lunes, 16 de marzo de 2015

Emma

Tú puedes intervenir cuando se te hinche el clítoris, llegas cuando quieras, te vas igual. Nadie te obliga a ser delicada. Feliz milenio de la mujer: No, no son quince años ni es la cocina tu lugar. También te puedes enojar, es más, ¿para qué pedir permiso? Una rosa negra con estoperoles mientras nacen más niñas que niños, la danza de la naturaleza es destructiva. Madre Tierra, haz lo tuyo. Castrados donjuanes y casanovas van con la cabeza abajo: por las tortillas, al mandado, por los niños, a la escuela, al karate, a la casa de Pedrito, el que vive, afortunadamente, con su mamá. Pantalones, faldas y vestidos. Mucha caca para cambiar el pañal, te toca, se llama justo medio, Aristóteles y su inexistente tratado feminista. Y llegaron los premios para las mujeres liberales que se someten a su macho intelectual. Claro, es el futuro del amor. Responsabilidad familiar, buenas tardes señor, soy María, la novia de su hijo, disculpe que diga esto pero es usted un total pendejo, mucho gusto en conocerla señora, ¿por qué vive con este bulto de reclamos? Y sabes, cuando la música esté en su máxima expresión, en el momento más poderoso, llegas y sonríes, por favor.

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