La historia tiene o no tiene significado. Dificultad, es complicado expresar lo complicado, la historia no se nos revela como algo dado, los libros de historia divergen entre sí, las fuentes están sucias, los métodos atómicos aplicados han diseccionado al animal social, la región y el clima, la formación académico terrorista de quien escribe termina por hacer historietas. Los historiadores, filósofos, antropólogos, literatos, humanistas, la veracidad en los hechos históricos, dos tacos de cabeza y uno de lengua. Porque la historia es compleja y acomplejada, los matemáticos y químicos también hacen historia. No sabemos hasta qué punto un determinado acontecimiento histórico fue verdadero o falso, o los dos al mismo tiempo, su tiempo que está siendo y que no es. Esta miseria teórica nos invita a pensar en el relativismo exacerbado. Una idea de progreso hacia mejor. México no nos habla de un progreso hacia mejor, entre discurso y realidad y una mujer dormida. La historia es un discurso: argumentación específica para fundamentar ciertos intereses, dependiendo de cuál sea el poder en turno. Hitler y Bush viven en Morelos y ambos utilizan un tipo de discurso que produce historia, como finalidad el orden. En México Felipe Calderón es puto, pero aplica mundialmente, no sólo por el tiempo, sino por las circunstancias de-formativas. Cuáles son las premisas sobre las que descansan nuestras conclusiones, una paradoja o contradicción que nos resultaría hasta hoy irresoluble: somos mexicanos. Lo que nos toca hacer a nosotros es razonar y valorar los aspectos que hagan más inclusivos los modelos valorativos de los discursos históricos o irnos a vivir a Uruguay. Vemos que explicar la realidad a través de la historia es igual de difícil que encontrar el origen de la vida y el universo. Aquí se puede entender eso de que somos representación del universo pero en un microcosmos, o mejor sería decir un mircrocaosmos. ¿Y que sería lo deseable entonces? Jesucristo del Partido Acción Nacional. En México se han preocupado por darle sentido a lo nacional, la idea de unidad de un pueblo que vaya hacia mejor después de superados los traumas. Traumas que ocasionaron los desgraciados episodios pasados, pero gracias a que el carácter revolucionario ha forjado el espíritu mexicano la historia tiene reservado un capítulo de gloria para este pueblo, patologías e ilusiones. La contradicción entra inmediatamente. Los trapitos sucios. Preguntarse por el sentido de los atentados en Morelia del 15 de septiembre es ser anacrónico, es un hecho ya superado en los canales de televisión. La historia trata de mostrar lo que vale la pena rescatar para poder ofrecerlo a las generaciones venideras, a los otros. La historia es revivir el todo particular anterior y sus circunstancias, con el fin de aprender de ella, la historia es maestra golpeadora.
lunes, 16 de diciembre de 2013
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