los héticos tiempos
De la palabra al hecho existe Afganistán
Políticos que nada más y nada menos hicieron
También pensamos en sus tumbas
Un agujero tan grande como el miedo
Ellos ignoraron la fosa común en la franja de Gaza
Pero ahora son asesinados los asesinos por nuevos asesinos
Desde Sión vemos a los niños corriendo y sonriendo
Porque siguen vivos aunque sólo sea en este poema
Más allá del Ya Basta están los campos de exterminio
Es el recuerdo de la ignominia que nos acompaña en la batalla
La última guerra sin juicio final y sin acuerdos de paz
La venganza de los miserables que somos millones
El mismo grito en varios idiomas
Contagiamos al mundo de una justicia falacia
Nos falta lógica pero no ganas
La justicia del aquí y ahora
Es cierto
No conocemos otra solución
Mienten en las universidades
Mienten en las iglesias
Mienten los que dicen que habrá un cambio de conciencia
Guerra aquí y ahora
Todavía hay hambre y descontento
Por eso la rabia en las palabras
Un epitafio de locura en nuestra tumba descompuesta
Antes de que una bomba de silencio estalle en nuestras bocas.
  Entras al baño para quedarte encerrada en él. Tocamos, te gritamos, esperamos que nada malo te haya pasado, no lo sé, suicidio o al menos mucha sangre. Intentos desesperados y fallidos para abrir la puerta, un cuchillo, un buen golpe, ya está abierta. Te sacamos como podemos, dormida y ebria, con la cabeza ladeada, como si fueras un soldado herido en el campo de batalla, auxiliado por sus compañeros. El anfitrión ofrece su cama para que duermas en ella. Te llevan al cuarto y ahí te quedas. Cuando me voy de la fiesta, porque esto es una fiesta, voy a verte, a preguntarte si estás repuesta y con ganas de irte a tu casa, te ofrezco compañía y me mandas al carajo, ¡no molestes!, dices, y me voy al carajo dejándote tranquila.
  Hay un tubo oxidado por el que viajan los pensamientos míos, un desagüe de ideas que descarga en el río mis vergüenzas: el detergente de mis ocurrencias, aguas negras de lo que digo y escribo. Contamino a medio mundo: ratas, cucarachas y poemas. Y no me da pena, no siento culpa, aunque mis deshechos sean los más asquerosos sigo bajando la cadena de lo que creo.
  Él es el hombre, no lo molestes, ¿que está orinando? Ahora ya sabes que venimos al mundo para llorar, a inundar las calles de amarillo. Ignorancia es una lancha en la avenida. Él es el hombre, se ha manchado su pantalón, unas gotas de recuerdo, la vergüenza como hado, no se lo digas, ahí se ven, se notan aristotélicamente. Ayer hablamos de las lanchas que se quedan sin regresar, nada más para gastar. Él es el bueno, aunque no sepa nadar. Mira, observa su caminar, son las rimas y estas horas del andar, ¿él es el hombre? La impresión general es el descontento, ahora ya lo sabes, vayamos a cantar.
  Son las cinco de la mañana y voy en el transporte público, exponiéndome, diciéndole a la gente "le pasa de dos, por favor", lo digo con mi aliento de perro, ladro y muevo la cola. Son las cinco de la mañana, cinco con quince minutos, y veo tu carita de borracha que me encanta y me embriaga, me embriaga más de lo que estoy, y créeme, de verdad estoy ebrio. Repito las cosas, me las digo a mí mismo, aunque impropiamente sea, devengo en un montón de mentiras, pero me gustas y no traigo para otra combi, ¿me prestas?
  ¡Timbal, conga, clave y un repicao! Inventando la letra y la tonada, sonriendo a las muchachas, ha de bailar toda la madrugada, reinventándose al compás de la guaracha, la cumbia y el bolero, convidando a los presentes de lo bueno. Bebiendo mezcal o algún ron bueno. Dame salsa: Colombia, Cuba, Puerto Rico y Tepito, aquí el estrépito del alma, mambo y muchas ganas. El cantar de los cantares con jaleo, un buen canchondeo con la plena atrabancada. Oye, pero mira qué chico tan más encantador, toca el piano, el bajo y el tambor. Viene cayendo del avión, allá está, con su pelo pintado, pantalones ajustados, la cadena que sale del bolsillo, no lo calman, ¡dale suave! El ritmo que te atrapa, chacha la muchacha y un mucho de sabor, agua salada, guaguancó la compañía. Oye, ¿y cómo se llama? Se llama Alejandro y es rumbero. Tres de la mañana, es tiempo de salir del agujero. ¿A dormir? ¡Qué va! Apenas comienza la timba en su cabeza, su corazón y una cerveza.
¿Por qué no me visitan las luciérnagas?
¿Hay algo que las asusta?
¿Serán las luces artificiales que iluminan mis vergüenzas?
Todavía guardo el frasco de la infancia donde las hacía presas,
aún tiene la sangre fosforescente de su angustia.
Eso es, fue mi violencia, mis ganas de tortura.
Quiero pedirles perdón,
decirles que lo siento,
que también carezco de alas,
que me han aplastado,
desangrado varias veces.
Y he cambiado, eso creo.
Pero ya no vienen a mostrarme su inocencia.
Me han dejado con mi ausencia.
  Noche, abre la puerta de tu casa, una entrada que es salida, voy y vengo, merodeo, roto trasladándome hacia ti, tocar la puerta con manía, tirarla a punta de meteoros. Fácil digo que la madrugada es tu agonía, lo digo Noche, dije luz, agua, comida, por eso vengo, abre. ¿En dónde guardas las estrellas? Son fugaces, me decías. ¿Con qué pagas la renta? Noche, pierdo las apuestas ganando en sueños y mentiras, pierdo porque avanzo dando vueltas con la cara levantada, confundiendo aviones, satélites y ovnis. Luna Noche, luna sin día, estoy quebrado y he de caer y levantarme estas veces: veinticuatro más una. Parpadeas de nubes, me aprovecho, salto la galaxia de tu barda. ¡Noche, llama a la policía!
  En la tienda de la confianza ya no fían. ¿Que lo pasado está atrás? Lo que fue no se va, sigue estando con nosotros.
  Jardines, zoológicos, iglesias y escuelas, puras trampas impuras. Baratijas de la verdad. Y el trabajo, triste monotonía asalariada, ocho horas en las que tu dignidad es un trapo. ¿Algo más? Sí, el amor, con azúcar, dos cucharadas por favor.
  En la madrugada, borracho y drogado, te abrazo y te robo un beso. Pero no estás, es el poste, abrazado de un poste como la canción que suena en la camioneta del narcotraficante. Yo también trafico con sueños cuando te busco. Sé que en mi bolsillo no vive un peso, podría asaltar todos los bancos del mundo si me lo pides, traigo esta navaja oxidada y estas ganas de verte. Mataría por ti, sería un kamikase y abrazaría al presidente y lo haría volar en mil pedazos, si me lo pides. Tú ni te das cuenta, soy un delincuente, una basura, lacra de la sociedad, ¿y qué?, puedo soportar las penas de muerte por más norteamericanas que sean, todas las sillas eléctricas y todas las inyecciones letales, nada más no me digas que te vas, que no estás, porque me duele, lloro. Te pido un abrazo, sólo un abrazo, antes de que los policías comiencen a torturarme, antes de que corten mi pelo y mi libertad, mi última voluntad es verte.

lunes, 7 de julio de 2014

La auto-conmiseración en vez del simple pero complejo acto del trabajo

  Mamá, soy tan obvio en esto del hambre. Papá, hubieras hecho algo de tu vida, hubieras hecho algo de la mía, tal vez tirarme al río sucio del olvido, nadie llora la muerte de un esperma. Mediocre cadena de la existencia pobre en la que participo día a día, las más de las veces quisiera no despertar, seguir en la pesadilla, ahí no hay hambre, lo que hay es un ave negra que devora mis intestinos una y otra vez, me angustio en el sueño pero no hay dolor, no hay promesas. Soy un eslabón que concatena nada, pero ustedes no tienen la culpa, ustedes leen o ignoran esto, y si lo leen ¿qué más da? La culpa la tiene el cristianismo y sus reverberaciones, la culpa es mía por haber sido monaguillo de la mentira, mi situación, mi circunstancia, mis falsas esperanzas escritas en una carta a los reyes magos de la comida; cuando era niño quería ser abogado para ayudar a los necesitados, quería ser médico para curar a los enfermos, cuando era niño quería ser tantas cosas menos esto que soy ahora. Las obligaciones fisiológicas me hacen consumir la última papa del frigorífico desconectado por falta de luz, la esperanza remota de una limosna, el cese del deseo, ¡basta ya! Voy al baño a oscuras, mancharse los pantalones, masturbarse en un rincón, volver a mancharse los pantalones, la última verdura que no es verde engaña al hambre que no miente, mi estómago es el multifamiliar de las lombrices. Ni televisor para empeñar, ni un miserable radio en donde digan la miserable hora, cada quince minutos una voz alegre repite la canción de la desesperación, son lo vecinos que me recuerdan lo bien que están ellos. El miedo a la acción corroe mis ganas, mi fracaso al no poder cortar mis venas, colgar mi cuello, tomar veneno. Suicidio, torpe suicidio, mejor saco a pasear al perro que soy, mejor asalto una tienda, mejor secuestro, mejor sigo escribiendo enunciados que no hacen daño. Mejor le doy un beso al espejo que sí tengo.

De poemas cinematográficos y otros refrescos

  Se me ocurrió una frase para el comienzo de este filme: Ningún juego de palabras resucitará a los muertos, la retórica jamás multiplicará panes y peces. Ahora sólo falta la producción, los vestuarios, la fotografía, los actores, el director, la música, el festival, la bella chica de la taquilla.

  Padre que abandona a su hijo crucificado, excelente tema para una película taquillera. O este otro, un médico se levanta en armas contra los sicarios que han azotado su dignidad y la de sus paisanos, el ejército apresa al médico cuando éste apenas iba a dar una mordida a su pollo infeliz, el pueblo enardecido se prepara para la final del mundial y el mártir médico es humillado por los judíos, mismos que gritan Barrabás mientras se lavan las manos.

  El problema es que tendríamos que viajar a Brasil para buscar a los niños nazis de los que escribió Ira Levin. La comisión del engaño es federal, cuidado, tienen mi número de la suerte, este guión no está terminado, así parece cine contemporáneo. Animación para adultos: El almacén de tubos y el material de perforación se encuentran en la plataforma petrolera tomándose unos barriles del negro elixir que está de moda, la península de Yucatán los observa detenidamente desde su chupada y curvada existencia, una orgía de recursos naturales, el mar contaminado como primer actor. Mientras tanto en Morelia, Febo, rey solar, contempla los cadáveres de una familia recientemente acribillada por error irreversible, los hechos se registraron para no tener retardo. Madre, padre y dos hijos adolescentes, un primer plano del osco rostro amarillo del dios griego. La toma se abre y Febo los acaricia con sus brillantes rayos, tiernamente calienta sus muertes, la sangre secándose en time-lapse, un dibujo rojo que se puede utilizar en el cartel publicitario. Paro indefinido en Ciudad Universitaria, los terroristas amenazan desde ayer con explotar una bomba en la catedral, hoy no han dado noticia y mañana es sábado, la entrada triunfal de los granaderos, el trovador y su guitarra ganando mil pesos cada uno, el pago es por hora, per cápita: cabeza de guitarra. Sin cantautor no habría Che Guevara dirigiendo una cárcel con mucho entusiasmo, destruyendo a los enemigos de la revolución, los contrarrevolucionarios deben de ser exterminados, la canción del izquierdoso, buen título.

  En 1951 el omnisciente Fondo de Cultura Económica publicó La Manzana, poema cinematográfico, de León Felipe. En el prólogo de este libro leemos: “A mí no me importa emborracharme y enloquecer; lo que no puedo soportar es un mundo donde el arte tiene la misma jerarquía que la coca-cola”. ¿Qué pasa después de esto? Las ideas se me atoran en la garganta de los dedos. Paso saliva espesa, primero necesito una definición de arte que convenza, que ésta sea justa y se ajuste al híbrido contexto en el que trato de significar. Dicha definición deberá estar relacionada, de alguna manera, con las ideas de belleza, armonía, forma, espacio, tiempo, diferencia, técnica y refresco de cola. Ya me estoy metiendo en grandes problemas graves, porque ¿qué es el Arte? Analogías. La palabra se niega a ser grito, los días luchan encarnizadamente con el azar para que no se repitan los dos de octubre, ¿qué pasó este día? Me dispongo a ponerme la piyama antibalas, habrá segunda parte, sí, me haré rico.
  Tengo un problema con la creencia en dios y en el amor. Creo demasiado en ellos. Soy un tonto. El tonto hace la felación dos veces, dios y el amor me tienen atrapado, y es de noche. Credo quia absurdum. Creo porque es absurdo. Salgo por la madrugada buscando respuestas, misteriosos personajes me observan, son cuadrados, rústicos y duros. Camino por los muros de las páginas de los Cuatro Libros que escribieron los Cuatro Maestros, son las cuatro de la madrugada. Llego hasta la frontera de la decencia de esta ciudad. En la entrada del Burdel Buen Prestigio yace un cuerpo inerte, es Bakunin, el ruso anarquista que fue despreciado y maltratado por Marx y Engels, una de las parejas homosexuales más famosas de la historia en sentido hegeliano. Me acuerdo y parafraseo las palabras del anarquista dos veces muerto: ¿cuál es la razón, o razones, por la que una existencia perfecta y absoluta, como lo es dios, devenga en seres tan imperfectos y efímeros, como somos nosotros? También el amor es sospechoso de esclavismo. Estoy hipnotizado ante la puerta de mis deseos y un cuerpo sin vida, ser para la muerte. Adentro del lugar todavía hay movimiento. El envolvimiento físico y sentimental de una mujer desnuda es arrebatador, olvido y dolares, le digo adiós a dios y al amor por un momento, traduzco mal lo que pienso, pienso mal después de una cerveza muy cara, ya en la cama de la mañana le digo a la desconocida:

  Vámonos lejos de aquí. Ahora mismo. Suena el timbre. Un perro ladra. Un escritor borracho. No digas nada, sólo vámonos. Si tuviera mi tarjeta verde, ¡hijos de la chingada, mi tarjeta verde!

  Let's get away from here. Right now. The doorbell rings. A dog barks. A drunken writer. Do not say anything, just let us go. If I had my green card, motherfuckers, my green card!

  Ya no quiero ser así, pero lo hago en inglés que no sé, pragmático y vulgar en un lugar donde no puedo preguntar como acá, de este lado, ¿dónde está el bar? Viajo preguntando hasta Europa, es el mapamundi de mi librero. Rezo al revés en francés, Le homme de fue, el hombre de fuego, Dieu ou l'amour, ¿cuál de los dos? Ninguno, ni uno, sí, ambos, los dos son uno solo, creo en al amor a pesar de todas las pedradas de la contradicción, me apedreo yo mismo. ¿Qué es Darwin ante el abrazo que me recibe a media noche? Dios en la palabra es perseverancia, me lo repito en varias lenguas: kami, god, olorun, dumnezeu, bog, deus, jainkoa. Hay más cosas que desconozco pero no todas me preocupan con la misma intensidad, con la misma pasión. ¿Qué existencia no los contiene? ¿En qué lugar está la ausencia de dios y del amor? El portugués es idioma y gentilicio de Pessoa, que también escribió sobre dios y el amor. Pude haber nacido en Rusia o en Nigeria, Puebla o Guanajuato, no sé japonés, no sé mandarín, Lao-Tsé tomó mucho té cuando estaba por explicarme el secreto del lenguaje, de la palabra amor, del principio dios. Confundido busqué a Kung-fu-tsé, "no sé distinguir lo perfecto, olvidé el mandato", esto me dijo el filósofo. Regresé a mi cuarto, eran la cuatro, llovía. Dejé en el escritorio imaginario la pluma del pájaro de la creación, entonces comprendí que el silencio es un beso.
  Un hombre saca una jarra de plástico de su refrigerador y Plutón deja de ser planeta. Una mujer usa pantalón en vez de falda corta y en Estambul el Bósforo se seca. Marinetti está viviendo el presentismo arriba de una patrulla, lo arrestaron porque no vive en su tiempo. Hoy, en medio del miedo y el viento, esta máquina de coincidencias no funciona, ni funcionará, se le atoran las mariposas del recuerdo que no ha sido, coincidencias, predestinación, qué más da. Un tal Caliche Caroma debe mucho dinero y en algún lugar de este planeta tiembla. El futuro del ahora todavía no ha pasado, el reloj se rompe, las estrellas tímidas detrás de las nubes, la llovizna, la narración que se actualiza con los ojos del desconocido, el piano y la media noche.
El mundo se destruye cada vez que alguien se suicida.
Las canciones de los viejos me dejaron
Por aquí pasaban monstruos bienintencionados
Se fue erosionando el pasado tras su paso
Hoy ya nadie anda de puntas sobre los clavos
Este campamento que nunca se fue al carajo
La montaña de polvo tiene muchos alfileres
Detienen la estructura cuando es tarde
En la noche el frío se filtra por los orificios
Demasiados minutos después de las tres
Madrugada exploradora con su linterna apagada
Quiero tocar las nubes negras de la paciencia
Pero mi paraguas dice otra cosa
Poemas de madera que no dan frutos
Llueve mucho para que sea desierto
Gotas gruesas del color del reflejo
Las viejas canciones ya no sirven para amar
Agarro mi mochila llena de piedras
Camino por los vestigios del poema.
  Non vidi, ergo est. Si no lo veo, no existe. Política violenta de la sirena ubicua, la ciudad suena a velorio, hay una organización que, a punta de palos, te rompe las ganas, rico relleno retórico que otrora y ahora con rayos catódicos funciona, satélites de las élites y espías a las vecinas, digitalizada cinética de la información mentirosa proporcionada por el aparato del ver-a-distancia, cubierta ética y los derechos humanos como pretexto básico, vulva con estiércol estéril donde nacen muertas las espiroquetas, y resucitan al tercer día y te hablan de sus fantasías, impera la desesperación, te pica la colita de las ganas porque antes andabas en la nada, la sociedad social del socialismo dialéctico se fractura las piernas con las que allende corría, ahora tiene ganas de regresar a las andadas aunque en muletas poco se pueda hacer, discriminación, separación, segunda guerra arterial, así funciona el lavado en seco, nuestra identidad galleta María, nuestra cultura melodramática, bagaje gabazo, nosotros los pedros infantes viviendo en la minoría de edad y queriendo tomar cerveza fría en tarro sudado y fumar cigarros mal de oro, tener el coito, sexo, penetración y descontrol, escribir los poemas menos tristes aunque esto sea imposible. Seis horas diarias frente a la pantalla sagrada del habla explicado, seis horas diarias frente al monitor de la computadora donde ves pornografía y revisas tus faltas de ortografía cada vez que inseguro estés, el des-ordenador de los impulsos, la perfora cerebros, donde pasan películas cortadas moralmente, la de hacer hijos que te llueve a las nueve. Los dueños: empresarios, enjambres de emporios donde se hacen grandes jolgorios a los que no te invitan por ser avispa. Te regalan las ganas en forma de camisetas, camisas, playeras, blusas, sombrillas, gorras, gorrones, pizzas, enchiladas, lapiceros, balones, rifas y antojitos. La nación cabe en una banana que se come Azcarraga y la cagarraga en la taza de té, cada cabra baba carga, Salinas Pliego los glúteos cuando te veo por el mismo canal del agujero, Eslim muslim porc, en galo en vez de delgado, inglés-francés-expañol, marrana la triple alianza, marrana es la repetición de los programas familiares en horario matutino jabón para la ropa. Las tontas opiniones expresadas en esta grosería no son responsabilidad de la empresa, la gente reza entre líneas presas de un hermético guiño satánico en el sentido católico bohemio, teología de la liberación con Méndez Arceo quien nos habló del hambre de libertad y búsqueda de lo sagrado, el tema y la persona fueron hechos presa de la realeza con vestido negro y gusto por las delicadezas de la primera edad. Homo sapiens. Hombre que piensa. La teoría de la evolución se presume en televisión. Una noticia mexicana: Chiapas, el mejor café del mundo. ¿Habría ominosa marginación? Caótico cólico público.

Interpretación apócrifa de algunos aforismos de Heráclito

  Primera: "El sol es cada día nuevo". Interpretación: Hoy estás libre, mañana en prisión. Un constante flujo, movimiento, porque el río es el sol en el que me baño, el sol y su revolución cantan una canción que el gallo se sabe y repite puntual cada día que no sería tal sin la participación del abrazador Curicaueri. El sol y su metamorfosis constante, la gran hoguera que se conoce por el número tres. El fuego del poema quema la petición de principio que aparece en el argumento de la mañana. Alterar el cambio, decir que costó más, el efecto termita que levanta un castillo de lodo, el calor lo solidifica. Contra el sol los cines, oscuras bodegas donde hay palomitas. Se acabó, no existe más la permanencia voluntaria, los cines se han aburguesado, los señores con sus sombreros de copa no dejar disfrutar la película. El sol de Michoacán pega duro, las jornadas han sido largas, aquí en provincia el clima está en constante cambio, es como un grito, una voz de la tierra que insiste en algo, pero descifrar el mensaje es tarea para los niños que van a la escuela rural. Segunda: "Los mejores prefieren una cosa sobre todas: en vez de lo perecedero, fama sempiterna. Mientras que los más se sacian como animales". Interpretación: El verdadero fin del ser se encuentra en la calle Paseo del Roble, número cuatrocientos doce, ahí sí que son voluptuosos, banales, comen carne de humano que sacrifican en la Gran Hoguera. Tercera: "Este mundo, el mismo para todos, no lo hizo ninguno de los dioses ni ninguno de los hombres, sino que fue desde siempre, es y será fuego siempre vivo que se enciende mesuradamente y mesuradamente se apaga". Interpretación: Cuando hayamos ahorrado lo suficiente como para comprar dos o tres cilindros de gas seremos felices. Por muchas cosas que se digan no romperán este principio, todo es cambio, guarda las monedas de cincuenta centavos porque la guerra está a la vuelta de la esquina.
  Bolsa de valores llena de fetos abortados, ¿has oído hablar del pájaro de la paciencia? Te cuento que ha sido capturado por los esbirros del oportunismo, cortaron sus alas de esperanzas con las que volaba por encima del excremento de los tres poderes y del sentido común, sacaron sus ojos con los que veía el amanecer de la repetición interminable, el único bastión de esta especie en extinción eran las migajas de pan que una señora les lanzaba, esta señora se llamaba razón, pero ahora está muerta. Un pájaro es muchos pájaros, muchos pájaros son un engaño, en esto radica la democracia. También han atrapado al pájaro nalgón que protestaba y se organizaba y se tiraba pedos que olían a fruta seca, fue el cazador que contrató el pueblo anti-pájaros, pobre pájaro del mar de la información. Ahora me hablo a mí, porque me conozco y he leído a Walt Whitman, me gusta citar a los ausentes y alardear que he leído más que nuestro presidente. ¿Nuestro? Sigo. No es un pájaro, es el plural que está cansado de tanto opinar, somos varios los espermatozoides desarrollados en este juego del estira y afloja. Nacimos de un huevo, por eso aquello de vivan los huevones cabrones. Te cuento. Jaula de plástico expuesta al sol, la vi, la inteligencia no es colectiva sino coercitiva, cuando vas al estanquillo de la esquina ya no hay tienda ni quien te entienda. El pájaro logra escapar, los pájaros logran huir, se dirigen a Canadá, van hacia el sucio norte, duras y largas penas en este viaje obligado, el trayecto de rodillas junto a los niños sin madre, junto a las madres sin hijos, ilegales como el comercio informal, fuera de la ley como el cigarro de marihuana, una señora que vende chicles americanos me dijo en francés: Où demeurez-vous? Le contesté con groserías para ocultar mi ignorancia. ¿Has visto a un pájaro de rodillas? Continúo en la ornitología migratoria. Morenos hombres pájaro, pájaros mexicanos al grito de puto, los pájaros no ganan mundiales, los pájaros ven a sus crías devoradas por los lobos y aplauden de alegría. Mujeres que dan a luz eléctrica, los abuelos y las abuelas están siendo aplastados por un tanque de guerra que enarbola la bandera nacional. Las aves cautivas que los miran pasar se muestran agresivas, graznan los gansos de corbata y traje, odio para aquellos que no se quieren quedar, los soldados rata preparan, apuntan y fuego. La purificación del estado, la perforación de la tierra, el petróleo y la primera dama con su vagina rasurada lanza un discurso, el discurso explota en Tepito, mata a cientos de bebés, pobres angelitos, pajaritos en el aire, pequeños brazos y piernas embarrados en la avenida de los Panaderos. Si esto fuera un zoológico galáctico nosotros seríamos cucarachas espaciales, un maldito zoológico de engaños, cárcel de animales que lamen sus miembros expuestos, somos animales interdictos, unos estúpidos animales que viven la ilusión metafísica del paraíso y el infierno, cielos hermosos con sexo anal y sin infecciones, leones y venados corriendo juntos, mormones tomando café junto a musulmanes liberales, hemos perdido el instinto de conservación, las latas de sopa pop suenan, es la orquesta del cáncer, el alimento para palomas que no son de la paz, cambiamos el oro por espejos quebradizos, el hedonismo fácil del control remoto se ha instalado en el microcosmos familiar, el nido repleto de gusanos, del celular al cambio de sexo, último modelo del suicidio que anuncia la televisión, computadora portátil con pistola incluida, internet como alpiste, bardas rayadas que ya no expresan aquel sentir de los años ochentas, se vende, se renta, no busque más, móvil español, los catalanes buscan su independencia, a los rusos les llueven extraterrestres, Obama se puede ir al carajo mil millones de veces y si en dios confía pues buena suerte. Te hablo a ti, me hablo a mí, somos nosotros aquellos pájaros que las resorteras matan.

Deprecativo en tres partes

1. La suerte está echada, voy junto a César cruzando el Río Bravo, huyendo del gobierno federal que es el verdadero demonio, me dirijo al infierno sin entender de qué huyo y porqué voy hacia allá, ¿quién es este César que me acompaña? Sé que estas aguas negras no son el Rubicón, ni estoy en la Galia, pero justo aquí, en las situaciones límite, está el valor de lo antiguo, la enseñanza de los clásicos, su sentido más profundo. ¿Dónde está el palafrén que me salvará de este escollo? ¿Quién se lo robó? Huyo como las ratas que saltan del barco que está por hundirse, sin saber que en todas partes está mi deletéreo fin.

2. Me han hecho firmar mi retractación, las miradas acusatorias son cuchillos oxidados que me trepanan la cabeza, los murmullos que provoca mi palinodia se escuchan como un tren de muerte que avanza cansinamente, el rubor colorea mis mejillas, la vergüenza pesa y yo soy tan débil. Canto esta canción del arrepentimiento forzado, canto mal la capitulación.

3. Soy un prevaricador, he faltado a mi deber, ahíto conmigo mismo, impropio llevo mi cuévano cargado de culpa. He pasado por un tamiz a mi alma, sucia está, soy un turiferario del poder, lamí las botas militares, los zapatos negros de la burocracia. Mi espíritu yermo va, ya no tengo nada, y yo que creía ser una bibijagua feliz.
  Poniente palpitante, ayer lugar de la blancura, hoy campo mancillado, región de las mujeres muertas que resucitan en cada flor, ellas sonriendo se regeneran, región del eterno femenino, antes del medio día, con los primeros rayos del sol, la danza comienza. Poniente que baila, donde nace el agua de la civilización sin fábricas, sin automóviles, donde no hay más humo que el de los fogones, puente mágico entre los dioses y los mortales. Parece el fin, únicamente es apariencia. Piedras y ardillas, un centenar de estrellas nos vigilan. El Golem furioso camina entre montañas, desafiando a los espíritus arbóreos, sin dirección, sin rumbo avanza, el Golem es el progreso, cambió la arcilla por el acero. La Madre, que todo lo contiene y sostiene, detiene, inmoviliza, destruye al Golem. Pero éste es uno de tantos, infinitos intentos por destruir el principio, la historia de este cordón siempre tenso, el horizonte es una guerra intermitente. Poniente, donde las mariposas son brújulas.