viernes, 12 de septiembre de 2008
Florofondia, la vampira vegetariana
Zoom
Un plato de papas con sal, un vaso de agua. Huevos revueltos con salsa roja hecha en molcajete, cebollita finamente picada. Pipían, a ver a quién le toca la pechuga, a ti te tocó un muslo. Las carnitas en tortas de bolillo grande, chiles en vinagre y coca cola. Frijoles con arroz, queso añejo y aguacate, agua de guanábana de sobrecito. Mole negro con tortillas de harina del oxxo. La televisión sonando al unísono con la radio, afuera la campana del basurero acompaña, ¡pero si hoy no pasa el camión de la basura! Una, dos, tres mentadas de madre al aire. Adentro el olor a comida de domingo, a ningún olor, a todos los olores. De una a otra casa plano secuencia, vista aérea de las azoteas: bicis oxidadas, andaderas oxidadas, perros ladrando, mundo oxidado. Más allá de esta imagen vemos que la cámara se aleja y se va, se aleja y se va, se va, fin.
Setenta veces siete
Paga el taxi
Paga la luz
Paga el gas
Paga la comida
Paga la escuela
Pegas a la prostituta
Pegas a tu esposa
Debes la renta
Debes bañarte con agua fría
Debes estudiar para ser alguien
Debes comer bien y no engordar
Debes orinar parado
Debes sufrir mucho
Debes aguantarte las ganas:
Congratulémonos con los imperativos
Vayamos esta noche a dormir tranquilos.
Con la sensación de que nunca termina
Vino derramándose
Niña
y Niño
jugando a dar vueltas
botella de vino vacía,
Vino blanco,
transparente sueño del borracho,
Señoritas desnudas
lavando sus cuerpos con vino rojo,
sobre un vestido maculado
De novia dejada,
mientras los desinvitados
se acaban el pastel,
envinado.
se acaban el pastel,
envinado.
Niña
y Niño
jugando a dar vueltas
botella de vino vacía,
mareado el deseo.
Vino blanco,
transparente sueño del borracho,
duerme usando cualquier escalón de almohada.
Blanca la memoria,
laguna de alcohol.
laguna de alcohol.
Señoritas desnudas
lavando sus cuerpos con vino rojo,
tinto
entre sus piernas.
entre sus piernas.
Música ebria, los oídos llenos de licor:
canción de los que viven eróticamente ebrios,
de los satánicamente liberados.
Inodoro
Me identificoro más y más con los que no conozcoro. Me identifico, no conozco. Y las mujejeres y los hombresbres me siguen sorprendiendo. Mujeres, hombres. Sorpresa. Porquere somos parte del señor que hace los tacos en la esquinara. Los tacos y el señor. Y también del chofere que transitara a penas duras sui generis peseroro. Camión, también, duras poco. Porquere somos los que servimoros de estadísticaras para las cienciosas de hoy día: Unoro, dosoro, tresoro, uno-dos-tres, tres veces tres y siete veces seis, cientoro por cientoro o 545 veces al año. ¡De todos mododoros vamoros a morir! Modos de morir. Igual se entretiene el gatoro con una hebra de hilo. Gato hebra. Entretenidos estamos, tenidos entre que estamos. Porquere somos, somos cosmoros: somos porque.
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miércoles, 30 de enero de 2008
Sobre los habitantes de un pueblo de madera (para Humberto Arturo Puente)
Juan Antonio de la Riva alcanzó una estrella para Elisa, quien comía cucarachas antes del fin del mundo. Su vida errante, la de él y la de ella. Escritores borrachos le han contado historias sobrias mientras come su caldo de espinazo de diablo. Actor, camarógrafo y quién sabe qué cosas más, siempre lo están insultando. Pueblo de madera, hecho con la carne del árbol. También es de él la idea del cine dentro del cine, no de él totalmente pero la mente no es total, así que es un préstamo dirigido, por lo tanto, original. Una película realizada en mil novecientos noventa, locación natural: la sierra de Durango. La historia: Mi pueblo es tan pequeño que cabe en mi corazón, paráfrasis paralítica. Está el fuereño esperando la hora en que atacará a la muchacha que quiere que la ataquen, misoginia inducida. Un camión de carga y además desea, un camión del deseo, la esposa de un trabajador del aserradero, el semental de esta película, lucha libre, Mario Almada sin pañales, educación secundaria, un robo, una tienda de raya, un cinematógrafo descompuesto, el Santo, unidos como cadenas, alargar el deseo, una mujer vestida de blanco, niños, amistad, decires. Y también está el loco del pueblo, cinéfilo, el loco que es loco porque cree demasiado en sí propio, y el cine dentro del cine, amor proyectado, el cine arriba del cine, el cine frente al cine, el cine moviendo al cine, cine que se descompone de repente, empezando la película, la película del pueblo de madera. Alguna vez un Humberto, de los millones de Humbertos que existen, me dijo que el niño que se va es Juan Antonio de la Riva. ¿A dónde va y en qué momento llegó la despedida?
martes, 8 de enero de 2008
Sol, iglesia y teléfono
Para hablar con los dioses tienes que pagar tres pesos por minuto, así te dicen los sacerdotes de casi todas las religiones. Y si te entra el remordimiento por algo que hiciste antes, golpe en la cara, en esta vida nada es gratis. Se aplican restricciones e inyecciones, por aquello de que te portas inapropiadamente y él te ve, o aquel, o ese otro dios voyerista. Soborno metafísico. El templo es nuestro cuerpo, ¿ya viste a ese gordo? El día del apocalipsis los perros lamerán el suelo. Contrabajos que anuncian el fin, el sonido grave del ¡ya es suficiente! Ante esta situación lo más conveniente es fijarse hacia dónde irán las ratas.
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