Fotografía de Caliche Caroma
La auténtica posibilidad de encontrarme con las cosas, dar cuenta de ellas. No reducir ni un solo espacio. Pero ahora no se me ocurre nada para seguir con este tema, Henry Miller me reclamaría. Sería traicionar la esencia de la poesía decir qué es la poesía. La médula de la poesía. Para no entrar en problemas con los ontólogos es mejor matarlos de olvido. Lo que sí puedo decir es que hay escritores que me han mareado demasiado, hasta el punto en donde ya no hay cómo distinguir las cosas mismas. No daré nombres. Y si sigo hablando de “las cosas” sin decir qué son las cosas aburriré hasta el cansancio, como decía un buen amigo: se volvería insufrible tu explicación. Las cosas son todo aquello que me rodea y que no soy yo, aunque desde la mirada de otro, entre “yo” en la categoría de cosa, cosa a la vista y los otros como cosas. La poesía es la ciencia fracasada de las cosas emperifolladas. Es así que las cosas estaban allí, nadie había entrado a la habitación. Y esto es la poesía para mí: no tener carro.
1 comentario:
Visto así, las cosas se llaman "mundo exterior" mientras que la poesía es entonces el mundo interiorizado que compartimos quienes amamos
Publicar un comentario