sábado, 7 de mayo de 2016

Del falso latín y la falsa declinación o de la apostasía del Pato Donald

Silvium Rodrigae est delicata
Avem Donalum mortis
Filia nihil est Mulier centos saccos
Cum lacrimae sum stercore.

Traducción (también falsa)

Silvio Rodríguez es delicado
La muerte del pato Donald
La mujer de los cien pesos
Con lágrimas me cago.

Después de una fotografía de Cristina Bustamante

Qué soy, qué oración reza por mí, cuál es el camión de mi basura, cuál mi iglesia. En una visión panorámica ni existo, detrás del instante me escondo, después del darse cuenta voy, pasa a las seis de la tarde, me acomodo en el asiento de este avión y hago el zoom de ventanilla, veo hacia los lados y se me cae la baba sin querer, la nuca del vecino está empapada. Es que utilizo menos de la mitad del corazón, cerebro y lengua, no tengo larvas, sólo la promesa de que regresaré como gusano, como vómito del vómito de la tierra; quién es "ese ahí", soy yo, el Cri-Crí mal hecho, la abuelita lobo de Heidegger, el nopal embadurnado de citas. Una dura memoria que suena como maraca de recuerdos, soy un guaje con la melcocha del remordimiento. Hurgando el baúl de los gerundios ando, soy el que pregunta qué somos cuando en verdad quiere saber de él, de mí que soy él, del mismo diferente, pero uei, embarnecido el ego, con los testículos tibios por la duda, pero ey. Y responde el montón de deseos cachivaches, la acumulación de cosas innecesarias, la adulación del ser habla: Eres el mejor de los posibles. A esto se opone el rencor de las hojas blancas que quisieron ser cartas y fueron basura, me enfrenta la letra firmada y el abonero del destino, rayadas, tachoneadas de ira, las ganas se apoderan del micrófono e insultan a los invitados de lo que soy, cuartillas y cuartillas de carajos, al último solo, y ni me hago caso. Soy el mal que ronca, el bobo ladrón de los cristales del yo, el gordito de la bicicleta pedaleada, el del dedo grande, el dientón pretencioso, el de los aretes de plata y boxeador de vecindad. A veces no soy lo que soy, no pasé la prueba de Elisa, no entré en la selección natural, carezco de fe y me sobran los humos. También soy el que se renta para las fiestas de los pendejos (fui más joven), el que admira la celulitis de las papadas. Incómodo cuando ebrio, trifásico cuando borracho, drogado cuando no hay más. Si estoy todos me quieren cobrar, si no estoy tardo en darme cuenta. Pido en vez de saludar: Unas monedas de chocolate para este pobre diabético. Siempre he creído que mis chicharrones no son de los que truenan, tengo magra la que piensa, se me ha hecho agua la consciencia, señora: Se me ha muerto la gallina, cómo no voy a yo-rar.

Fotografía de Cristina Bustamante

Cali Caliche

En su sentido etimológico griego Cali viene de kallos, que significa bello: calipigia, caligrafía, calidoscopio, etcétera. Kali es la fuerza destructiva y la Madre Universal de los hinduistas. Desde que yo era muy pequeño mis parientes me decían Caliche como una especie de diminutivo de Carlos, adopté esta palabra junto con el acrónimo de mi nombre Caroma (Carlos Rojas Martínez) en el 2002 cuando estudiaba en el Colegio de San Nicolás. Hace unos días Francisco Javier Larios me dijo, cosa que no recordaba, que firmaba mis textos en El Despertador Nicolaita como El Malandro. En uno de los libros de historia del buen Asimov encontré el origen de Karl, significa bastardo, antes de Martell, claro está; el hijo de Pipino el joven reivindicó el nombre a fuerza de madrazos.

¿A qué voy con todo esto? No lo sé, sólo me doy cuenta que desde el nombre arrastro una polisemia un tanto contrastante pero divertida, algo así como mi vida.

Imagen de Raja Ravi Varma

Abusados

El primer abuso que sufrí fue cuando nací, no pedí existir, mucho menos tener un pene, si me hubieran preguntado les habría dicho que dos, uno negro y uno blanco, para defenderme de los acosadores. He sido víctima de las constantes agresiones hacia mi persona sólo por ser un poeta alfa con leves destellos de misoginia. Le tengo miedo al suicidio porque no sé si habrá alguien que se quiera propasar conmigo en el más allá, eso del diablo contra dios se escucha muy bullying. Me niego a morir. ¡Basta ya, estoy harto de la contradicción, exijo la cabeza de Enrique el Bautista en una bandeja de plata!

De los hubiera

Ojalá que después de la muerte haya tiempo para leer.

Terremoto

En el suelo el progreso de una incivilizada especie, al igual que los argumentos, caen los edificios que parecían más sólidos. Es sólo la dinámica natural, el regreso del caos primigenio. La telúrica e inevitable condición de hombres y mujeres, animales harto ególatras destinados a desplomarse. Tiembla en el pequeño cosmos, el artificial e infundado centro del universo se hace polvo; se sacude el anthropos la tierra con un leve movimiento. La seguridad es apariencia, bajo el piso habita la vibrante muerte. Aparece el vértigo existencial cuando se mueven las placas del ser, siempre estuvo ahí, nunca dejó de estremecerse. Terremoto afuera y adentro, paralelismo vital, universal vaivén. Aunque se obvie la escala Richter del miedo, a pesar de la supuesta seguridad del día a día, seguirá acomodándose el espacio y el tiempo, los humanos no son tan importantes, la vibración es lo principal.

A-rrimando

La culpa no es del indio ni del compadre, la culpa la tienes tú por quedarte con el cambio. Después de leer tanto libro se te olvidó pagar la renta, ahora pides compasión mientras te revisas la bragueta. En este mundo culero lo que sobra es el insulto, si van a cobrar por verte mejor miro el retrete. Poetas y periodistas, chaqueteros por oficio, no hay peor putrefacción que los versos de sus libros. Ya con ésta me despido porque ahí viene el redoble, los soldados son maricas y el general su padrote, no olviden jalar la palanca para que se vaya el cerote.

Emperifollar las heces

Gerundio fálico perenne ubicado geográficamente: siempre está valiendo verga en Michoacán.

Verbigracia: México

La justicia no existe, lo que hay son armas y abogados. ¿Tiene usted el dinero o es pobre? Ahórrese muchos disgustos y vaya juntando sus centavos para ser libre, es decir, para hacer lo que quiera: con dinero baila el juez, el policía y hasta el sacerdote. No se olvide, no sea tonto.

Lumpenpoematario

Un mundo con capacidades diferentes
en donde los poetas se reúnen
y hacen como que hacen pero no hacen,
$$ aprende algo $$,
mientras las camionetas arden
en las carreteras del olvido rural,
todo está:
D E S C O N T R O L A D O,
presidente-gobernador-diputado,
el orden de los desechos,
producto alterado y democrático,
canasta básica y agua falta,
los salarios de los reporteros,
directivos del averno,
el urinario en el museo,
el Rembrandt en el baño,
hasta cuándo,
cuántos más,
dos de cabeza y un perrito caliente,
el animalista se enoja:
¡hay que castrarlos a todos!

Comunicación

Lenguaje periodístico para un mundo mejor:

1. Cabe señalar (con el dedo por un orificio ad hoc).
2. Cabe destacar (meter y subir).
3. Se llevará a cabo (o sea, en pedazos o rumbo a San Lucas).
4. Finalmente dijo (se cansó del silencio).
5. En ese sentido (váyase derecho, usted llegará).
6. De esta manera (y no de otra, amaneramientos y manualidades).
7. Por otro lado (ya que se trata de un cuadrado expresivo).
8. Apuntó (en su libretita).
9. Respecto a lo anterior (pasado casi perfecto).
10. En este tenor (porque los barítonos son más gordos).
11. Asimismo (amontonamiento).
12. Así mismo (sí mismo disfrazado)
13. Sin embargo (no hubo incautamiento).
14. Resaltó (doble mortal).

¿Continuará?

Una tumba con índice

Cuando muera quisiera que me enterraran con mis libros, nunca nos entendimos bien, siempre había algo en lo que no estábamos de acuerdo, pero estuvieron ahí, tanto en los momentos difíciles como en los días de total claridad. No me cremen, quiero podrirme junto a ellos.

Insultos por todas partes

No es que todos sean putos, es que putos son todos. En este des-orden de ideas también, por favor, cuando se miren al espejo recuerden que morirán muy pronto, igual que yo, así es que chinguen lo más que se pueda, pidan prestado, roben, maten, engañen, al cabo y qué. Sólo una cosa, algo sin sentido, nimiedades: el mundo son los otros.

Pequeñeces

Lo sé Lao-Tse, lo sé: daños de años.

¿Cómo solucionar los problemas de la "humanidad"?

Los niños nos necesitan para que les trasmitamos el mensaje de que no deben tener más niños.

Laboralia

¿Cuántas quincenas se necesitan para llegar a la felicidad? El tiempo se mide por depósitos bancarios, los abrazos y los besos son proporcionales al tamaño de la despensa, la renta no se paga sola. Las vacaciones sólo son un paréntesis y las prestaciones laborales una promesa que no se cumple. El esclavo por contrato quisiera que los fines de semana se prolongaran hasta la eternidad. A veces una hora en la rutina puede más que mil domingos. Trabajo como enfermedad.

Frases del amor

En las albercas las niñas se suicidan con el cloro de la indiferencia social.

Es posible

No me alcanzarían las palabras para nombrar todas las injusticias del mundo, tendría que estar escribiendo el día entero, cada minuto, cada segundo. Y después vendría la pregunta ¿para qué tanta letra amontonada? Yo también he dañado a los demás: insulté, peleé, robé, maltraté, engañé a los amigos, familiares, a la personas que amo, a veces sin razón, sólo por ver sufrir a los otros. Si por algo me indigno ante los asesinatos ocurridos no es tanto porque me pueda tocar a mí sino porque yo puedo hacer algo parecido, este malestar es hacia adentro, contra las profundidades de lo que soy; tengo la (dis) capacidad de estrangular a alguien, poner una bomba en un aeropuerto o violar a una niña, por terrible que suenen estas violentas sílabas la maldad es parte de lo que somos. La miopía moral nos lleva a cometer actos estúpidos, la creencia ciega en algo (religión, política, deportes, etcétera) nos motiva a la destrucción, es cierto; pero otra parte vive en mí, en ti, en él, espera cualquier pretexto para activarse, es esto lo que me da más miedo. Esta gente que comete los actos que hoy todos aborrecemos son muy parecidos a nosotros, no creo que se les note a simple vista lo criminal. Recuerdo los personajes de Sade: filósofos, sacerdotes, científicos, empresarios, y también pobres, porque ser desgraciados no nos hace mejores personas. El mal es posible y hasta deseable, ¿por qué?

La tabla

Un muchacho iba pasando por el frente de una casa cuando del interior salieron unos gritos horribles, parecía que estaban matando a alguien. El muchacho se quedó parado sin saber qué hacer exactamente, entrar o pedir ayudar, pero no se veía a nadie alrededor. A los pocos segundos un niño salió corriendo, lloraba y de su nariz salía sangre. El pequeño se escondió detrás del muchacho, acto seguido salió una mujer más o menos joven, traía en la mano una tabla, todo indicaba que era éste el instrumento con el había sido maltratada la víctima. Con la mano el muchacho le hizo la señal de que parara: "¿Qué te ha hecho el niño, mujer, por qué lo golpeas?", preguntó. Los ojos de la mujer se pusieron tan rojos como la sangre que salía de la nariz del infante, le contestó al muchacho: "¡Es mi hijo, hago con él lo que quiero, tú no te metas, sigue tu camino si no quieres salir afectado!". Aunque por un momento el muchacho pensó que la mujer tenía razón, una madre puede reprender a su hijo, inmediatamente borró este pensamiento, no existía travesura tan terrible para que mereciera tal castigo. "Mujer, creo en lo que me dices, tú eres su madre, sin embargo ya es suficiente, no puedo permitir que sigas golpeándolo, te denunciaré con las autoridades del pueblo, estás cegada por la ira, ¿cuál fue el crimen de tu hijo, por qué tanto odio? No me moveré de aquí hasta que contestes y te calmes". La señora se enfureció más, se lanzó con la tabla hacia el muchacho, éste la inmovilizó y le quitó el arma de madera, ya en el suelo le torció los brazos porque la mujer se movía como poseída, puso la rodilla en su espalda, sin golpearla. En ese momento salieron los vecinos del lugar, vieron la escena y, sin pensarlo, se abalanzaron contra el muchacho, el niño había huido aprovechando la confusión. La mujer les dijo que él la había sometido, que la quería violar y otras mentiras, los justicieros cada vez eran más, algunos no sabían ni porqué estaban ahí maltratando al muchacho, simplemente seguían a la muchedumbre enardecida; lincharon al joven, primero lo golpearon hasta cansarse y luego le prendieron fuego, para que aprenda, dijeron. La mujer continuó en la caza del hijo con tabla en mano, castigarlo era el objetivo. 

21 de marzo, día de los asesinatos

Vaya manera de festejar el día (dizque) internacional de la poesía; aquí en Morelia fueron asesinadas cuatro menores de edad hoy lunes veintiuno de marzo de dos mil dieciséis. Tres fueron víctimas de su propia madre, las mató a martillazos, esto es lo que se sabe hasta ahora; la otra niña, de doce años, había desaparecido un día antes, "vivía" cerca de mi casa, su cadáver fue encontrado en Tarímbaro. Habrá quien diga que son casos aislados, que nada tienen que ver con una situación de violencia generalizada, que todo está bien. Yo pienso que estos actos son otros de los síntomas de una sociedad enferma, tal vez la patología le venga de nacimiento, de su apestosa naturaleza, los intentos de guardar las apariencias han fracasado. En uno de mis momentos más misántropos, y quizá como un movimiento verdaderamente poético, deseo con todo el corazón que este mundo, el total de relaciones descompuestas, desaparezca de una vez por todas. Qué lejos de la humanidad nos encontramos, qué pinche vergüenza pertenecer a esta raza de hienas.

De como se disculpa un ebrio por los platos rotos

Pido disculpas a todas las personas que insulté el viernes "pasado", ya sea de palabra, obra u omisión, lamento sinceramente el que no hayan aprovechado para quebrantar mi mandíbula y/o las otras partes que me constituyen. Tengo problemas con los barbitúricos mezclados con alcohol, por eso le embarro pegamento cinco mil a mi carrujo de marihuana, aunque lo mejor es no salir, en mi cuarto soy feliz, no sé para que insisto en compartir con los otros. Entiendo que no entiendo cuanto mi trato se vuelve maltrato, no quise escupir ni mentar madres, simplemente pasó, era mucha la saliva en mi boca. También quiero expresar mi odio profundo a todos esos malnacidos hijos de puta que me dicen que me calme. Muchas gracias por su atención y hasta el próximo fin de semana.

Poelesía

Poesía y policía, tan cercanas.

Genuflexiones del autoconocimiento

1. Quiero cambiar, dar lo mejor de mí, pero disfruto mucho el ser un hijo de la chingada, me ganan las ganas de molestar al personal en turno.

2. Soy escritor, es a lo que me dedico, aunque eso de que la inteligencia y la claridad me acompañan es un infundio.

3. No asocio la idea de artista con la de intelectual, y mucho menos la de intelectual con la de "buena persona".

4. Mi dactilomegalia y mi pie plano son nada frente a la cara de estúpido de mi prójimo.

5. El mayor de mis defectos tiene que ver con la imposibilidad del suicidio, o sea, falta de voluntad.

Fue un error haber nacido o del no irse limpio

Soy una fe de erratas
Dios es mi corrector de estilo
Mala sintaxis mi existencia
El perdón demasiado tarde

Al otro día cuando nadie lee
Aparecen las letras pequeñas
En la página tal, donde dice...

En el principio fue el verbo mal conjugado
Pero se fue a impresión sin revisar
Por eso tengo acentos en donde no
Le faltan preposiciones a lo que soy.