miércoles, 30 de septiembre de 2015
¿Qué es lo normal?
Normal.
(Del lat. normālis).
1. adj. Dicho de una cosa: Que se halla en su estado natural.
2. adj. Que sirve de norma o regla.
3. adj. Dicho de una cosa: Que, por su naturaleza, forma o magnitud, se ajusta a ciertas normas fijadas de antemano.
Del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (23.ª edición).
Estar loco es ir en contra de lo normal, sano, juicioso, razonable; ser un loco, antónimo de prudente, recatado, tranquilo, obediente. El demente ha perdido la razón, el juicio, es disparatado e imprudente, no tiene recato, en alguna época se relacionó al insano con la homosexualidad, se ha vuelto loco, le gustan los hombres. En el habla cotidiana se utilizan muchas expresiones, peyorativas casi todas, para hacer referencia a ese extraño que extraña a los demás. Diferente al idiota, imbécil, tarado, baboso, este loco rebelde no se ajusta a ciertas normas fijadas de antemano, no por incapacidad, sino por amplitud de horizontes.
El loco y el enajenado. El loco, cualquiera puede serlo: panadero, carpintero, deportista, artista, asceta, misántropo, veterinario. Todos estos a favor de la vida, la locura es un sí acentuado. El normal, cualquiera debe serlo: asesino, hijo de puta, presidente, diferentes tipos de esbirros: policía, judicial, federal, soldado, defensores, en diversos grados, de lo establecido (establecido por ellos mismos, la democracia es una petición de principio).
En una aglomeración como ésta los significados se confunden, mutan o se disfrazan. A propósito de la diferencia entre el loco y el enajenado apunta Roque Barcia en su Diccionario de Sinónimos, que: "La enajenación expresa la idea de que no estamos en posesión de nuestras facultades mentales, de que somos extraños o ajenos a nosotros mismos, y a duras penas se puede concebir un modo de hablar más enérgico y más gracioso. Efectivamente, en el individuo enajenado manda otro, no manda él, como él no manda en una finca que enajena. Los hombres nos tornamos en cosa, y nos enajenamos, nos vendemos. ¿Quién vende más al hombre que su propia enajenación? No son los traidores los que verdaderamente nos venden, los que verdaderamente nos delatan. Nosotros somos los primeros en vendernos y en delatarnos con nuestros delirios. Tal es el sentido corriente de la palabra enajenación".
Los artistas locos contra los artistas normales, los enajenados con la normalidad intentan controlar a los que no se dejan domar. En guerra total, los primeros; en la burocracia de lo establecido, los segundos. La locura es pura creación, matrimonio entre el cielo y el infierno con una fiesta que se prolonga hasta la madrugada de la moral. Mi árbol, aunque dé frutos envenenados, es feliz. Los normales van muy orondos por el mundo, juzgando a diestra y siniestra, diciendo lo que está bien y lo que está mal. Mientras los locos a su asunto, dando sentido a las más descabelladas ideas, trabajando empecinadamente para que la luz se haga. Sí, la única claridad es la de la locura.
Escribir, pintar, tocar, bailar, observar, crear, mear, cuántos infinitos infinitivos más se necesitan para entender que del otro lado, cruzando el muro de nuestros prejuicios, también hay agua y quita la sed. Los acusan de mentir y engañar en un mundo en el que todo es mentira y engaño, pobre locos.
¿Qué es lo artificial? Tal vez quien debería estar encerrado en un cuarto estrecho y acojinado (vimos muchas películas) eres tú, policía, enajenado con la obediencia estarías más feliz ahí, la servidumbre voluntaria con camisa de fuerza, un palo con clavos en el ano.
Y sin embargo, los enajenados mandan sobre los locos, los mandan a la cárcel, sanatorios mentales, psiquiátricos, loqueros, encierro total, rehabilitación, redención socialmente aceptada, aunque te dejen babeando y lleno de moretones. El psiquiatra les dará pastillas para que se calmen, descargas eléctricas en los testículos; otros psicólogos más alternativos les recomendarán terapia, hay millones para escoger, incluso el arte como terapia, también el aroma de una flatulencia cura.
Existe más sentido en un cuadro de Basquiat que en todas las leyes del mundo, algún loco dijo alguna vez. Artistas serios y artistas locos, normales y anormales, encarcelados por los prejuicios de los demás, en una celda escribiendo El Apando. Un saxofonista que persigue muchachas en una campo de urnas, mientras los votantes se pitan los pulgares y entregan su dignidad al enajenado en turno. El loco crea, creación, creativa, creatura, cuidado con el perro, el resultado, matemático, por qué no.
El producto del proceso fisiológico-espiritual que hace corto circuito en la mente, y que proviene del recorrido ano-estómago-corazón, es conocido como obra de arte. ¿Cuál?, pregunta el curador, porque su trabajo no es fácil.
Diógenes de Sínope era considerado como un loco en Atenas, comía con las manos, esparcía sus deyecciones por la plaza pública, cuestionaba a los sofistas y filósofos de la época, no creía en lo establecido, buscaba entre los normales a un hombre de verdad, con su lámpara encendida a la luz del día escrutaba los rostros de la mentira. Alejandro Magno dijo que Diógenes era el más sensato de los hombres. El gobernante, el que representa al estado, el enajenado de poder le rinde pleitesía al loco del barril: "Hazte a un lado, que no me dejas ver el eclipse".
Tesis sobre el Marqués de Sade, estudios acerca de la vida y obra de Gauguin, homenajes al gran artista Antonio Artaud, detrás del velo está Don Quijote desnudo con la verga bien parada. Vaya malachanza, diría Octavio Paz, que por cierto también fue loco de joven, ya de viejo se le normalizó el corazón. Muchos ejemplos, citas que tocan el tema y son acusadas de pedofilia.
Me voy y me quedo con Alguien voló sobre el nido del cuco, obra de Ken Kesey, parafraseo: "Que primero me dijo que no existían los dragones y después me condujo hasta su guarida secreta".
Imagen: Paul Klee, This Flower Wishes to Fade, 1939.
Intencionalidad
Yo quería escribir algo interesante pero sólo tonterías brotaron de mi cabeza. Mi intención era hablar de las flores y dije perro. Cuando mencioné la palabra carro en realidad quería decir tiempo. Es que soy muy pobre de pensamiento, mi lógica es la de las alcantarillas, siempre llena de basura. Por eso nadie entiende los mensajes que dejo en las paredes de los baños públicos. Mis poemas son hadas disfrazadas de moscas.
Flatus vocis
Locote carnaval,
se puso denso el zapateado,
chicles y bombones,
madrazos en las orejas.
Delirio exacerbado mi hermano,
el festejo se postergó,
se derramó por la madrugada,
Orfeo tuvo la culpa.
En la sociedad es más importante el dentista que el artista.
La fiesta duró hasta las 6:00 horas.
Hubo música en vivo.
Instituyamos los martes como un pequeño fin de semana, una advertencia, un aviso hedonista que nos recuerda que el fin de semana mayor se acerca. Fin de semana corto y fin de semana largo.
Bebí, bebí, bebí
perdí la conciencia
gasté todo (del mundo)
no contestaste
te marqué
hasta atrás
cinco veces
5 a.m.
Ya no sé
¿seis?
¿quién tocó?
¿neta?
se puso denso el zapateado,
chicles y bombones,
madrazos en las orejas.
Delirio exacerbado mi hermano,
el festejo se postergó,
se derramó por la madrugada,
Orfeo tuvo la culpa.
En la sociedad es más importante el dentista que el artista.
La fiesta duró hasta las 6:00 horas.
Hubo música en vivo.
Instituyamos los martes como un pequeño fin de semana, una advertencia, un aviso hedonista que nos recuerda que el fin de semana mayor se acerca. Fin de semana corto y fin de semana largo.
Bebí, bebí, bebí
perdí la conciencia
gasté todo (del mundo)
no contestaste
te marqué
hasta atrás
cinco veces
5 a.m.
Ya no sé
¿seis?
¿quién tocó?
¿neta?
Leer duele.
Lo que la gente busca son libros de cómo hacer tal o cual cosa, ellos quieren respuestas, no preguntas. Suponiendo que aún existen personas que leen. Y al final de cuentas literarias, ¿qué importancia tiene para mí lo que los otros hagan o dejen de hacer? Vivo entre los otros, sin ellos sólo soy un grito en el desierto. Cierto, pero antes que cualquier cosa, el autoconocimiento. Si critico a alguien será a mí mismo (impropio). Por eso leo a Pascal y a Parménides García Saldaña al mismo tiempo, voy de la duda a la onda, ida y venida, una y otra vez. ¿Leer me hace mejor persona? No lo sé hasta ahora. Lo que sí sé es que ya va siendo hora de desayunar.
Fin sin historia
En la porno biografía interconectada se encuentra, por supuesto, la información sugestiva de sus (+−) amigos, los tiene en fotos y más: videos, música, me gusta, eventos, grupos, opiniones, notas. Busca personas, lugares y cosas. La suya es una actividad reciente llena de acontecimientos importantes. Su estado es comentar y compartir, degustar lo público y lo privado.
miércoles, 16 de septiembre de 2015
Esta es la crónica masturbatoria, infundada y pretenciosa. Comenzamos. Un desapercibido grito en la atiborrada plaza, un ¡auxilio! para el que no llegó el auxilio. Los hechos ocurrieron así: Alguien, hasta el momento se desconoce su identidad (sic), fue asesinado en los festejos del la Dependencia Natural que se llevaban a cabo en el centro histérico de la ciudad de Morguelia. Con un cuchillo grasoso, sin lavar, le propinaron una propina de agujeros al hoy occiso, aseguraron testigos anónimos que pasaban por ahí. Viejas rencillas, cincuenta puñaladas. Así se resume lo que no vale nada, se llamó. Saldo blanco con un detalle en rojo para esta fiestas falsas. En otras noticias del día quince: Incesto. Un padre de familia (pater familias) se introdujo desnudo en la cama de su hija adolescente, no para contarle un cuento sino para sodomizarla, la madre dormía, soñaba la mamá con un tranvía, comentó. En la sección económica, por su brevedad, resalta el auto-aumento de sueldo que se otorgó la burocracia rancia de la democracia, también hay un aumento de ira contenida, los expertos dicen que es una colectiva acumulación a punto de hacer ¡pum! Información sana para una larga espera en esta sala llamada tierra. Recuerde que el ruido diario de cada día le puede desprender algún órgano, por ejemplo, el corazón. Cultura y espectáculos: La flatulenta literatura sigue a la alza, en lo que va del año se han publicado más de cien libros, el gasto de papel no tiene límite. Mundo: El de a lado se rasca las narices en mucosas intermitencias, la gotera de la regadera continúa perforando los sueños de esta nación, los ronquidos operísticos del cónyuge provocan disturbios domésticos, otra vez el carro por la avenida, aquí las imágenes. En la opinión de este jueves de estrés: Las ganas de matarlos, de matarse a uno mismo y la impotencia de unos tacos de cabeza. En resumen: La niña despertó y recibió al padre y el padre durmió con la madre que soñaba con tranvías mientras la gotera roja del hoyo del hombre apuñalado salpicaba los sueños de este país sopa de fideos y un licuado de violenta desesperación con plátano.
Pausanias
Perdón las disculpas al principio pero ahora faltan atrezos para esta escena del decir a babor en mi teatro de agua y todo por culpa de una neurastenia que me hace naufragar en lo fluido porque voy al revés como zafio que cruza el Mare Nostrum de la imaginación nívea que es cielo al mismo tiempo por proporción reflejante y miro los sueños flotando y de regreso por nubes nimbadas de cuervos observo las calles de cualquier ciudad Manes en donde madres e hijos mendigan un poco de vida y me reviso los bolsillos sin fin porque estoy en blanco como el kimono de las cortadoras de nísperos jugosos con sus semillas parecidas a los dientes de un demonio negro como esto y como aquello y como el futuro se niega a pasar porque no he dado algo a los que sufren llueve llueve llueve pero fumo malva en otro más de mis arcaísmos y no les doy limosnas a los pobres porque lanzar una moneda desde esta altura sería disparar balas circulares que regresan a uno impropio por el efecto mandanga que me tiraría inmediatamente al cielo o al mar ya que no soy ningún jayán austral y no sé nadar.
Guillermo se pierde en la montaña
Es bueno saber que el mal regresó. Esto me lo contó un amigo que sobrevivió al frío de la madrugada. Subió a la montaña como cada domingo, cuando se puede. Llevaba un litro de mezcal en botella reciclada, agua, aunque no tanta, había olvidado la chamarra. Estos días aún son de lluvia, pero a él no le importó la climatología, andar por la montaña era su meta, su más allá, su empecinamiento micro-turístico. Ya había conquistado el Iztaccíhuatl y el Popocatépetl varias veces, el recuerdo de estos colosos lo animaba a seguir por la ruta de lo intransitable: "Sí, sí puedo". Nunca imaginó que la cima se convertiría en sima. Caminó, no sé si iba pensando en algo o quizá anduvo sin detenerse en el pensamiento, un constante e hipnótico asombro del verde, ya mencioné arriba que el verano todavía no termina. Tal vez fue la combinación esquizo-religiosa lo que lo llevó a la expiación natura naturata. La confianza en sí mismo lo ayudó a internarse más en lo desconocido: "No, no estoy perdido". Siguió en la invención del camino, se acordó de Antonio Machado. Dos viajes, el de afuera y el de adentro. La noche pintó el paisaje sin ayuda de la luna. El terreno indómito no se dejaba andar, se agachó para palpar el suelo y ahí se quedó quedo, era imposible seguir, la voluntad estacionada. Tuvo que permanecer así hasta el amanecer, sin moverse de su lugar pero moviéndose en su lugar, generando algo de calor, mirando a las moribundas estrellas burlonas. Llegó el amanecer y con éste las lágrimas y el rocío. Esperanza y alegría en el regreso a casa, renacer en la última oportunidad que es la que tenemos cuando despertamos cada día. Sería interesante que todos nos perdiéramos una vez al mes, por lo menos.
Otra
Habla un borracho en una cantina: "El verdadero Shaitán es Prometeo. El fuego no sólo lo consume todo, también ánima las cosas, las hace brillar, ser. El fuego es una extensión de los dioses y gracias a un robo nos fue otorgado: prótesis y traiciones. Aquel que dude de esta afirmación será degollado y su cabeza clavada en una lanza, las moscas bailarán alrededor de él". Al terminar su discurso saca un encendedor y amenaza con incendiar el lugar si no le sirven otra.
lunes, 7 de septiembre de 2015
Creo porque puede ser cierto. ¿En qué creo? En todo lo que salve. Creo en el cielo y en la tierra, en las promesas de los vivos y los muertos. Creo en lo absurdo y en la ciencia, que son lo mismo. Creo en la tecnología porque el mundo cree en ella. Creo en el odio de mis enemigos y en el amor de los poemas. Creo en la escalera, peldaños y escalas. Creo casi en cualquier cosa menos en mí, porque me conozco.
Informes sobre usted
Le preguntan acerca de los huracanes que atacan las costas del país en esta temporada de ídem, entrevista sorpresa, su café espera, el azúcar y la crema lo miran con ese animismo del que quiere escapar a las situaciones bochornosas. Continúan con su trampa, hablan de una entrevista, vox pópuli, alegan. Quieren saber del tiempo en general, como si no pudieran comprar un diario o revisar los pronósticos en algún sitio de internet. Se refieren al tiempo pero usted sabe, entiende, que no es Cronos ni Aión del que hablan sino del tiempo como clima, un equívoco muy común; la lluvia constante hasta la inundación, el viento violento que levanta personas como bolsas de plástico, los truenos y no los relojes de arena ni las clepsidras. Responde con una sonrisa forzada que es una evasión a la cuestión en turno, el gesto típico de los que no quieren meterse en problemas, le aburren las explicaciones, darlas y que se las den. Desvían el asunto principal, se van por la tangente, cotangente, seno y coseno, quieren saber su opinión de los últimos acontecimientos político culturales, pues el tiempo sólo era un pretexto para la conversación, una introducción al cuestionario real. ¿Votó usted? Silencio. ¿Por quién lo hizo? Silencio. ¿Asiste al teatro, a los conciertos de la sinfónica, a los eventos culturales? Silencio. Entonces la pregunta aparece, es sacada del sombrero de la improvisación: ¿qué opina de la eutanasia? Incómodo momento ante el café que continua la espera, en dirección hacia los polos va, se enfría. ¿Por qué tendría que responder? Usted nunca les ha preguntado a ellos sobre el calentamiento global o de los reptilianos. Cada quien su vida, su estar con los otros no está supeditado a este tipo de informaciones. Usted es una persona más o menos culta, con estudios más o menos profesionales, lee cuatro libros al mes, no son muchos pero son suficientes para una vida más o menos tranquila. Jamás ha aparecido en los medios de comunicación masiva, le parecen una tontería esas respuestas que dan los funcionarios cuando quieren hacerse notar en un tema del que no saben nada. Insisten, porque la obstinación es su oficio. Ellos están ahí, con su micrófono escupido, la cámara fálica que todo penetra, credenciales que justifican su impertinencia. Los otros clientes del establecimiento al aire libre lo miran con ansiedad, quisieran estar en su lugar, usted sigue callado. Presencias fortuitas, la suya y la de los demás, podría haber sido otro, cientos de personas tienen respuesta a esta pregunta y a la del tiempo también, los ha visto, sabe que existen, son esos necesitados de conversación, una limosna de acompañamiento, de calor humano. Discurrir sobre este tema es ocioso para usted, poco aportaría a la discusión real que ocurre en los tribunales y en las universidades. Mientras menos hable con los prójimos mejor, la misantropía le brota por los poros de la piel, que el vecino se vaya al carajo, también los reporteros. Ellos lo miran con la esperanza de que diga algo valioso o algo muy tonto, cualquiera de las dos respuestas los beneficiará, buscan la nota sin importar cuánto incomoden con su presencia que nadie pidió. La respuesta que usted emite le pone fin al episodio: "Tengo cáncer".
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