El verdadero feminismo vomitó en mi sala, fueron las náuseas de su contradicción las que ocasionaron esa mancha discursiva en el sillón. La música original se molestó con la poesía contemporánea, un golpe en la mesa, gritos y reclamos. Los no mames hicieron su aparición. Aquí intervino el rock nacional, pidió paz, estamos chupando tranquilos, dijo. Todo el problema fue por un vocablo castellano en desuso, un "Os" que estaba de más. Antes de este momento lingüístico escatológico se habló de la falosofía, lo importante es el sexo, Whitman y otros autores cachondos flotaban con las reflexiones, una nube de humo verde cubría las cabezotas. La discusión fue profunda, la conclusión: hay que coger un chingo antes de que la muerte llegue. Se acabaron las cervezas, vino la guerra. Aún había marihuana pero la boca se seca, ya nadie quería ir a la tienda. Los ánimos se tensaron, llegó la hora irse. Siempre hay un cabrón que las caga y no se limpia, olía a popó, sobró pizza y espagueti. Así son las fiestas en domingo: festivales poéticos, crudas de quince años, ideologías anacrónicas, oradores españoles, borrachos maleducados, blues y guaca-rock.
lunes, 13 de abril de 2015
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