domingo, 27 de diciembre de 2015

En la mañana el sol pega despacio, un viento lento y frío juega con las nubes a dibujar señales en el cielo. El grupo de borrachos que salen del lugar, bar restaurante punto de encuentro que no cierra jamás, admira el amanecer con una vehemencia de enfermo que sana a pesar de los malos pronósticos. Aquella parece un jinete sobre un dragón, la otra es como un submarino herido y la de hasta allá tiene forma de falo hipertrofiado. Tamaleros que van subiendo la cuesta arriba, hacia el centro, traen de chile rojo y verde, de dulce con pasas. Un franelero lava su primer y quizá único carro del día, afuera del cine Arcadia corre el agua sucia con jabón. Las Sex Shop's están cerradas, en la esquina se nota que es domingo. Combis, camiones, taxis van vacíos, nadie les hace la parada, nadie les da un billete de 500.
Él es el borracho y tú los tacos ahogados de la esperanza.

No robarás

Contaste el cuento que nadie se sabía, contra todo pastiche de pastiches, lo lo tuyo era original, único, lo contrario del lugar común, del remake. Causaste tormentas como aplausos, sonrisas de las chicas, cervezas de la barra. Al terminar el alud de las felaciones virtuales, cuando la algarabía de los impotentes literarios cesó, un señor se te acercó y te cuestionó: "Disculpe, ¿sabe usted lo qué me ha provocado con su lectura? No me conteste en la inmediatez, mire mi rostro, piénselo bien." Te quedaste sin habla, cosa rara para un escritor, la imagen de aquel señor, arrugado y mal encarado, era la contradicción de toda felicitación. "Me imagino (dudaste y arrastraste las vocales) que no le agradó, ¿es así? Puedo entenderlo, incluso Borges tiene detractores." Fue ahí que notaste que aquel señor arrugado, medio ciego y encorvado era Jorge Luis, Te echaste para atrás, asustado, como en un acto de defensa, sabías del Episodio del enemigo, del juego de espejos, de las bibliotecas inventadas, el argentino podía estar armado, o peor, tenía la capacidad de encerrarte en un laberinto. Saliste corriendo del lugar, la gente te miró extrañada, hubo alguien que mencionó la palabra performance. En tu carrera, hacia quién sabe dónde, recordaste el hurto, el plagio, sí, habías robado ese cuento, sí, se lo habías robado a él, por eso regresó, para reclamar lo que era suyo. Entonces detuviste la insana carrera, levantaste tu rostro al cielo y pediste perdón, pero ya era demasiado tarde. En la tertulia Borges volvió a contar el mismo cuento, hubo más aplausos que la primera vez, más cervezas y sonrisas. Lo que ya no hubo, y no habrá sino con engaños, fue otro Borges.

John Travolta Confundido da las gracias por los sucesos acaecidos recientemente o de cómo le doy vueltas a la tortilla a pesar de que es bolillo

En esta inercia de los trabajos de los días y las noches, con sus faltas a la moral, las deudas a los amigos, desconsideraciones sexuales y enfermedades de la razón, encontré a más de un espejo que me sonreía y no precisamente en un páramo, sino en una calle llena de camiones urbanos que aceleran por la impotencia del no poder pasar; el nombre de la calle es algún héroe desconocido de la dependencia al chemo o de la revolución de las licuadoras. No hay calles con nombres de guerrilleros, ¿o sí las hay? Si las hay que me las presenten. 

Digresión en cada raya de la banqueta, me paro con mi chaqueta en brazo, volteó para uno y otro lado, confundido. Digresión en las otras rayas, las de los choferes que manejan con el culo, de ahí que se les vea la mitad que los divide restregando el parabrisas de sus conciencias, como si la lluvia viniera de adentro de los vehículos, por eso nunca vencen, por eso nunca pasan. Y yo paso junto a mis compadres, les digo, solemnemente, ya me voy, al rato los veo, pero recuerdo que nos habíamos quedado de ver, nos vimos, luego qué, para qué. Recuerdo algo viscoso, ¡ah ya!

Sí, la risa, ese gesto de la inteligencia que lo comprende casi todo, como el gif de Travolta. Digo casi porque me gusta quedarme en la orilla, como el meme ontológico en que se ha convertido la Virgen de Guadalupe o el Cristo de ojos azules que me mira como espía soviético, ahora Rusia, mañana el fin del mundo. 

Convencido de que esos espejos que ríen lo hacen sinceramente, aquí, en la Ciudad de México y en Oaxaca, voy. Sí voy, me cae de madres con alas, alacranes que sí, porque el ergo ídem. Agradecimientos a fulano y a perengano, la situación sentimental del hacer literario fue superada por el gesto doloroso de un cantante callejero que me encontré en Uruapan, país mítico suspendido en las rodillas del diablo. 

Así llegaron los abrazos compartidos que se agolpaban en la fila al concierto de los hola. Canté, brinqué, incluso intenté desvestirme, pero mi cuerpo hace mucho tiempo que anda por su lado, el lado oscuro hacia Quiroga, con el famoso Don Carmelo (mítico), el de las carnitas.

Pedí cafés con leche, me senté en los segundos pisos para mirar desde arriba las manifestaciones que cerraban las avenidas. Entonces pensé ¿Y si no hubiera carros? Recordé que pronto empezaría algo, ese algodón de azúcar de los encuentros literarios que sólo sirven para que escritores más guapos se lleven los aplausos. Y qué bueno que no pedí ayuda cuando me hundía en el excusado, yo mismo me levanté de entre mi mierda. Soy otro, dije, soy otro, repetí junto a Heráclito, pero este cabrón ya se había puesto en lo oscurito. Yo, el perdido a domicilio, el perdidillo sarniento, el la hago de petardo, el del espejo que ríe, sólo dijo-dije-dicen-decimos: gracias.

Josué

Aquel nueve de diciembre de 2014 estábamos en no sé qué cosas de la Librósfera, entonces llegó la terrible llamada, primero fue confusión, no sabían quién había sido, sólo anunciaban que: "se murió uno de los tamboreros que iban con Jorge Pointelin, un chavo flaco y chino, se metió al mar y se ahogó". La especulación duró unas horas, después supimos que habías sido tú. Josué Ruiz Maldonado, tu nombre completo, aunque a veces los apodos se quedan más presentes: Okenfus, Josuesito, El Chino, El Flaco. Los que te conocimos sabíamos que eras tímido, tranquilo, te gustaba hacer las cosas a tu manera, tu tiempo era el de los relojes sin manecillas. Sin y con embargo, como buen ser humano, eras bien cabrón, con harto carácter, aunque escondido bajo el disfraz del "no rompo un plato"; una vez Carlos Equihua dijo que eras Morenazi e hizo un foto-montaje con tu cara, unos soldados alemanes te seguían, eras el Führer moreliano. Tú agraciada estampa, guapo entre los guapos, te volvió un Don Juan Enloquecido, admirabas la belleza femenina y coleccionabas miradas, a ti te quedaba como anillo al dedo esa frase del sudafricano: "Todas las mujeres del mundo me deben un beso". Te gustaba el mezcal, la caguama y la mota. Escuchabas música todo el día, de ahí que hayas aprendido a tocar percusiones, te costó un huevo pero lo hiciste. Anécdotas hay por kilos, como la vez que te caíste cuando ibas a rescatar a Pamela, que también se había caído en un hoyo, todo por buscar atajos inexistentes; o aquella ocasión en la Costa michoacana, cuando los autodefensas nos prestaron sus cuernos de chivo para jugar a los soldados y nos querían llevar a un velorio a las tres de la mañana. Los que te pensamos Josué, nosotros que posteamos chingadera y media en tu muro, sabemos que sigues dando vueltas por aquí de vez en cuando: en el toque del tambor, en los libros prestados, en la tienda de la esquina, en el vaso de chela, en las listas de reproducción que dejaste en tu computadora, en los cabellos rizados de tu recuerdo, en los videos que hiciste, en las mujeres que enamoraste. Los que pensamos en ti, Carnal, te queremos, nos haces falta, pero le echamos ganas para vernos de nuevo. 


Atentamente: tus amigos.

Del meme al gif pero sin tango

¡Ay sí, ay sí, soy escritor de las redes! Me burlo de los ignorantes, critico lo mainstream del sistema y posteo fragmentos de mis escritores favoritos. ¡Ay sí, ay sí, opino de cualquier tema! Mi enciclopedia es wikipedia. Twitter, facebook, google, perritas chihuahuas, comparte esto y lo otro, me gusta la inmediatez, hashtag, dale like a mi link. Animalista y vegetariano, ¡ay sí, ay sí, gatitos! John Travolta confundido, ¿vas ir?, fuchi la música banda, narcocorridos y la francesa roba diseños oaxaqueños. Youtube, vimeo, cualquier video con mi netflix, ¿a poco no has visto todas las películas de Tarantino? ¡Ay sí, ay sí, tengo muchos amigos! Stalkeo a los famosos, me saco fotos de todo: lo que como, donde duermo, cago y lloro. ¡Ay sí, ay sí, tembló! El mundo lo cambio con un botón, pongo un emoticón que exprese mi indignación. ¡Ay sí, ay sí! Ahí sí que te equivocas, lleva acento en la í, lo leí en el muro de un wannabe.
Pido perdón porque no puedo pedir fiado, dicen que mañana pero no les creo; el mismo anuncio de siempre, todos los días hoy no, cada segundo que pasa hoy no, mañana sí, el tiempo que si me preguntas me hago bolas y ruedo cuesta abajo con mi pecados: toneladas de carajos. Y me asaltan los piojos y las dudas, los hijos que vendrán a reclamarme lo poco responsable que fui-soy, los padres que no están ídem y las amigas bellas con largos cabellos. Grito, parado de manos en la puerta, que lo siento ciento de veces, sensible me toco el corazón porque soy el hijo que escupe cuando dicen abre la boquita. Además de ser sensual como los gatos que tienen hambre, también me muevo cadencioso entre los lamentos de los diabéticos y los tísicos. Cólicos en los vientres católicos por mi presencia presentante, armónicos pedos me reciben, la fila es larga e india, saludo con una reverencia a las personas que, como yo, no tienen quehacer, fundo mi religión sobre y con ellos, mi pistola les dispara en la tiendita de la esquina, papas, refrescos, chicles, golosinas.
Manifestemos nuestras inquietudes fisiológicas en los altares de la hipocresía.
(Hagamos pipí en las iglesias)

Aquella digresión de hace un año

Chemo cósmico, chemo sideral, así platicaba con Ramón cuando me di cuenta, caí en la cuenta metafísica, matemática y grifa del tiempo que siempre pierdo, la cuenta y el tiempo, la cuenta todavía no, aún no me retiro; repito, me acordé de que ya pasó casi un año desde el adiós de Josué hasta aquí, este hoy que se me encima de memorias. La lectura que haré en la Catedral el miércoles va con dedicatoria para mi carnal, mi amigo chino guapo flaco loco melómano: Oken. También va para el mar, que lo requirió, lo mandó llamar. Josué Ruiz Maldonado se fue un nueve de diciembre (2014), pero seguirá acá mientras no se nos olvide, mientras sigamos hablando de él, yo seguiré chingando, dando lata, chemeando letras que digan Josué.

Para Miguel, el del espejo

Este silencio está lleno de ruido. Todos hablan al mismo tiempo, todos quieren ser escuchados, pero nadie se detiene un momento para prestar atención al otro. Por ejemplo, ése se saca un moco; aquél está enfermo, le queda poco tiempo; el de allá escribe poemas y éste de acá sólo causa problemas. Somos muchos y necesitamos tanto, ¿por qué mejor no callamos un rato?

Bragueta

¿Qué he de hacer yo si no traigo pantalones? Vuelo por un cielo lleno de aviones, ovnis y nubarrones. Cuando desciendo sólo encuentro rateros y una bola de bribones. Camino con disimulo para que no se note que huyo, escondo mi culo como si fuera el oro de la realeza. ¡Cava un hoyo!, me grita el Topo, siempre alerta de la decencia. Hago lo propio, tan profundo como puedo me sumerjo en la tierra, pero ya en el fondo me encuentro con una neta. La gente de este planeta ha invertido las reglas: en vez de aire, humo; refresco de cola por agua; guerras para hacer la paz; ropa para las vergüenzas. ¡Quiero cambiar las cosas aunque no tenga bragueta!

Enfoque borroso

Él es el que sabe de poesía, yo sólo escribo tonterías
Él se sienta a la derecha o a la izquierda, yo disfruto de la vista
Él tiene la última palabra, aquí no puedo hacer nada
Él gana todos los premios, prefiero leer en casa
Él vive en un departamento, yo rento un cuarto con ventana
Él es guapo y alto, yo colecciono letreros
Él domina el pasado-presente-futuro, yo me quedo en el instante
Él sale por la puerta principal, a mí se me hace tarde siempre
Él acaba de publicar, lo único que me falta es el punto final.

Del culo 123

El dinero no alcanza para las cosas que quieres hacer, ni para las cosas que quieres comer. El depósito bancario que remunera tu servidumbre se evapora a pesar de que es otoño. Los impuestos a todo, nada por favor siempre por la fuerza. Llega el fin de semana antes de la quincena y cuentas los pesos que te encuentras en los pantalones sucios: nueve. ¿Para qué alcanzan tus ganas, qué compras con ellas? Tu amiga te pregunta por algún trabajo, algo más o menos digno. Sabes que cualquier recomendación es impresentable. La farsa laboral del contrato a corto plazo, el decir sí aunque por dentro digas carajo. El diario comentario gracioso, el apurarse, la espera de la hora de salida. Los mismos rostros hoscos que se agolpan por un poco de aire a las tres de la tarde, el cigarrillo relajante y el café aguado que se enfría como tu alma. Enajenado te acercas a la oficina del Jefe (uno de tantos tontos), pides un aumento a lo imposible, "ya veremos", te responde. Así pasan los días con sus conflictos, te consuela la miseria ubicua, al menos tienes algo para pasar el rato y la saliva. Si pudieras, si tan sólo tuvieras un poco de dignidad, te resignarías, pero no, te gusta sufrir, revolcarte en tu miseria y escribir lo que te pasa. ¿Quién te paga por decir tanta mamada?

Esquizoanálisis o Edipo de Prados Verdes

Quizá la relación más tortuosa que he padecido es la que tengo con mi padre. Hay un sentimiento extraño, o sentimientos encontrados, hacia él. Lo quiero mucho, por él estoy acá, en esta cosa llamada mundo, cuando fui niño me protegió y, tengo que aceptarlo, me enseñó cosas; el otro lado, y éste es el que me preocupa, se manifiesta por un profundo rencor que a veces se convierte en odio. Al igual que todos los seres humanos la vida de mi padre está llena de tropiezos, malos pasos que terminaron por arrastrarnos al hoyo a toda la familia, puedo comprobarlo en cada uno de mis hermanos y mi madre, en mí mismo (impropio). Los psicoanalistas, católicos y otros engendros sociales, dirán que tengo problemas, quién no los tiene, me recomendarán terapia y algunos barbitúricos, rezos y genuflexiones; no creo en la estulticia profesional ni me interesa mantener a los parásitos del dolor. El punto va más allá de lo consejos que caben en el recto del olvido, tiene que ver con el enfrentamiento de mi origen, del lugar del que provengo, bien o mal. Es como una cuerda floja por la que atravieso, amenaza con reventarse y no lo hace, continúo torturándome y sintiéndome culpable por algo que no comprendo, el vértigo es diario, no me aviento porque abajo es muy oscuro. Esto me debilita, me quiebra, el funambulismo existencial no es lo mío. pero sigo vivo. Llorar para nada hace bien, sólo gasto mis fluidos mientras sigo tambaleándome sin caer. Alejarme ya lo he hecho, sin embargo, en la distancia, sigue existiendo este malestar interior que carcome mis entrañas, la ansiedad consuetudinaria que se manifiesta en mis manías, falta algo por solucionar, falta algo y no sé qué es. He hablado con él de mil maneras, casi casi he inventado un código para que no se sienta agredido por mis palabras. Falló todo intento por redimir lo desconocido, lo que soy, terminamos por insultarnos: soy un grosero, agresivo, asesino de niños (aborto), malagradecido, candil de la calle, inmoral, mal hijo, sobre todo mal hijo. Él sólo es mi padre, porque juzgarlo, estoy entendiendo, es juzgarme a mí; el problema soy yo y la persistencia ontológica que me acontece. ¿Qué he de hacer padre para no seguir en guerra contigo? Esta pregunta, más que retórica, es triste, lo es porque no tengo respuesta y desearía, sinceramente, que él fuera feliz.
El mundo es sólo un tema de conversación.

Etimologías y desastres culturales

¿Un festival en donde no celebren nada? Las autoridades organizadoras se apresuran para terminar de violar las leyes en forma de grupa; las secretarias cuadrúpedas sueñan con una secretaría mientras practican la flexibilidad ante sus jefes. Toman nota con el ano. Discursos rusos en contra de todo, apachurrar el botón rojo es el deseo de los gringos. Verbena paupérrima en los teras del asesinato. Llegaron los camiones extremistas con judíos y musulmanes, vienen abrazados, huelen a carne quemada. Para la clausura, cascadas de caca y amenazas de bombas. Sospechosos mugrosos que agrían las fiestas. El policía más agudo le pregunta a Dios (mayúsculo infundio): "Si usted está en todas partes, tenemos pruebas de esto, ¿en dónde estaba la tarde del 23 de marzo de 1994?". Reporteros reportan que las tortas están buenas. Falta un espectáculo, uno más. En la oscuridad el silencio es rey, la cuestión es sorprender. Entonces ocurre el milagro: Llueven bebés del cielo, próximos habitantes de las cárceles, no alcanzó para los cohetes. Todavía hay incertidumbre en los corazones de la gente porque algunos infantes se estrellan contra el pavimento; bracitos y piernitas esparcidos por la avenida. Los que sí agarraron chamacos huyen de la escena del crimen, alguien tiene que limpiar este desorden. Los pobres son liberados, las cloacas se abren y las bolsas negras se llenan de fresco alimento, las patadas llegan a los hocicos de los perros, que también pertenecen al tercer mundo. La antropofagia es un deporte universal y Tera quiere decir monstruo.

A la moda

1: Antes

Traté de triunfar y obtuve trancazos,
quise ser poeta y me dijeron puto,
soñé con la fama y sólo tenía flemas,
entonces decidí ser terrorista de provincia. 

2: Durante

Camino derecho, escondo la panza,
entro al congreso local, tranquilo,
que no se note que ando armado,
cuando llego a la sala, nada solemne, 
disparo y disparo y disparo hasta que,
ya se veía venir, me disparan. 

3: Después 

Ya muerto, antes del túnel de luz, 
caigo en la cuenta del problema, 
el meollo filosófico que atormenta,
y es que no me abroché las agujetas.

viernes, 6 de noviembre de 2015

Manifiesto Sipuesista

1. Las condiciones socioculturales y climatológicas, los partidos políticos y la polución, así como la orografía e hidrografía del estado de Michoacán, provocan en los habitantes de las principales ciudades del estado-establo una perturbación del habla que se manifiesta por la repetición de dos vocablos que acompañan a infinidad de expresiones linguísticas, si no es que a casi toda la jerga mestizo-purépecha: El "sí pues" ad nauseam. Sí pues el narco, Sí pues la cultura, Sí pues La Re-insistencia, Sí pues tu mamá, Sí pues Dios, Sí pues adiós mamacita, Sí pues sí vino, Sí pues guau, Sí pues dile, Sí pues ya estuvo... 

2. El Nopuesismo es proporcionalmente inverso al Sipuesismo. El Sipuesismo es lo contrario del Nopuesismo, pero necesita de éste para existir, para crear sentido. 

3. Los poetas michoacano-contemporáneos que radican en el cinturón de la pobreza creativa se dieron cuenta de este fenómeno local: la espontaneidad y la fama se conjuntaron para dar paso al agandalle literario. El Sipuesismo se convierte en un movimiento subterráneo inocuo que atenta contra los pilares del la bella poesía: se orinó pero le lavan; raya pero le limpian. 

4. El Sipuesismo derivó, devino en Puesía; a su vez, la puesía modifica al Sipuesismo, lo vuelve complejo en la medida que el vómito clásico es la mezcla del antes de y el ahora interpretativo; remueve las entrañas del pasado con el anular de la mano izquierda del hablar popular; ausculta la opinión pública para conocer su fonética precisa y complaciente, es el hisopo de los oídos posmodernos. 

5. Filosofía y sipuesismo van de la mano como siameses y amantes incestuosos, cada puesía encierra una verdad fayuca que en la dialéctica tarasca adquiere su negación nopueisista: Sí pues-No pues. La síntesis del sipuesismo es un puesto en la burocracia cultural o las extremidades cercenadas de un niño en el MACAZ. Su positivismo pesimista más que un oxímoron, es el resultado de años y años de exposición a la cantera, al aguacate y a la mentira. 

6. Sin nombres, los sipuesistas se esconden detrás del puesto de la changunga, en los gax-panchos del Centro Histérico, se visten de Fuerza Ciudadana, toman café en los portales y hacen como que leen La Jornada o La Voz, pero en realidad están puesitando todo el tiempo, todo "el ahorita", que es la forma como los puesistas miden el tiempo. 

7. Por lo anterior y por lo que viene el Puesismo se destruirá a sí mismo, pasará como pasan las combis por la avenida Madero, sin pena ni gloria. ¡Vivan los hongos de agosto y el atole de grano! ¡Viva la puesía!


12 de octubre, 2015, Morguelia , Michoangastán, Méjico.

Trece

  Martes trece en el que cortaron la luz, se acabó el gas, la quincena, el dinero que me pagan cada quince días, no rindió. Martes trece en el que paso por debajo de las escaleras, convivo con gatos negros, rompo espejos. Martes trece en el que todavía respiro aunque los chicles sigan pegándose a mis suelas.
   Es más fuerte el olor de tus pies cuando usas zapatillas deportivas, tenis anglosajones con el nombre de una diosa griega, entonces llega el príncipe Podos y te besa y tú sudas y no traes credencial con fotografía para comprobar tu abolengo, recuerdas que traes una del colegio, algo vieja, sólo el nombre aparece en la identificación, se la muestras, sí, eres Cenicienta, pero te huelen las patas, no importa dice él, te ama a pesar de los olores, de hecho se excita con la podredumbre. ¿Fueron felices a pesar del mal olor? Por supuesto, porque es muy humano apestar.

Ángel Pahuamba, el color que narra

En su página oficial, angelpahuamba.com, se menciona que es licenciado en Artes Visuales, con la especialidad en Pintura por la Facultad de Bellas Artes de la UMSNH; que tiene varios galardones como el Premio de Adquisición en el Concurso Estatal de Pintura y Estampa “Efraín Vargas”, que obtuvo en 2009; pero más allá de cualquier título o documento oficial, lo que habla por un artista es lo que hace, la creación, los frutos del árbol, porque “por sus obras los conoceréis”; Ángel Pahuamba nos presenta un discurso visual en donde los orígenes conviven con elementos contemporáneos.


Pahuamba parte de los elementos originarios que le legaron sus raíces indígenas, pero que se mezclan y fusionan con el colorido moderno, la estridencia hace que el toro pinto brame, las garzas de lago de Pátzcuaro vuelan sobre un cielo amarillo, los diablitos de Ocumicho corren a a tienda de la esquina. 


En su colección "Xirangua, crónica visual de un pueblo" hay reminiscencias de Jean Michel Basquiat, pero esto no quiere decir que sean una copia o un pastiche, sino que Pahuamba parte, como también lo hace Basquiat, del trazo violento sin dejar de lado lo figurativo, un mundo cromático en donde habitan los demonios purépechas, los toritos de petate, el grafitti, las máscaras, los negritos, pero también hay niños en bicicleta; son los colores primarios que perturban al observador, es esta una asociación delirante y exquisita, el desdoblarse caricaturesco, la historia de un imaginario colectivo que habita otra historia, la del pueblo de la Relación de Michoacán. 



¿Es el arte una auto-llamada de atención que se expande por rebote? La trascendencia le jala las orejas a la inmanencia, de ahí que el pintor se pinte a sí mismo. El autorretrato, juego de espejos, lo podemos encontrar en otros artistas michoacanos como Irasema Parra y Santiago Bucio, aunque en Ángel Pahuamba sí hay una intención de ridiculizarse, porque quizá considere el artista que los seres humanos están obligados a reírse de su tragedia.

Ángel Pahuamba tiene un lenguaje propio que ha construido a lo largo de los años, con paciencia y dedicación elaboró un alfabeto hecho a base de los colores del pueblo, lo tradicional se rompe para permanecer; sus trazos hablan del Michoacán mágico que se esconde bajo el triste manto del simulacro y la simulación. La labor del artista es desvelar, mostrar lo oculto, el pintor michoacano sublima lo folclórico. Por ejemplo, le da un giro copernicano a las tradicionales catrinas de Capula, serie que también se encuentra en su sitio web; la calaveras ya no son las señoras elegantes, ahora están pensativas, reflexionan sobre lo que son y sobre lo que las rodea.

Su gráfica, ilustraciones, retratos, etcétera, cumplen con la calidad técnica que se le exige a un creador, pero sobre todo, y lo más importante, provocan al espectador, mueven el punto de encaje en el que tan cómodamente se sitúa el público, entonces ocurre la magia: el diálogo.





Cuévano

  Llovió, los planes cambiaron, nunca algo definitivo o acabado. Esa noche brincamos charcos, Cuévano se bañó para recibirnos, nosotros fuimos la tempestad pero se nos acabó la fuerza y el dinero, cien pesos de tortillas con carne para los cinco, El Paisa II olía a dos cuadras; en la taquería un individuo se cayó en la entrada y se golpeó la nuca, sonó como un slap, primero no reaccionó pero después despertó y vomitó. Al otro día, con los calcetines mojados y el dolor de espalda porque el asiento de un carro difícilmente puede ser una cama, seguimos el trayecto hacia ninguna parte. Cuevas, túneles, olor a orines, un montón de jóvenes ebrios que se excitan con las canciones de Molotov y gastan el dinero de sus papás, coronas de flores en la cabezas de las muchachas, harto arte hay. El monumento metálico del Quijote fue ultrajado una y otra vez, para esos son las estatuas. Pobre Rocinante inanimado, en su lomo cargaba las borracheras de una generación huracán. Música en las calles, monedas en los estuches, coopera para la causa etílica, coopera por favor, coopera que aquí espantan. El concierto como teleología. A pesar de la multitud y la falta de baños, popó pipí, escuchamos, y vimos poco, a la banda de los hombres que están fuera de la ley. Casi al final llegó la Sandunga, valió la pena lo mojado, apretado, taloneado, rechazado; sí, después de las ráfagas de viento vino la música y el vino. El regreso nocturno y las casetas de cobro.

Ernesto Hernández Doblas, la herejía como poesía

  Un escritor que se divierte con las lenguas viperinas, tan abundantes en la burocracia cultural; un escritor que se regodea con las gordas carnes de las musas; un escritor que escribe con sangre, carne y desprecio; pero lo más sorprendente es que ama; un escritor que se llama Ernesto Hernández Doblas.

  Nació en Morelia en 1971, comenzó su oficio de tinieblas como lo hacen los grandes, leyendo e intentando decir-describir-destruir la rosa (negra) de la poesía, como él (nunca el mismo) dice: “En los comienzos de la poesía, en los pininos llorones, en las primeras palabras que balbucea la palabra, el poeta nomás se deja ir de a pechito sobre los pechos Coatlicue de la Diosa Poesía y se pega a ellos como becerro de Roma. Es más, y es menos, pero más o menos de todos modos la letra con sangre sale y se indaga en esos laberintos con más entusiasmo que otra costra”.

  La ciudad laberinto es del poeta y en ella tiene su reino, un reino donde los decapitados andan muy orondos sobre sus cabezas; un reino en el que las princesas son calipígicas y los bufones transgéneros. Avanza en su trayecto de tropiezos y aciertos, sin bastón ni bombín; el poeta está desnudo, no siente vergüenza, camina con el pecho inflamado; el poeta es un dragón, su palabra es fuego siempre cambiante, constante. Un destructor, un crítico porque ¡qué miseria más grande, un escritor que no escribe!

  ¿De qué está hecho Ernesto? De música ligera que rebota en la piel de los eunucos, de lecturas madrugada que filosofan con los perros, de ternura invertida, de mitologías de alcantarilla, porque ahí se esconden los deseos. También el teatro lo constituye, lo complementa, heterodoxa máscara la del poeta, el público pregunta ¿ríe o llora?

  Penetró en el cine, literal y literario. Los límites están marcados desde el nacimiento; Doblas, como buen prestidigitador, pide que le aflojen más la cuerda, al final, la caída se disfruta; él es un Sísifo enloquecido con algo de Narciso.

  “De costa a costa se comunican invisibles telegramas que el prospecto va tomando al pie de su letra (que le da el pie y se toma la mano que trae ases bajo la manga de once varas), sin saber aún, que lo que hace falta en realidad es poner a bailar a las palabras sobre brasas e insomnios”. Así se describe Hernández Doblas; él sabe que presentar, hablar de un poeta es un ejercicio suicida, pero vale la pena, no la gloria.

Frase:

“Soy Poeta se repite el Poeta hasta que de verdad se la cree, hasta que de verdad ve poesía hasta en la sopa, hasta que en verdad nos dice su verdad más íntima y no por ello menos nuestra”

Libros: 

Bitácora clandestina (1998); Oscura luz (2002); Lugar de muertos, prólogo de Gaspar Aguilera (2008); Museo de musas (2009).


Tere Sánchez o del bello y mágico arte de vivir

  Teresita Sánchez Reyna, mejor conocida como Tere Sánchez, es una actriz, titiritera, cantautora y escritora. No se trata de etiquetar o definir sino de celebrar, festejar que la vida nos regala a personas como Tere; vive en Morelia desde 1989, ella misma se echa de cabeza: “Nací en la ciudad de México en el año de 1964 y crecí en un barrio superbravo llamado Peralvillo”.

Los primeros

   Trece años tenía Tere cuando escribió su primer cuento (léase como canción); a los 17 años participa en su primera obra teatral, Cada quien su vida, escrita por Luis G. Basurto; a los 18, ya más grandecita, se integra al grupo de música andina Binni Sicarum, antes había escrito su primer canción a los 16. Si se trata de datos y de exponer a la gente es importante saber que la corrieron de la secundaria a los 14, terminó el ciclo secundariano en una nocturna. No quiso fiesta de quince años, romper la tradición es la regla aunque haya golpes de por medio.

    Ha participado en más de 50 obras de teatro, muchas de ellas dirigidas por Fernando Ortiz; escribió en periódicos de circulación nacional y la incluyeron en la antología Itinerario Nómada; en 1993-94 quedó atrapada por el encanto de los títeres, Gabriela Ortiz Monasterio fue quien la inició en la vida de las marionetas, participó en un programa de televisión que se llamaba De Tin Marín. En este mismo contexto trabajó con Dalí M. Blanch, quien cambió su vida, según platica la mismísima y a nadie parecida, Teresita.

  En la atribulada actividad musical, cantaba y tocaba el bajo eléctrico en un grupo llamado Conciertosentido; después conoce a Lety Servín, “amiga del alma y extraordinaria mujer”, con quien, en 1995, formaría Salida de Emergencia. Pero es en el 1999-2000, durante la huelga de la UNAM y la despedida de Zedillo, que surge Se aplican restricciones, espectáculo musical multimedia dirigido y producido por Raúl Arroyo. Habla Sánchez Reyna (léase como encabezado político): “La particularidad de este experimento escénico es que participan mis mejores amigos, cómplices y la mejor compañía que encuentro en Morelia después de vivir una especie de orfandad. Sergio Camacho, Carlos Cárcamo, Alejandro Coria, Husai Ching, Jochen Hiss. A esta lista sólo falta agregar a Marcos Maldonado y Víctor Rivas, seres que menciono de manera especial porque me cambiaron por completo la vida, y aún lo siguen haciendo”.

   Ha dirigido tres obras de teatro. En 2002 forma con Salvador Carrillo Márquez, el dueto Sístole y Diástole, hecho a base de música original, lo cual es todo un mérito. Trabajó con la espectacular y controvertida Jesusa Rodríguez en un programa por la defensa de los derechos de las mujeres, o sea, feminismo del bueno.

  No alcanzaría el periódico entero para decir todo lo que ha hecho esta Mujer, sí, con mayúsculas. Ella misma se describe de la siguiente manera: “Me encanta andar en bici, el olor del epazote, el romero, la lavanda. Me gusta envolver regalos, hacer garabatos en pedazos de papel y ver películas que me hagan llorar. Reírme hasta que me duela el estómago. Me fascinan los juegos de mesa, observar a niñas y niños sin que se den cuenta y hacer reír”. En el tema del amor (léase con el referente personal a la mano), comenta que “Vivo con el hombre más maravilloso que puede existir para mí, el músico, titiritero, actor, escenógrafo, director, pintor, fotógrafo, escultor, compositor. Roberto Hurtado Azuara”.

  Tere Sánchez vive con Bongo, su perro. Hace poco terminó la prepa en línea, ya que, como ella comenta, “la escuela no ha sido lo mío, aprender cosas interesantes sí”. Este año no ha sido fácil para nadie, ella lo sabe, y ha llegado a una conclusión vital: “En 2015 me doy cuenta de algo que realmente me parece relevante, contundente y piramidal. Le he perdido el miedo a la muerte”. Para un creador comprometido cada cosa que ocurre en su vida tiene importancia, los actos, las personas, de ahí que Tere concluya de esta manera: “Sólo agrego algo más, Mi papá, mi mamá y mis cuatro hermanos son para mi el refugio más importante, la enseñanza más grande el mayor orgullo en mi vida”.

Frase:
“Voy a ser feliz aunque me cueste lágrimas. Qué voy a hacer si mi hormona es la patrona, la tengo que obedecer”


Raquel Almaguer, la fotografía como un puente

  Raquel Almaguer Martínez estudió Artes Visuales en la Facultad de Bellas Artes de la UMSNH, pero su gusto por la fotografía le viene de otro lado, de un llamado que “me llegó cuando era muy pequeña, sentí que las imágenes me hablaban”, explica Raquel. Desde niña capturaba aquello que le parecía bello, coleccionaba objetos, porque, parafraseando a Walter Benjamin, el coleccionista es alguien que crea constelaciones.

  Almaguer se crió en Zihuatanejo, paraíso guerrerense de los michoacanos, ahí aprendió lo más difícil que se le puede presentar a un artista: la contemplación. El mar curtió sus ojos. “Registrar mi punto de vista es algo que hice desde niña, también hacía collage y dibujaba, todo esto inspirado por la música que me gusta oír, por el olor del agua salada, entendí el valor de un atardecer; pienso que el arte es el alma del mundo”, comenta Almaguer Martínez desde su taller, en donde también diseña ropa y cuida a sus ochos gatos.

 Aunque no es una fotógrafa reconocida en el medio moreliano, principalmente porque no le gusta la simulación, cree que muchos artistas están más preocupados por la imagen de sí mismos que por su propia obra, ha participado con sus fotografías en exposiciones colectivas dentro y fuera del país; además su obra ha sido utilizada en espacios que regularmente no son considerados los óptimos, pero ella está conforme con lo que hace, “hace seis o siete años la facultad de filosofía de la michoacana me pidió una foto para que apareciera en su programa de mano para promocionar la maestría en filos, me dio mucho gusto, la foto es de la catedral de Morelia, pero yo estaba pensando en el cielo de las siete de la mañana de un día de octubre”.

  Y es que ella considera que el arte no necesariamente tiene que estar relacionado con el dinero, no tiene que ser rentable en términos materiales, “si una fotografía puede hacerte sonreír o llorar, entonces está cumpliendo su objetivo, está llenando de significado al mundo, yo retrato puentes que unen al espectador con mi mundo”, reflexiona Raquel.

  Su trabajo puede encontrarse en Flickr, en Facebook tiene una página. Indigentearte. Para sobrellevar la existencia se dedica al arreglo de ropa, actividad que le permite trabajar en soledad, algo que siempre le ha gustado mucho.


Rayo Razmadan, Desmond Ray

  Rayo Razmadan es el heterónimo de Desmond Ray, una especie de Fernando Pessoa, un vato que incide en diferentes áreas verdes del arte: la pintura, la (bonita) música y la elaboración de instrumentos con elementos reciclados, o sea, el bricolaje sonoro ecológico.

  A pesar de que no nació en Michoacán, ni en México, Rayo Razmadan se considera michoacano de corazón, aquí construyó, desde los cimientos, mediacuchareando, su obra; en Michoacán se enamoró y aquí también tiene a sus amigos más entrañables, a sus perros.

  Desmond es el pintor, el artista plástico; Rayo Razmadan es el músico, compositor y creador de instrumentos musicales. Desmond es Rayo y Rayo es Desmond. En una época en que la multipersonalidad es considerada como una patología, este artistairrumpe con su doble existencia; dos polos que no se contradicen, sólo se madrean entre ellos, de la sangre derramada nacen flores.

  Rayo Razmadan cantó durante un tiempo con la Sonrisa Vertical, banda que ahora se encuentra en Baja California Norte. Este grupo incursiona en el progresivo experimental. La espina se quedó adentro y Rayo Razmadan grabó dos discos como solista. A partir de sus presentaciones musicales en Cactux, aparecen, ex nihilo, Los Halks Talkers (Los Hot Dogs), banda que reúne la esquizofrenia de músicos como Guillermo Portillo Hofmann y Jorge Pointelin; la danza de Andrea Meda Corona, Ameyali Olvera, Yuki Pastrana; el hip hop beat box yeah yeah de Fernando Manriquez; entre otras sorpresas.

  Como Desmond Ray se encarga de las exposiciones de artes plásticas que se ofrecen cada miércoles en un concurrido antro del Centro Histérico, una especie de pseudo trabajo en un lugar llamado Cactux. Las obras de Desmond están por todo el foro alternativo, sólo hay que poner un poco de atención, desde la máscara enorme en el patio comedor hasta las pinturas que se encuentran en el salón de conciertos. A un costado de la barra se puede ver su cara, ese rostro de furia chicana, de pocho enojo. La mayoría de su obra pictórica es figurativa y se refiere a él mismo, autorretrato en automóvil, él es su modelo principal; también ha retratado a sus perros y a las personas que ama y respeta. Su serie Zoofilia captura la decente animalidad de las personas.

  La mayoría de sus letras están en inglés porque es su primer lengua, más visceral que cerebral. influencias cósmicas, fluencias electrónicas y rock chichimeca. En su pintura los colores atacan, como una herida viva, dejan en el espectador una sensación de que algo se ha perdido y que la herida que uno es sigue abierta.

  La obra de Rayo Razmadan-Desmond Ray se puede encontrar en la red. Imparte clases de ambas artes en su domicilio, pueden comunicarse con él al cel. 44 31 23 94 02.


Alejandro García, con el ritmo en el corazón

  Manuel Alejandro García Bautista, mejor conocido como Alex García “El Tropicuyo Mayor”, es pianista, cantante y multiinstrumentista, “toco lo que me pongan enfrente, nací para la música”, comenta Alex.

  Pátzcuaro lo acogió, nació en el "Distrito" hace menos de treinta años, la edad es sagrada y secreta. La curiosidad por la música llegó desde temprano, inicia sus estudios de piano a los 5 años y al mismo tiempo incursiona en la batería; fue alumno en el Conservatorio de las Rosas durante un año, después se convirtió en un autodidacta empedernido que nunca se cansa de aprender y tomar.

De todo un poco

  Su experiencia e influencia abarca la mayoría de los géneros musicales, de morro tocó la bataca en una banda de rock llamada “Líquido”, perteneció, fue suyo, a Matanzas Club, grupo guapo de la salsa joven en Morelia. En 2013 viaja a Corea del Sur para participar con el grupo mexicano “Mariachi Latin Corea”, durante casi un año participa en infinidad de festivales en el continente asiático, comió cucarachas. Hace unos meses fue parte de una banda de salsa más choncha, más en forma, tocaron en el Salón Púrpura, Orquesta Maracachimba, con ese nombre volteaban; por problemas logísticos, económicos y climatológicos no se pudo concretar el proyecto.

Conga y timbal

  Alex García es re-conocido a distancia por su capacidad para improvisar, al igual que un jazzman, “El Tropicuyo” reinventa las letras de las canciones para darle ese toque cannabiñesco que tanto gusta a los latinos del mundo, por ejemplo Séneca. Convierte el ruido en oro, gran capacidad para hacer una canción de cualquier pretexto. Cuando sube al escenario se transforma en otro, “no puedo dejar de bailar cuando toco y canto, algo se apodera de mí, ya no soy yo”, expresa Alex García mientras se arregla la corbata.

  Algo que casi nadie sabe, y ahora sabrán, es que Alejandro también compone y escribe. Tiene en su acervo, legalmente registrado, al menos 200 canciones, listas para ser interpretadas, sin embargo sufre, “los músicos sufrimos mucho porque no se valora nuestro trabajo, se menosprecia el arte y la mayoría de la veces quieren darnos limosna en vez de pagarnos lo justo”. A veces sólo falta un golpe de suerte, porque la creatividad, el genio, lo acompaña hasta en los callejones oscuros de la madrugada. Expresa su agradecimiento y cariño a su madre, quien le enseñó a luchar por sus sueños y a dar lo mejor de sí a los otros, “mi madre es el principio y final de todo”.


Esculpir el tiempo, la fotografía de Wendy Rufino

Wendy Rufino, fotógrafa, fotorreportera, editora del medio el-artefacto y colaboradora gráfica de Tribuna Digital; desde los 15 años se interesó por este disciplina artística, originaria de Acámbaro, Gto., vive en Michoacán, aquí estudió una carrera que no ejerce, ha colaborado para muchos medios de comunicación y agencias informativas, tiene dos gatos, vive con Carmen.

Wendy Rufino toma fotos, sus imágenes viven, son más que un registro, pero pueden verse como la bitácora del fin del mundo que baila, que goza; son una visión crítica de la realidad, historias por sí mismas, composiciones muchas veces exquisitas, sus fotografías provocan, conmueven, reflejan (lo otro, lo mismo).

Estudió filosofía; su pasión, la fotografía. Reflexiona desde su hacer, ha leído sobre el tema, su obra es un discurso visual que no sólo narra, también interroga, dice preguntando. Roland Barthes, Susan Sontag, Walter Benjamin son algunas de sus referencias, pero su gran influencia es la diaria existencia, en lo cotidiano se encuentra el oro.

Ha retratado a escritores, músicos, activistas sociales, universitarios protestando, gente en las calles, el que barre, la señora que busca a su hijo, el artista del semáforo, el cielo encendido, el vuelo del colibrí; sus fotografías, aunque inmóviles, no recuerdan que hay movimiento, vida capturada. 

Esculpir el tiempo

Andrei Tarkovski, el aclamado director ruso, escribió un libro que tituló Esculpir el tiempo, en este texto habla sobre el tiempo, la materia del cine, y también de la fotografía. Para Tarkovski, la paciencia es lo primordial, una y otra vez la contemplación, ver con atención. Wendy sabe de esto, si quisiera, retrataría el viento.

Fotografía en la sangre

Inicia su inquietud por la fotografía siguiendo los pasos de su bisabuelo, el también fotógrafo David del Llano. Wendy considera que la fotografía es creadora de espejismos en la que "el ojo absorto decide e intuye la verdad más esencial". La vena fotográfica se manifiesta con afirmación creativa, la cámara de Wendy está enfocada. 





Jesús Moreno, El Profe: Arte al Servicio de la Comunidad

  Jesús Moreno, alias El Profe, es un artista visual que vive en Morelia desde hace más de 30 años. Fue maestro durante mucho tiempo en la licenciatura en Artes Visuales de la Facultad de Bellas Artes (UMSNH), en la especialidad de pintura mural, dibujo y escultura, pero ya no lo es. Ser burócrata del conocimiento no lo hace especial para nada, lo que lo caracteriza es su actividad fuera de la academia, el trabajo en la calle, porque como dice Chucho Moreno “la calle es de quien la trabaja”. Ha fundado y participado en varios colectivos ‘alternativos’, de estos el más importante es el Grupo ASCO (Artistas al Servicio de la Comunidad).

  El Profe ha sabido ganarse la confianza de los jóvenes artistas disidentes, no sólo en lo referente a las artes plásticas; músicos, escritores, bailarines, etcétera, han apoyado las propuestas que Jesús Moreno les presenta, y viceversa. Porque el verdadero maestro conoce las carencias de sus alumnos, sus necesidades, es ahí donde hace hincapié el guía. También es cierto que los discípulos tienen la obligación de superar al maestro, tal es el caso de Kenia Kenia, la alumna más adelantada en el arte del sabotaje artístico.

  Ser una fuerza centrífuga ha sido el papel de muchos artistas, de Henry Miller a Francisco Goitia; ir contra el sistema, criticar la solemnidad anacrónica de las instituciones; y al mismo tiempo formar parte de ellas. Un acto suicida y divertido, “veo que todos en la sociedad están incómodos por el papel que les toca jugar, yo digo que hay que jugarlo, porque las reglas del juego tiene que beneficiar al jugador y no al revés", habla Chucho mientras pide la otra.

  El Profe, junto con otros creativos como Lalo Aguirre, Luis López, Antonio Mendiola y el grandioso Héctor Jaime Madrigal, instituyeron (¡valga la palabra!) “El Día del Borracho”, que incluye a todos y a nadie; se celebra desde el 2010 y, como buenos discípulos de Diosinos, la fecha, el día exacto, cambia cada año. En el evento participan toda clase de (h) artistas, performanceros y más, en torno al tema que dominaba Pito Pérez. Dinámica sencilla: se escoge un lugar y ahí se celebra, no hay premios, todos son ganadores porque el arte es incluyente e inclusivo y el alcohol más.

  La Cantinatas son visitas a los templos etílicos, un recorrido por varias de las, casi extintas, cantinas de Morelia. Habla Moreno: "no me acuerdo bien hace cuánto fue, pero la idea es reactivar estos espacios que tanta historia guardan, en sus paredes, en la clientela, incluso en los baños, con sus míticos recaditos y albures propios de la ocasión". Los más beneficiados con este evento son los dueños de los establecimientos, ya que nuevos clientes conocen estos negocios.

  Cuando se le ocurrió incluir en las cantinatas a un burro que cargaba el pulque, mismo que se repartía equitativamente entre los asistentes, tuvo problemas con los animalistas locales, lo acusaron de maltrato animal, "era mentira pues el burro, que ha sido el mismo en todas las Cantinatas, es alimentado opíparamente y a veces hasta pulque le damos", platica el pintor muralista, alegre por el recuerdo.

  La obra de “El Profe” se expone en galerías como Kitsch o Monotipo Tucul, en facebook lo encuentran como Jesús Moreno. Sus oficinas de trabajo las tiene en 20 de Noviembre #121, col. Centro, ahí se encuentra todos los días, siempre trabajando en algo, si no nuevo al menos reciclado, “me gusta trabajar con la basura, porque la basura representa lo que no queremos, es decir, lo reprimido”, finaliza el artista.

Fotografía de Wendy Rufino
No todo lo que digo es oro, cierto; prefiero el cobre, más común y más vital.

Sergio Camacho, dramaturgia de la resistencia

  Sergio Camacho Cuevas es director, dramaturgo, actor y fundador de la Compañía Teatral Foro 4. Orgullosamente michoacano, “del mero Apatzingán”, Camacho Cuevas incursionó en la televisión norteamericana en los años noventas, esto le sirvió de experiencia para valorar su país y entender desde lejos lo que significaba ser mexicano. Regresó a territorio purépecha para hacer teatro local. Unos de sus primeros trabajos fue “¡Shhh Marcos!”, montaje del año 1995, un año después del levantamiento del EZLN en Chiapas. Esta obra provocó opiniones encontradas en los medios locales y nacionales, por obvias razones; ¡Shhh Marcos! alcanzó las cientos de representaciones, su argumento fue solicitado y llevado a escena en Los Ángeles, California.

Tragedia michoacana

  El teatro en Michoacán tiene una historia combativa y de resistencia, no ha sido fácil para los realizadores desarrollarse con la libertad que ellos quisieran, ya sea por carencias económicas o ideológicas. De estas tierras han surgido grandes figuras que han llegado al cine internacional, ejemplo de esto es Tere Sánchez, quien también participó con Camacho Cuevas en Foro 4; los movimientos sociales que aquí se han generado, y generan, son el argumento perfecto para que se escriban tragedias, comedias, piezas; Michoacán es un lugar fértil y lleno de historias, en donde los verdaderos artistas, los que no olvidan su lugar de procedencia, logran cosechar los frutos de esta cultura mestiza tan peculiar.

Acción social

  Foro 4 ha tenido gran participación tanto en lo cultural como en lo político, para Sergio Camacho ambos ámbitos se encuentran hilvanados, son inseparables. Por eso desde hace años participa en el Colectivo de Trabajadores del Arte y la Cultura en Michoacán A.C., además de que siempre está dispuesto a apoyar causas sociales que dignifiquen al ser humano, verbigracia, la marcha del pasado sábado en la que Foro 4 desfiló junto a los internos del psiquiátrico local para exigir alternativas a la medicación y a las terapias de shock.

El haber sido

  Son muchas obras en el haber de Sergio Camacho y su grupo Foro 4, entre ellas “Ángel de mi guarda”;la adaptación de la novela y los cuentos de Juan Rulfo, “Pedro Páramo” y “El llano en llamas”; “Monte Calvo”; “Cosas de muchachos”; “Tú piel vuelve a mi boca”, adaptación teatral de la poesía de Gaspar Aguilera; “Viva México”; “Patología del ser” de Ramón Martínez Ocaranza; entre muchas más.

Fotografía de Wendy Rufino

Eduardo Solís: compositor comprometido, guerrillero musical

  Compositor, maestro y activista social, Eduardo “Lalo” Solís se ha ganado el gentilicio de michoacano a todo pulmón. Nació en Coahuila pero lo trajeron a Apatzingán cuando todavía era un niño, de esto hace ya algunos otoños. Toca la tuba, piano, guitarra, percusiones, pero la composición es lo suyo, su aportación a la cultura es de carácter orquestal, como ocurre con los grandes hombres.

  Inspirado y formado en la tradición del canto gregoriano, Beethoven, Mozart y la música popular, las composiciones de Lalo Solís se refieren al espacio y a la espiritualidad, es decir, al lugar sagrado en donde habita el ser humano: su cuerpo. El cuerpo entendido como recipiente sagrado y como analogía con el estado, el cuerpo social. La literatura y la filosofía han sido dos pilares importantísimos en su pensamiento, de Nietzsche a Ramón Méndez Estrada, la palabra es un referente muy fuerte en su música.


  Ejemplo de esto es la obra que le fue encargada por el maestro Mario Taboada Rodríguez en torno al ilustre varón Vasco de Quiroga, misma que se estrenará en diciembre de este año, "si todo camina bien en cuanto al financiamiento", comenta el peculiar compositor. Esta obra lleva por nombre “Más que humano” y fue escrita por Caliche Caroma.

  “Más que humano” es una obra que se asemeja a una “ola”, pues tiene la fuerza del mar que la antecede y acompaña, explica Lalo; han existido muchas interpretaciones sobre Vasco de Quiroga, pero esta composición pretende hacer hincapié en el humanismo que le urge a este país, y al mundo entero.

  Muchas generaciones de nuevos compositores han sido formadas, influenciadas en el buen sentido de la palabra, por Solís, quien también ha participado en multitud de eventos de carácter social; es un músico que no olvida el sustrato al que pertenece: el pueblo. Del apoyo desinteresado para exposiciones pictóricas de artistas locales hasta la protesta por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, Eduardo Solís es un creador comprometido con su entorno, es parte de las instituciones pero cuestiona a las mismas.

  Por las mañanas se le puede encontrar en los cafés del centro histórico de Morelia, porque para él la contemplación es importante, “mi centro de gravedad se encuentra en la Catedral de Morelia, es una gran piedra que me atrae”.
 
Fotografía de Wendy Rufino
  En mi miseria, en el triste verme, descuido los detalles que hacen el yo; el embargo de lo que soy ya está sucediendo.

A mis muertos: Josué, Ubi y Ramón

Flores amarillas en los panteones,
rostros pintados every way
calaveras chic, monstruos mexa,
brujas feministas, héroes light,
policías, sicarios y sacerdotes.
Los tradicionalistas defienden,
los modernos, pos modernizan.
En los panteones se alcoholizan
las almas de los occisos,
aunque también hay vivos
que se esconden en las botellas.

Entonces viene el recuerdo,
presente siempre presente,
la memoria es el verdadero cielo
y en ella viven mis muertos.

Hubo problemas, Jorge enfermó

  Ahora sí ya se armó la doble penetración con un vegetariano. Así hablé cuando conocí a Pancho Brillitos, el pretexto era lo de menos. La fiesta me atrapó entre sus piernas peludas y como ya saben, sin carne y sin irritantes el sexo anal se disfruta mejor. El vino se convirtió en mi sangre, la carne roja, blanca y morena. Al otro día, domingo de resurrección y refrigerios, tenía trabajo, tocada con los hippies que dan factura, nos contrató un partido político, no recuerdo cuál. Llegué tarde, si no me hubieran marcado me habría quedado en esa cama con esa gente que sólo conocí sin ropa. Porque fue orgía la noche. Cuando iba en el taxi de regreso, la mea culpa me habló, el reclamo telefónico, sólo pude decir "Hubo problemas, Jorge enfermó".
  ¿Acaso alguien se ha sumergido en las profundidades de lo "chido"? ¿Quién se ha atrevido a penetrar en los inconquistables laberintos de lo "bonito"? ¿Dónde está el intrépido explorador del lugar común?

lunes, 12 de octubre de 2015

Baños y celebraciones

  ¿Cuál es el sentido de las estatuas que se acumulan en las avenidas y plazas públicas? Un monumento representa muy poco, la memoria del pueblo es amorfa y etérea, olvidada y metálica, recuerdos colectivos que se vuelven piedra y son cagados por los pájaros. El pueblo es una palabra de poder que se tergiversa fácilmente; lo fúnebre y lo alegre hacen el amor en la verbenas populares.También hay odio, asesinato, pobreza y desesperación, ¿dónde están estas efigies? Tantas celebraciones para esconder nuestras miserias, tantos fuegos artificiales.

Conversaciones con Marco Aurelio

  En un mundo perfecto no existiríamos, todo lo acabado es estático; lo inconcluso nos define, la vida es lo continuo, y en el momento que ésta llega a su fin... Los turcos tienen un refrán que habla al respecto: Cuando la casa está concluida, entra la muerte. Ahora entiendo porqué nunca he podido decir adiós.

Por culpa de la gramática

  Al salir del lugar vimos un poco de la golpiza que les daban a unos 'anarquistas', qué pasó, preguntamos, alguien dijo que fue porque escribieron consignas contra la ortografía, en las paredes se leía: REVELION, RECISTENCIA, AYOTSI. MUERA EL GOVIERNO, NO SÉ OLBIDA, SAPATA VIBE. La seguridad del bar los reprimió por expresar su ideas, por ir en contra de lo establecido. Llegó la policía y los volvió a golpear, se los llevaron, nadie se atrevió a protestar. De regreso a la casa discutimos sobre el uso de la "s" y la homografía.

Los burócratas no saben los que es poesía

El héroe se salva a sí mismo
Trabaja en el cortar y pegar
Manufactura el constante sucederse
Información suficiente pero no necesaria
Memoria llena, intente más tarde
Hijo, trae bolillo y huevo, ya es tarde
Estoy ocupado, llevo agua al molino
Yo te di la vida
Te pareces a tu padre
Cualquiera pudo ser mi padre
Yo soy tu Guerra de las Galaxias
En el camino hacia la tienda
Ese largo y doloroso trayecto
Pienso, comida para caballos
Doblar en la esquina, preguntar a Titi
Titi es el carnicero
¿Tienes ganas de seguir vendiendo tu sonrisa?
Madre, sólo hay pan de dulce
Está bien hijo, lo entiendo
Escritores putrefactos hablan
Hablan sobre las obras leídas
Hablan del sistema de alcantarillado
Hablan artificialmente, contienen rojo 40
Escritores pudibundos van al baño
Cagan
Mean
Sangran
Gerardo cuenta su chiste
Un cuadro de papel higiénico
Guardar la punta para limpiarse la uña
Fuchi tiene doscientas pulgas
Le digo
Tengo que sacar al animal
Me dice
Primero darle un baño para que tenga algo
También los perros saben de política
En Huiramba los cholos venden birria
Y si la historia tuviera un fin
Los archivos serían quemados
Arderían las pruebas de nuestra existencia
Escribes diferente
Quiere decir que eres un imbécil
Por qué insultas a la gente
Ella te quiere desde hace cinco minutos
Que se acabe esto y lo otro y que venga Jesús
Jesús, otra ronda para todos, yo invito.

Opinión pública

  Enterramos a los vivos porque queremos cosechar opiniones. Un campo lleno de perspectivas ortodoxas que se suceden en cada surco, semillas que se amontonan ordenadamente para recibir un poco de sol y agua. En el sembradío de subjetividades ya se miran los primeros brotes.

El diario trajín

  Desde las oficinas asépticas, en donde entrego mi vida al dios del salario mínimo, escribo esto. Salgo de casa media hora antes del tiempo acordado por la empresa, la servidumbre voluntaria tiene un límite de entrada pero no de salida. Voy en bicicleta, no por moda sino por necesidad. En el trayecto observo a los automovilistas, noto sus frustraciones viales a través del vidrio opaco que los protege de las réplicas a su imprudencia; miro los aparadores de las tiendas en donde habita fugazmente mi reflejo, fugaz como lo que soy, un destello ontológico semi-voluntario. Los rostros de los otros se esconden en los dispositivos móviles, prisa en las banquetas. Avenidas, semáforos, policías, el viaje es una sucesión de reglamentos que se rompen con facilidad, la física urbana es maleable, véase el transporte público o la influencia dinámica de los funcionarios. Sudo la playera con el deseo de llegar temprano. Llego al periódico, que es donde laboro diario, la silla me recibe con la tristeza del día a día, parece que dijera "otras ocho horas soportando este peso que habla". Ignoro el animismo que me circunda, aunque las cosas quieran hablarme, discutir conmigo, tengo que concentrarme en la monotonía del tecleo, la manipulación de la opinión pública espera por mí. Soy el corrector de estilo.

Mónada de octubre

  Platiqué en la mañana con unos amigos acerca del paro nacional del catorce de octubre. Dijimos muchas cosas, la mayoría utopías del tipo "puede ser mejor". La pregunta principal se refería al sentido de estas protestas: distorsión y sinceridad. Creo que las manifestaciones en contra de nuestros representantes democráticos, del jefe de colonia al presidente de la república, son un paliativo que está muy lejos de curar la enfermedad. Los dolores que me ocasiona el tumor en mi cabeza con un ketorolaco se quitan, pero no me curo, regresa la pulsión aguda, cada vez más intensa, me engaño a mí mismo. Entonces la lucha contra la patología tiene que ser de fondo. Quizá el remedio termine por matar al paciente, pero la enfermedad cesará, llegará a su fin. Si cada uno de nosotros en algún momento de nuestras vidas le disparara a un funcionario, atentara contra la vida de uno de estos parásitos como respuesta a la corrupción ubicua, la política sería otra cosa. Para enfermedades extremas, remedios extremos. Luego pensé que el mal es parte de nosotros y que si llevaba al ridículo esta ocurrencia los suicidios masivos terminarían por extinguir a la especie. Lo anterior tendría sus ventajas para otros animales. Este es el mejor de los México's posibles, Leibniz no trabajará el miércoles.

En qué pensabas

Aviones cargados de jitomates
Automóviles conducidos por ladrillos
Perros ágrafos que piden paz
Flores que lloran
Dioses que tiran la toalla.

Calichiana

—¿Para qué sirve la poesía papá?
—La poesía es el alimento del Diablo, sin ella el mal no tiene sentido. Pero ya platicamos mucho, desnúdate hijita.

Buda

  Recité con todo el cuerpo, cada sílaba era un movimiento. Después contemplé el eco: movimiento cascada horizontal que se abre y se cierra según la mole que se atreviese en su camino de ida y vuelta, rebote cósmico.Yo también era la pared. Corporizaba la palabra y luego bailaba en el silencio de la espera. Así fue hasta el amanecer. Esperaba que algo más pasara, pero no pasó nada. Entonces comprendí que lo que necesitaba era oír.

Por mi raza hablará el odio

  El doce de octubre de 1968 se inauguraron los XIX Juegos Olímpicos en la Ciudad de México. Unos días antes el estado había utilizado su fuerza bruta y brutal sobre estudiantes y civiles que protestaban en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco. La "hinteligencia" militar demostró una vez más que la nación es un sueldo y una orden. En la misma fecha, pero muchos años atrás, un navegante genovés llegó a un nuevo continente, nuevo para él y los suyos; comenzaba otra historia de sangre y servidumbre. Gracias al castellano (español) podemos comunicarnos y dar cuenta de nuestro descontento general, así como de las noticias amables, si es que las hay. Hispanohablantes que recuerdan, la memoria se hace presente mediante el lenguaje articulado. La raza habla del dolor.

miércoles, 30 de septiembre de 2015

  Tus cicatrices son sonrisas epidérmicas que rememoran las noches de intensa actividad.
  Anatemizar lo que no se entiende, la impronta de mis coterráneos.

¿Qué es lo normal?

Normal.
(Del lat. normālis). 
1. adj. Dicho de una cosa: Que se halla en su estado natural. 
2. adj. Que sirve de norma o regla. 
3. adj. Dicho de una cosa: Que, por su naturaleza, forma o magnitud, se ajusta a ciertas normas fijadas de antemano.
Del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (23.ª edición). 

Estar loco es ir en contra de lo normal, sano, juicioso, razonable; ser un loco, antónimo de prudente, recatado, tranquilo, obediente. El demente ha perdido la razón, el juicio, es disparatado e imprudente, no tiene recato, en alguna época se relacionó al insano con la homosexualidad, se ha vuelto loco, le gustan los hombres. En el habla cotidiana se utilizan muchas expresiones, peyorativas casi todas, para hacer referencia a ese extraño que extraña a los demás. Diferente al idiota, imbécil, tarado, baboso, este loco rebelde no se ajusta a ciertas normas fijadas de antemano, no por incapacidad, sino por amplitud de horizontes.

El loco y el enajenado. El loco, cualquiera puede serlo: panadero, carpintero, deportista, artista, asceta, misántropo, veterinario. Todos estos a favor de la vida, la locura es un sí acentuado. El normal, cualquiera debe serlo: asesino, hijo de puta, presidente, diferentes tipos de esbirros: policía, judicial, federal, soldado, defensores, en diversos grados, de lo establecido (establecido por ellos mismos, la democracia es una petición de principio). 

En una aglomeración como ésta los significados se confunden, mutan o se disfrazan. A propósito de la diferencia entre el loco y el enajenado apunta Roque Barcia en su Diccionario de Sinónimos, que: "La enajenación expresa la idea de que no estamos en posesión de nuestras facultades mentales, de que somos extraños o ajenos a nosotros mismos, y a duras penas se puede concebir un modo de hablar más enérgico y más gracioso. Efectivamente, en el individuo enajenado manda otro, no manda él, como él no manda en una finca que enajena. Los hombres nos tornamos en cosa, y nos enajenamos, nos vendemos. ¿Quién vende más al hombre que su propia enajenación? No son los traidores los que verdaderamente nos venden, los que verdaderamente nos delatan. Nosotros somos los primeros en vendernos y en delatarnos con nuestros delirios. Tal es el sentido corriente de la palabra enajenación".

Los artistas locos contra los artistas normales, los enajenados con la normalidad intentan controlar a los que no se dejan domar. En guerra total, los primeros; en la burocracia de lo establecido, los segundos. La locura es pura creación, matrimonio entre el cielo y el infierno con una fiesta que se prolonga hasta la madrugada de la moral. Mi árbol, aunque dé frutos envenenados, es feliz. Los normales van muy orondos por el mundo, juzgando a diestra y siniestra, diciendo lo que está bien y lo que está mal. Mientras los locos a su asunto, dando sentido a las más descabelladas ideas, trabajando empecinadamente para que la luz se haga. Sí, la única claridad es la de la locura. 

Escribir, pintar, tocar, bailar, observar, crear, mear, cuántos infinitos infinitivos más se necesitan para entender que del otro lado, cruzando el muro de nuestros prejuicios, también hay agua y quita la sed. Los acusan de mentir y engañar en un mundo en el que todo es mentira y engaño, pobre locos. 

¿Qué es lo artificial? Tal vez quien debería estar encerrado en un cuarto estrecho y acojinado (vimos muchas películas) eres tú, policía, enajenado con la obediencia estarías más feliz ahí, la servidumbre voluntaria con camisa de fuerza, un palo con clavos en el ano. 

Y sin embargo, los enajenados mandan sobre los locos, los mandan a la cárcel, sanatorios mentales, psiquiátricos, loqueros, encierro total, rehabilitación, redención socialmente aceptada, aunque te dejen babeando y lleno de moretones. El psiquiatra les dará pastillas para que se calmen, descargas eléctricas en los testículos; otros psicólogos más alternativos les recomendarán terapia, hay millones para escoger, incluso el arte como terapia, también el aroma de una flatulencia cura. 

Existe más sentido en un cuadro de Basquiat que en todas las leyes del mundo, algún loco dijo alguna vez. Artistas serios y artistas locos, normales y anormales, encarcelados por los prejuicios de los demás, en una celda escribiendo El Apando. Un saxofonista que persigue muchachas en una campo de urnas, mientras los votantes se pitan los pulgares y entregan su dignidad al enajenado en turno. El loco crea, creación, creativa, creatura, cuidado con el perro, el resultado, matemático, por qué no. 

El producto del proceso fisiológico-espiritual que hace corto circuito en la mente, y que proviene del recorrido ano-estómago-corazón, es conocido como obra de arte. ¿Cuál?, pregunta el curador, porque su trabajo no es fácil. 

Diógenes de Sínope era considerado como un loco en Atenas, comía con las manos, esparcía sus deyecciones por la plaza pública, cuestionaba a los sofistas y filósofos de la época, no creía en lo establecido, buscaba entre los normales a un hombre de verdad, con su lámpara encendida a la luz del día escrutaba los rostros de la mentira. Alejandro Magno dijo que Diógenes era el más sensato de los hombres. El gobernante, el que representa al estado, el enajenado de poder le rinde pleitesía al loco del barril: "Hazte a un lado, que no me dejas ver el eclipse". 

Tesis sobre el Marqués de Sade, estudios acerca de la vida y obra de Gauguin, homenajes al gran artista Antonio Artaud, detrás del velo está Don Quijote desnudo con la verga bien parada. Vaya malachanza, diría Octavio Paz, que por cierto también fue loco de joven, ya de viejo se le normalizó el corazón. Muchos ejemplos, citas que tocan el tema y son acusadas de pedofilia. 

Me voy y me quedo con Alguien voló sobre el nido del cuco, obra de Ken Kesey, parafraseo: "Que primero me dijo que no existían los dragones y después me condujo hasta su guarida secreta".



Imagen: Paul Klee, This Flower Wishes to Fade, 1939.

Intencionalidad

  Yo quería escribir algo interesante pero sólo tonterías brotaron de mi cabeza. Mi intención era hablar de las flores y dije perro. Cuando mencioné la palabra carro en realidad quería decir tiempo. Es que soy muy pobre de pensamiento, mi lógica es la de las alcantarillas, siempre llena de basura. Por eso nadie entiende los mensajes que dejo en las paredes de los baños públicos. Mis poemas son hadas disfrazadas de moscas.

Flatus vocis

Locote carnaval,
se puso denso el zapateado,
chicles y bombones,
madrazos en las orejas.

Delirio exacerbado mi hermano,
el festejo se postergó,
se derramó por la madrugada,
Orfeo tuvo la culpa.

En la sociedad es más importante el dentista que el artista.

La fiesta duró hasta las 6:00 horas.
Hubo música en vivo.

Instituyamos los martes como un pequeño fin de semana, una advertencia, un aviso hedonista que nos recuerda que el fin de semana mayor se acerca. Fin de semana corto y fin de semana largo.

Bebí, bebí, bebí
perdí la conciencia
gasté todo (del mundo)
no contestaste
te marqué
hasta atrás
cinco veces
5 a.m.
Ya no sé
¿seis?
¿quién tocó?
¿neta?
Leer, escribir y tomar distancia.

Leer duele.

  Lo que la gente busca son libros de cómo hacer tal o cual cosa, ellos quieren respuestas, no preguntas. Suponiendo que aún existen personas que leen. Y al final de cuentas literarias, ¿qué importancia tiene para mí lo que los otros hagan o dejen de hacer? Vivo entre los otros, sin ellos sólo soy un grito en el desierto. Cierto, pero antes que cualquier cosa, el autoconocimiento. Si critico a alguien será a mí mismo (impropio). Por eso leo a Pascal y a Parménides García Saldaña al mismo tiempo, voy de la duda a la onda, ida y venida, una y otra vez. ¿Leer me hace mejor persona? No lo sé hasta ahora. Lo que sí sé es que ya va siendo hora de desayunar.
Tiembla, porque llego en la madrugada.

Reflexión de un carnívoro frente a un aparador

Me alimento de las muertes de otros seres.

Fin sin historia

  En la porno biografía interconectada se encuentra, por supuesto, la información sugestiva de sus (+−) amigos, los tiene en fotos y más: videos, música, me gusta, eventos, grupos, opiniones, notas. Busca personas, lugares y cosas. La suya es una actividad reciente llena de acontecimientos importantes. Su estado es comentar y compartir, degustar lo público y lo privado.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

  Esta es la crónica masturbatoria, infundada y pretenciosa. Comenzamos. Un desapercibido grito en la atiborrada plaza, un ¡auxilio! para el que no llegó el auxilio. Los hechos ocurrieron así: Alguien, hasta el momento se desconoce su identidad (sic), fue asesinado en los festejos del la Dependencia Natural que se llevaban a cabo en el centro histérico de la ciudad de Morguelia. Con un cuchillo grasoso, sin lavar, le propinaron una propina de agujeros al hoy occiso, aseguraron testigos anónimos que pasaban por ahí. Viejas rencillas, cincuenta puñaladas. Así se resume lo que no vale nada, se llamó. Saldo blanco con un detalle en rojo para esta fiestas falsas. En otras noticias del día quince: Incesto. Un padre de familia (pater familias) se introdujo desnudo en la cama de su hija adolescente, no para contarle un cuento sino para sodomizarla, la madre dormía, soñaba la mamá con un tranvía, comentó. En la sección económica, por su brevedad, resalta el auto-aumento de sueldo que se otorgó la burocracia rancia de la democracia, también hay un aumento de ira contenida, los expertos dicen que es una colectiva acumulación a punto de hacer ¡pum! Información sana para una larga espera en esta sala llamada tierra. Recuerde que el ruido diario de cada día le puede desprender algún órgano, por ejemplo, el corazón. Cultura y espectáculos: La flatulenta literatura sigue a la alza, en lo que va del año se han publicado más de cien libros, el gasto de papel no tiene límite. Mundo: El de a lado se rasca las narices en mucosas intermitencias, la gotera de la regadera continúa perforando los sueños de esta nación, los ronquidos operísticos del cónyuge provocan disturbios domésticos, otra vez el carro por la avenida, aquí las imágenes. En la opinión de este jueves de estrés: Las ganas de matarlos, de matarse a uno mismo y la impotencia de unos tacos de cabeza. En resumen: La niña despertó y recibió al padre y el padre durmió con la madre que soñaba con tranvías mientras la gotera roja del hoyo del hombre apuñalado salpicaba los sueños de este país sopa de fideos y un licuado de violenta desesperación con plátano.

Pausanias

  Perdón las disculpas al principio pero ahora faltan atrezos para esta escena del decir a babor en mi teatro de agua y todo por culpa de una neurastenia que me hace naufragar en lo fluido porque voy al revés como zafio que cruza el Mare Nostrum de la imaginación nívea que es cielo al mismo tiempo por proporción reflejante y miro los sueños flotando y de regreso por nubes nimbadas de cuervos observo las calles de cualquier ciudad Manes en donde madres e hijos mendigan un poco de vida y me reviso los bolsillos sin fin porque estoy en blanco como el kimono de las cortadoras de nísperos jugosos con sus semillas parecidas a los dientes de un demonio negro como esto y como aquello y como el futuro se niega a pasar porque no he dado algo a los que sufren llueve llueve llueve pero fumo malva en otro más de mis arcaísmos y no les doy limosnas a los pobres porque lanzar una moneda desde esta altura sería disparar balas circulares que regresan a uno impropio por el efecto mandanga que me tiraría inmediatamente al cielo o al mar ya que no soy ningún jayán austral y no sé nadar.
No sé si fue ayer o fue hoy, no se si fuiste tú o fue alguien más, pero tuve un sueño hermoso.

Guillermo se pierde en la montaña

  Es bueno saber que el mal regresó. Esto me lo contó un amigo que sobrevivió al frío de la madrugada. Subió a la montaña como cada domingo, cuando se puede. Llevaba un litro de mezcal en botella reciclada, agua, aunque no tanta, había olvidado la chamarra. Estos días aún son de lluvia, pero a él no le importó la climatología, andar por la montaña era su meta, su más allá, su empecinamiento micro-turístico. Ya había conquistado el Iztaccíhuatl y el Popocatépetl varias veces, el recuerdo de estos colosos lo animaba a seguir por la ruta de lo intransitable: "Sí, sí puedo". Nunca imaginó que la cima se convertiría en sima. Caminó, no sé si iba pensando en algo o quizá anduvo sin detenerse en el pensamiento, un constante e hipnótico asombro del verde, ya mencioné arriba que el verano todavía no termina. Tal vez fue la combinación esquizo-religiosa lo que lo llevó a la expiación natura naturata. La confianza en sí mismo lo ayudó a internarse más en lo desconocido: "No, no estoy perdido". Siguió en la invención del camino, se acordó de Antonio Machado. Dos viajes, el de afuera y el de adentro. La noche pintó el paisaje sin ayuda de la luna. El terreno indómito no se dejaba andar, se agachó para palpar el suelo y ahí se quedó quedo, era imposible seguir, la voluntad estacionada. Tuvo que permanecer así hasta el amanecer, sin moverse de su lugar pero moviéndose en su lugar, generando algo de calor, mirando a las moribundas estrellas burlonas. Llegó el amanecer y con éste las lágrimas y el rocío. Esperanza y alegría en el regreso a casa, renacer en la última oportunidad que es la que tenemos cuando despertamos cada día. Sería interesante que todos nos perdiéramos una vez al mes, por lo menos.

Otra

  Habla un borracho en una cantina: "El verdadero Shaitán es Prometeo. El fuego no sólo lo consume todo, también ánima las cosas, las hace brillar, ser. El fuego es una extensión de los dioses y gracias a un robo nos fue otorgado: prótesis y traiciones. Aquel que dude de esta afirmación será degollado y su cabeza clavada en una lanza, las moscas bailarán alrededor de él". Al terminar su discurso saca un encendedor y amenaza con incendiar el lugar si no le sirven otra.

lunes, 7 de septiembre de 2015

A propósito de Aftermath

  Tu cuerpo es frío y lo acaricio, nuestro hotel se llama SEMEFO.
  Creo porque puede ser cierto. ¿En qué creo? En todo lo que salve. Creo en el cielo y en la tierra, en las promesas de los vivos y los muertos. Creo en lo absurdo y en la ciencia, que son lo mismo. Creo en la tecnología porque el mundo cree en ella. Creo en el odio de mis enemigos y en el amor de los poemas. Creo en la escalera, peldaños y escalas. Creo casi en cualquier cosa menos en mí, porque me conozco.

Informes sobre usted

  Le preguntan acerca de los huracanes que atacan las costas del país en esta temporada de ídem, entrevista sorpresa, su café espera, el azúcar y la crema lo miran con ese animismo del que quiere escapar a las situaciones bochornosas. Continúan con su trampa, hablan de una entrevista, vox pópuli, alegan. Quieren saber del tiempo en general, como si no pudieran comprar un diario o revisar los pronósticos en algún sitio de internet. Se refieren al tiempo pero usted sabe, entiende, que no es Cronos ni Aión del que hablan sino del tiempo como clima, un equívoco muy común; la lluvia constante hasta la inundación, el viento violento que levanta personas como bolsas de plástico, los truenos y no los relojes de arena ni las clepsidras. Responde con una sonrisa forzada que es una evasión a la cuestión en turno, el gesto típico de los que no quieren meterse en problemas, le aburren las explicaciones, darlas y que se las den. Desvían el asunto principal, se van por la tangente, cotangente, seno y coseno, quieren saber su opinión de los últimos acontecimientos político culturales, pues el tiempo sólo era un pretexto para la conversación, una introducción al cuestionario real. ¿Votó usted? Silencio. ¿Por quién lo hizo? Silencio. ¿Asiste al teatro, a los conciertos de la sinfónica, a los eventos culturales? Silencio. Entonces la pregunta aparece, es sacada del sombrero de la improvisación: ¿qué opina de la eutanasia? Incómodo momento ante el café que continua la espera, en dirección hacia los polos va, se enfría. ¿Por qué tendría que responder? Usted nunca les ha preguntado a ellos sobre el calentamiento global o de los reptilianos. Cada quien su vida, su estar con los otros no está supeditado a este tipo de informaciones. Usted es una persona más o menos culta, con estudios más o menos profesionales, lee cuatro libros al mes, no son muchos pero son suficientes para una vida más o menos tranquila. Jamás ha aparecido en los medios de comunicación masiva, le parecen una tontería esas respuestas que dan los funcionarios cuando quieren hacerse notar en un tema del que no saben nada. Insisten, porque la obstinación es su oficio. Ellos están ahí, con su micrófono escupido, la cámara fálica que todo penetra, credenciales que justifican su impertinencia. Los otros clientes del establecimiento al aire libre lo miran con ansiedad, quisieran estar en su lugar, usted sigue callado. Presencias fortuitas, la suya y la de los demás, podría haber sido otro, cientos de personas tienen respuesta a esta pregunta y a la del tiempo también, los ha visto, sabe que existen, son esos necesitados de conversación, una limosna de acompañamiento, de calor humano. Discurrir sobre este tema es ocioso para usted, poco aportaría a la discusión real que ocurre en los tribunales y en las universidades. Mientras menos hable con los prójimos mejor, la misantropía le brota por los poros de la piel, que el vecino se vaya al carajo, también los reporteros. Ellos lo miran con la esperanza de que diga algo valioso o algo muy tonto, cualquiera de las dos respuestas los beneficiará, buscan la nota sin importar cuánto incomoden con su presencia que nadie pidió. La respuesta que usted emite le pone fin al episodio: "Tengo cáncer".