Odio y amo. Por qué lo haga, acaso
preguntas.
No lo sé; siento que lo hago, y me
atormento.
Catulo.
Me detengo en el puesto de películas piratas, agarro una película, Viólame (Baise-moi) de Virginie Despentes. Veinte pesitos, joven, es original, para adultos (susurrando). La vi hace unos años, comienzo la charla con el vendedor que ahora habla con alguien más. Despentes, además de dirigir, escribe el guión junto a Coralie Trinh Thi. Mi interlocutor hace como que le interesa lo que estoy diciendo. Aja.
Sigo. Karen Bach interpreta a Nadine, Raffaêla Andersson a Manu. Las dos fueron actrices porno antes de que hicieran esta película. ¿Y usted cómo sabe eso? Me gustó la película y busqué información sobre ella. Karen Bach, creo que en 2005, cinco años después del estreno de Baise-moi, se suicidó en un apartamento de París. Tsss.
He captado la atención del vendedor de películas. Karen se casó muy joven, su esposo le propuso hacer porno casero. Justo cuando su matrimonio fracasa, como cualquier otro matrimonio, Despentes le ofrece el papel de Nadine. Ella creyó que no volvería al porno (¿era porno aquel proyecto de la directora Virginie Despentes?). Viólame no es únicamente sexo frontal. Historia de venganza, amistad y una pizca del picoso sinsentido.
Karen Bach, la que se suicida, le da vida a una cansada prostituta que se fuma la hierba de su compañera de casa. Nadine y Manu van por el paquete completo: sexo más asesinatos. Casi lo he aburrido, el vendedor saca su celular. Creo que la despedida de Karen Bach sólo cierra el ciclo de Viólame. Muy interesante, jove, mire, encontré esto en Google. Me muestra fotos de Karen. Insisto en mi punto. Para que se cerrara el círculo, era necesaria una afirmación, el sí al suicidio que no concretó Nadine en la película. Está feo de suicidarse, joven.
Antes de que la atrapen, Nadine tiene la esperanza de terminar con su vida de una vez por todas, Manu está muerta y su cuerpo es devorado por las llamas, casi aprieta el gatillo, pero la interrumpen, sobrevive, la obligan a sobrevivir. Karen Bach lo dejó para después. En el departamento de uno de sus amigos parisienses ingirió una dosis de pastillas fulminantes. Dios la tenga en su gloria, joven.
Miro la portada que tengo en mis manos, Karen Bach (¿o es Nadine?) apunta con el arma. Lo único que se podía dar a sí misma: la muerte. Avanzo hacia otro puesto, otra plática, otro tema. ¿Entonces no la comprará, joven?
2 comentarios:
Karen Bach es para mí el ícono de la generación a la que pertenezco. Viólame ha marcado un antes y después en mi historia. Lo contemporáneo se reduce a lo gráfico, a lo irreversible, a lo mefistofélico. Mi sombra se esconde en el rincón del miedo al hambre y Karen mientras hacía películas porno o se suicidaba con todas las de la ley. Admirables tus temas cuate. Admirables las condiciones en que robas, agandallas, defiendes y te defiendes en tu revolución personal. Admirable Raquel que te aguanta y yo que no me olvido de tí. En fin. Registrar la muerte, la calle, el frío o el calor bochornoso, la comida en las encías y el olor a mierda. ¿hay algo más en el ser de los escritores de este tiempo semejante a un tonel de mierda?
Los escritores no existen. Está el pendejo que se atasca con las teclas, el lápiz o el dedo lleno de mierda procurando existir en el terreno de las ideas y extender las suyas y seguir viviendo, sorteando la vida. Los escritores están atormentados, y son pedotes y mariguanos, y tienen una musa. O varias. Ja ja ja. y sabenn que son escritores desde siempre, no se lo pueden negar a sí mismos. No pueden vivir sin escribir. Que me perdone Rilke por robarle su carta a un joven poeta. Si puedes vivir sin escribir, entonces no eres escritor.
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