lunes, 18 de febrero de 2013

  La institución de instituciones ha hecho de la Democracia su máxima palabra, su palabra de poder, su camino azul, la espada contra el Maligno, la zancadilla a lo que es, el rifle que mata al niño, la palabra fuego. Y también hay otras palabras en el diccionario del Dios Invertido que sirve a la institución de instituciones para justificar su Falacia Oficial: justicia, pluralidad, solidaridad, nación, libertad, patria. Patriotismo: incesto político que practican los profesionales de la felación pública. Esto es la república, los estados unidos, zurcidos, mexicanos, estados alterados mexicanos. Grabé en la penca de un mexicano un número, como hacían los nazis con los judíos. La credencial para votar con fotografía sirve para cortar la cocaína. No hay mayor poder que el poder de todos, la voluntad de una multitud ávida de tacos de cabeza y refresco de cola, he aquí a la nación. En la impersonalidad de la burocracia infinita está el corazón de este país, liliputiense por definición. Pero el país no es el territorio, ni las montañas, mucho menos los mares y los bosques, el país es una idea estúpida que sirve bien a los aduaneros para incrementar su riqueza. ¿El país es democrático, lleno de justicia y libertad?, una nación que se hizo de envidia y asesinato, como todas, como México no hay, no tenemos, vuelva mañana. Tenemos Unión Europea y también nos quedan sobres de China y Japón. Grillos, ratones, cucarachas, zopilotes, víboras. ¿Qué van a saber ellos de la democracia?
 Demonios y Crack: democracia.

 
 Caliche Caroma, texto y fotografía, 2013.

No hay comentarios: