lunes, 26 de agosto de 2013

Letra ele

Aproximación a tus ojos, primera parte

Ojos que cantan bailando esta canción
De nubes bajas
Porque las nubes acompañan a tus ojos
Son amigas
Son diamantes de algodón
Te regalo un mundo
Gran cosa no es
Pero es tuyo
Era mío
Pero es tuyo
Ahora llueve como en casi todos los poemas
Caen los dioses con sus contradicciones
Y nos acusan a nosotros que estamos bailando esta canción
Son dioses gotas
Y sobre ellos bailamos como niños
Hay niños que se convierten en dioses y no caen jamás.

Segunda aproximación a tus ojos

Violines pulpo entre las rocas profundas de esta canción, guitarras tiburón que amenazan al silencio con sus acordes líquidos, tambores de mar vibrando en este prólogo de la historia tuya, un concierto de mar, una sinfonía de playa que te anuncia, como esas ballenas que anuncian el ciclo de la vida. Estás en la orilla, captando la brisa amenazante con tu mirada. No tienes miedo, no lo conoces. Desde mi barco viejo y veloz narro estos acontecimientos, y de repente caigo. Viene la ola y la detienes con un parpadeo. Enorme ola musical en forma de espiral. ¡Para!, le ordenas. Y se contiene el continente de agua violenta. Se detiene el tiempo que somos. Entonces me abrazo a la sonrisa nocturna de tu calma y te escapas, porque eres libre entre las olas espirales, entre las olas musicales de tu sonrisa inabarcable. Soy náufrago y tú libre, y yo y tú, tú duermes, es de noche. Tu cama es el mar. Así son las canciones cuando navegan sobre el mar de las emociones, te digo estas palabras mientras trato de no ahogarme. Lo único que tengo son palabras mojadas, con arena en mis enunciados. Estoy ciego de sal en los ojos pero aún te veo. ¿Me ves?

  Traes el agua turbia y me pides que la beba. Lo hago. En la tarde siento un dolor intenso en mi estómago. Ya por la noche muero, pero no de sed.
  Colgó sus pies del poste y se dispuso a interpretar el mundo desde esta perspectiva. Las cosas, personas, eventos, sucesos, absolutamente todo estaba de cabeza. Iba bien, hasta que llegó el ayuntamiento. Le pidieron sus permisos y como no tenía tales lo bajaron a la realidad. A pesar de esto, cada que podía, se volvía a colgar, burlando leyes y trámites, viviendo con la sangre en la cabeza.
  La luz roja aparece. Caras de humo que a veces sonríen. Un espejo retrovisor que dice no. Grita de dolor ese carro, su dueño insufrible lo lastima de rabia. Un señora, un niño, una cuerda floja. Y estoy soñando en medio de este río mecánico, navego de esperanza. Cobijado entre nubes negras donde dibujo tu rostro. ¿No quieres cooperar?
Guardé mis ojos y me fui llorando.
Hondo como los charcos de la inteligencia, sumergido en la apariencia.
Tranquilo, igual que las mariposas aplastadas por los turistas.
Esperando la primer nota de las ambulancias, cuatro de la mañana.
Hay quien dice madrugada cuando ve a un gato.
Vivo como los alacranes en los maderos, ¿qué es de su vida?
  El leitmotiv de mi existencia se encuentra entre las sábanas de tu cama, no tengo que investigar más ni hacer guiños al lector, hablo del tema principal de la tesis de mi vida. Veo a la gata que duerme y pienso en sus sueños diurnos, ¿soñará contigo la gata? Mi voluntad es fuerte como el alcohol y ahora entiendo a los indigentes que se arrastran por amor. ¿Amor?, qué feas son las palabras cuando no toman partido.
  Brillaban tus ojos, lo noté desde lejos, fue así que me perdí a voluntad. Porque soy un barco a la deriva en el mar de lo inesperado. Pobre mar, tantos adjetivos y tanta sal. Pobre mar, yo sobre él y él soportando la carga de mis ilusiones. Me oxido, qué más da, al fondo. La luz de tus ojos seguirá brillando cuando en las profundidades esté. Y saldré de nuevo a buscar el faro móvil de tu existencia.

miércoles, 14 de agosto de 2013

  No me conoces y no me conozco. Soy el hombre de las estrellas rosas y de las lunas muchas, porque en el planeta que habito hay mil lunas locas que me acompañan y las estrellas se pintan de rosa cuando camino junto a ellas, es solidaridad. La luz del día es rosa también, es lógica cromática. Esto es mucho, lo sé, pero sé poco. Es el problema de la identidad, del sujeto, de la máscara, del yo te quiero. Desconocemos casi todo. Hay serpientes en mi estómago; serpientes que son poetas pobres, pero cantan con sentimiento y se arrastran con orgullo. Hablo del amor y me sorprendo, porque te veo flotando entre cascadas de rostros que caen como las rocas y sólo tú flotas, sólo tú flotas, sólo tú, anda, flota entre las rocas. ¿Qué ha sido de la historia de las rocas? No me interesa el sufrimiento, por ahora.
  La madrugada sabía de mí, vigilaba mis pensamientos-sentimientos desde la ventana-luna que parpadeaba nubes y a veces lloraba-llovía sobre la casa que me esconde. ¡Ay, qué madrugada tan entrometida! Cuando el día llegó yo tenía las ojeras tristes y las ganas cansadas, parecía un velador mal pagado, una vela mal apagada, un ser ambiguo, ni noche, ni alba, ni luz. Parecía y desaparecía, como un latido moribundo.

La carretera

  Así ocurrió el abandono a alta velocidad, un dejarse ir cacofónico sobre el asfalto del entendimiento, una pista con curvas mojada de sangre, a posteriori, embarrado de narración que todo lo ve y todo lo sabe. La palabra “siempre” también ha aparecido a temprana hora, como “todo”. Alguien dijo: Quiero, deseo, voluntad, individualidad. Pero nadie dijo pero. Es que desperdiciamos nuestras mejores balas en cuerpos podridos de esperanza, no tiene sentido, nosotros somos poderosos, quinientas veces uno, lo único incómodo es la juntura. Raspábamos nuestras rodillas, apretados, mientras escribíamos con teclas de plástico, el tema era la tala inmoderada, aunque algunos rebeldes escribían sobre los círculos y sus misterios. Entonces nos impactamos unos a otros. Así fue el abandono, así ocurrió el yo.
En el descenso de los camiones se esconde el fantasma de la caída.
  Miércoles: saqué la basura. Miércoles otra vez: metí la basura. Jueves después del primer miércoles: planeé sobre el cielo.
  Secuestran, matan, asesinan a nuestras pobres ilusiones, somos tan pobres de suerte. Nuestra cobija nos engaña y en la cocina no hay comida.
Y llovían azoteas sobre el agua. Lo invertido del mundo se evapora cuando te mojo de calor.