Nace en Morelia hace treinta y tantos años, michoacano por dedazo divino. Tiene asma congénita. Desde pequeño muestra gran hiperactividad, ya traía el ritmo cuando gateaba.Su madre es quien lo cuida y educa, Jorge es rebelde e inteligente, su inclinación por la música es vertical y vertiginosa, la escuela no le interesó. Su adolescencia es violenta, dolorosa pero instructiva, la experimentación con todo, la impronta es clara. Pasa efímeramente por el Conservatorio de las Roscas, primer Conservatorio de América, a Pointelin le da hueva esta institución. Aprende en un año lo que otros no pueden en siete. Gana el premio estatal de la juventud. Tiene problemas con el amor, es obsesivo con las relaciones, por este motivo ha tenido pocas novias. Su bebida favorita es la cocacola, antes fumaba cigarrillos, hoy fuma en pipa. No se droga desde hace muchos años, la adrenalina es lo que le sobra.
A la edad de veinticuatro años conoce a Juan Carreón, un trovador chaparro y movido de Querétaro, con quien forma un grupo en el que tocará tiempo después Alejandro Marcovich y otros músicos menos agraciados. Juan y la bruja es el nombre del proyecto.A pesar de que esta banda no dura mucho, logra viajar con ella a Europa. Vivirá poco más de tres años en el viejo continente. De Juan y la bruja ni sus luces. Pointelin tiene la oportunidad de ser músico de Astrid Hadad, también hace bandas sonoras para una productora de películas porno, el metro madrileño será su escenario consuetudinario, en fin, esta estancia en los países europeos le dará la educación musical que difícilmente hubiera encontrado en Bombelia, una educación práctica y de sobrevivencia.
De regreso en tierras mexicanas se interesa profundamente por la percusión africana, específicamente en la tradición malinke (Guinea, Burkina Faso, Mali, etc.). Primero toca con Kandumba, agrupación chilango moreliana que aún sobrevive por ahí; después se une a Olubatá, grupo en el que conoció a Andrea Meda Corona, su Musa. Actualmente tiene su grupo, suyo propio, que se llama Folikanuya. Con gran destreza y habilidad se ha posicionado como uno de los mejores djembefolas del país. Tomó clases con Rachid Setouty (Marruecos) y otros maestros africanos. Pointelin da clases de percusión en el Mechuacan Tianguis (frente a Radio Ranchito, en la avenida Madero poniente), para quien guste.
Además de la percusión africana, Jorge se desenvuelve muy bien en varios instrumentos: saxofón, guitarra, N’goni, bajo, timbales, tumbadoras. Ha colaborado con músicos locales, a saber: Guillermo Portillo Hofmann, Irepan Rojas, Alejandro García, Víctor Conga, entre otros. Actualmente toca percusiones en el grupo de cumbia y salsa llamado Tropicuyos,en donde ha logrado adelgazar y conseguir para su renta. Cabe mencionar que está en un proyecto musical llamado Los Halk Talkers (Los Hot Dogs), junto con Desmond Ray (Rayo Razmadan) y otros locos, grupo dedicado a la experimentación sonora y a las drogas duras. Ya se dijo que Jorge ha dejado de ser un yonki, pero se junta con ellos.
Algunos nombres de los grupos en que Pointelin ha tocado y peleado son: Kandumba, Olubatá, Folikanuya, Solafados, Ciudad Psilocybe, Estresarte, Jazztly, Lian Ventura y sus amigos, Konates Boys, Tropicuyos, Juan y la bruja, Los Halk Talkers, etc.
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