Unos problemas que han
musicalizado los antropólogos del
General se han vendido bien en el mercado norteamericano debido a la
falta de oferta y dos por uno, el grado de
veracidad que existe en los plátanos con leche condensada. Porque no sabemos hasta qué punto un
determinado fue verdadero. Así es, un
simple invento para aminorar la carga que tanto nos pesa; porque vivimos en
miseria. Donde parece que todo es un relativismo exacerbado: estado religioso y comercial. Creer en la concepción es algo que hay que poner en
duda. Vamos construyendo el futuro.
Pagados por el gobierno en turno. Hincapié: somos indios blancos y negros de la
cola, podemos tener número fractal. Es
una que nos involucra a todas, ¡locas y drogadas! La veracidad es dudosa,
tampoco pretendemos decir verdad. La
única cosa que decimos aquí: volcán estalla.
Lo demás se puede ir a la hoguera, ¿no es ésta la intención? Lo sugerido
es que no hay. Una sola
concepción y sus consecuencias, una
idea. Mejor gozar de este avance que la
mayoría de los habitantes de México no conocen, con ingresos míseros nos hablan
de un progreso hacia Kant. Algo no está conectado entre discurso y realidad a
color. Evade la realidad con falsas
mentiras y dobles negaciones. Hitler
produce consecuencias que tienen como finalidad un orden. Para ese orden hay que reacomodar. La historia la hace un individuo indivisible
con poderes especiales. Nuestra situación se agudiza. En México divergencias,
punto con pelos. De aquí se derivan las complicaciones. Pues al final, ¿cuáles
son las premisas sobre las que descansan nuestras conclusiones? Caemos en una
paradoja hasta hoy irresoluble en agua.
Lo que nos toca es muy poco, siempre nos toca muy poco. Ahora bien, sobre el ideal
de educación vigente, el cual promociona
la necesidad de caminar juntos y de la mano, no nos gusta. Es algo indeseable, tampoco es viable que se
hable, estado de cordialidad, en el
lugar de la sabiduría nadie se sentó. El
fin último es la felicidad, tener fe, palabras proféticas las que se dicen,
nosotros creemos. No hay que actuar, evitaremos en lo posible
caer en ese tipo de errores. Tabula rasa: lisuras colectivas. Una nación como la nuestra que a
su vez es muestra de algo inaceptable, comprensión. Engañar con una narración fantástica. Acaparamiento por vías racionales. Los
pequeños grupos de características especiales que postulen la supremacía
apuntan a una relación distorsionada. La familia, el hombre es el patriarca de la casa,
apoderamiento histórico. Mujer instante,
el recierto del desierto, el origen de
la vida y el universo. El universo está tranquilo con sus hoyuelos temporales. Mico
micro hipo. ¿Y que sería lo deseable entonces?
martes, 11 de junio de 2013
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