A las doce del día una señora grita: ¡Han robado mi bolsa! Sé que no es una bolsa cualquiera, es una bolsa especial, su bolsa, las cosas que más quiere. Me acerco y le pregunto que hacia dónde huyó el ladrón, le ofrezco mi ayuda. Ella responde enojada que la deje en paz o llamará a la policía, sigue gritando: ¡Alguien que me ayude! La observo y me doy cuenta de que estoy loco y ella está loca, todos estamos locos. Es mejor no preguntar.
martes, 27 de noviembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario