La ilusión no es esperanza, es engaño. Lo cual no quiere decir que siempre sea un engaño maligno o perverso, se podría decir que vivimos de ilusiones, es lo que nos mantiene de pie. Pero no hay que perderse en el engaño, habría que cerrar de vez en cuando la llave de las ilusiones. Tener sed, hacer esperar a la ilusión, la esperanza de la ilusión.
martes, 21 de enero de 2014
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