He aplastado a miles de moscos con mis manos y sin embargo me siguen picando por todos lados. Camino diariamente por la misma avenida y a pesar de esto el trayecto no se ha hecho más corto ni menos pesado. Platico con mis amigos desde hace varios años y todavía tenemos muchas cosas por decirnos. Escribo a mano una cuartilla cada día y aún no puedo terminar este cuaderno de mi vida.
lunes, 25 de agosto de 2014
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