La luz roja aparece. Caras de humo que a veces sonríen. Un espejo retrovisor que dice no. Grita de dolor ese carro, su dueño insufrible lo lastima de rabia. Un señora, un niño, una cuerda floja. Y estoy soñando en medio de este río mecánico, navego de esperanza. Cobijado entre nubes negras donde dibujo tu rostro. ¿No quieres cooperar?
lunes, 26 de agosto de 2013
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