Lo único que deseo es que te hagas a un lado porque me tapas el sol. Con estas míticas palabras se supone que Diógenes habló al gran Alejandro Magno. Yo pediría lo mismo, que todos los magnánimos se hagan a un lado, quiero disfrutar de los rayos del sol, de su calor. Si yo no hubiera sido Caliche Caroma me hubiera gustado ser un perro. Estoy buscando a un hombre entre todos estos muertos en vida. El cínico de Sínope habló conmigo anoche, en sueños me dijo que la verdadera filosofía se encuentra en la calles, en los abrazos de las prostitutas, en los botes de la basura, la verdad y la filosofía están pidiendo limosna en los mercados, nadie les hace caso. Estoy aprendiendo a ladrar y a dar asco. Un Sócrates que no sólo está enloquecido, también tiene rabia, un asesino del sentido, un paria rebelde y subversivo. Sí, esto soy yo, quizá un poco menos.
martes, 3 de febrero de 2015
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