Ojos que cantan bailando esta canción
De nubes bajas
Porque las nubes acompañan a tus ojos
Son amigas
Son diamantes de algodón
Te regalo un mundo
Gran cosa no es
Son amigas
Son diamantes de algodón
Te regalo un mundo
Gran cosa no es
Pero es tuyo
Era mío
Pero es tuyo
Ahora llueve como en casi todos los poemas
Caen los dioses con sus contradicciones
Y nos acusan a nosotros que estamos bailando esta canción
Son dioses gotas
Y sobre ellos bailamos como niños
Hay niños que se convierten en dioses y no caen jamás.
Era mío
Pero es tuyo
Ahora llueve como en casi todos los poemas
Caen los dioses con sus contradicciones
Y nos acusan a nosotros que estamos bailando esta canción
Son dioses gotas
Y sobre ellos bailamos como niños
Hay niños que se convierten en dioses y no caen jamás.
Segunda aproximación a tus ojos
Violines pulpo entre las rocas profundas de esta canción, guitarras tiburón que amenazan al silencio con sus acordes líquidos, tambores de mar vibrando en este prólogo de la historia tuya, un concierto de mar, una sinfonía de playa que te anuncia, como esas ballenas que anuncian el ciclo de la vida. Estás en la orilla, captando la brisa amenazante con tu mirada. No tienes miedo, no lo conoces. Desde mi barco viejo y veloz narro estos acontecimientos, y de repente caigo. Viene la ola y la detienes con un parpadeo. Enorme ola musical en forma de espiral. ¡Para!, le ordenas. Y se contiene el continente de agua violenta. Se detiene el tiempo que somos. Entonces me abrazo a la sonrisa nocturna de tu calma y te escapas, porque eres libre entre las olas espirales, entre las olas musicales de tu sonrisa inabarcable. Soy náufrago y tú libre, y yo y tú, tú duermes, es de noche. Tu cama es el mar. Así son las canciones cuando navegan sobre el mar de las emociones, te digo estas palabras mientras trato de no ahogarme. Lo único que tengo son palabras mojadas, con arena en mis enunciados. Estoy ciego de sal en los ojos pero aún te veo. ¿Me ves?