Amiga, en tu casa las ventanas son televisiones y están todas apagadas. Cuando me asomo a las cubetas de agua tú ya estás despierta. Qué bueno es poder tener las cosas y no usarlas. Toco el saxofón de tu timbre a pesar de que estoy adentro. Comienza la fiesta con las peleas de los vecinos. El café ya está servido. Libretas de recados hacen las veces de poemas registrados. El café ya está frío. Una lámpara es el mayordomo. Trapeador, escoba, la limpieza de los trastes. Aunque es temprano estamos ebrios. La hora de comer es el simulacro del apocalipsis, sopa aguada. No tengo hijos, tengo deudas. Arroz con huevo. Veinticuatro, sesenta, doce, trecientos sesenta y cinco, bisiestos abrazos nos damos. Amiga, ya me voy, los domingos pagan doble si uno más uno son dos.
jueves, 18 de septiembre de 2014
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