Las estrellas brillaban intensamente mientras el viejo contaba su historia, parecían estar atentas a lo que el hombre decía, como si les brillasen los ojos, ignoro si las estrellas tienen ojos. La historia del viejo era sobre ballenas, acerca de las pocas ballenas que sobreviven en los mares que les hemos robado. Era una historia triste, muy triste. De repente, el viejo dejó de hablar y una estrella fugaz cortó el cielo. Le pedí que siguiera con su narración, pero no quiso, dijo que las estrellas estaban tristes y que pronto el cielo se nos vendría encima, porque cada estrella fugaz es el espíritu de una ballena asesinada. Me quedé toda la noche observando el firmamento.
martes, 11 de febrero de 2014
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