La culpa no es del indio ni del compadre, la culpa la tienes tú por quedarte con el cambio. Después de leer tanto libro se te olvidó pagar la renta, ahora pides compasión mientras te revisas la bragueta. En este mundo culero lo que sobra es el insulto, si van a cobrar por verte mejor miro el retrete. Poetas y periodistas, chaqueteros por oficio, no hay peor putrefacción que los versos de sus libros. Ya con ésta me despido porque ahí viene el redoble, los soldados son maricas y el general su padrote, no olviden jalar la palanca para que se vaya el cerote.
sábado, 7 de mayo de 2016
A-rrimando
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