Hoy revisamos los precios
y en vez de subirlos
puse un gran ofertón
en todo lo que encontré,
aquí y allá.
Maldita Vecindad
Trabajé en una librería de usado durante casi un año. Fue una experiencia ambivalente. Por un lado, el olor de los libros viejos, cliché olfativo; esas antiguas ediciones elaboradas con esmero y dedicación, empastado duro, hojas de papel gruesas y tipografía legible;tantos títulos y autores como no había visto antes, ahí estaban para mí, podía leer y leer y leer. Por otro lado, el lado malo; el agiotismo cultural del dueño, el agandalle descarado del que yo era cómplice al laborar en este lugar, al no denunciar al momento. Por eso escribo esto, para resarcir el daño, expongo mi visión de los hechos.
Un libro, usado, que vale menos si lo compras nuevo; en la librería Oscuridad de Morelia(nombre inventado para no quemar de más) te sacan la luz: vale más por viejo, y porque está ahí, que por el valor real del mismo.
“El patrón” se encargaba de engañar al cliente diciéndole que en ningún otro lugar iba a encontrar más barato que aquí, Son los mejores precios, búsquele si quiere, pero va a perder el tiempo. Entonces la participación de la ignorancia de la gente. Como no sabe, cae en la trampa, ya no busca y lo compra.
El padre de familia que busca los libros que le encargaron a sus tres hijos termina gastando el doble. Eso respecto a los precios, ahora la simulación. La falsa sabiduría es lo peor que puede haber, el sofista en sentido negativo.
No porque haya muchos libros quiere decir que “el patrón” los ha leído todos, es absurdo pensar así. Sin embargo, así pasaba, la gente preguntaba, ¿Usted ha leído un montón, verdad? Sí, he leído mucho. Nunca lo vi leer un solo libro en el casi año que estuve ahí, pero eso sí, el precio que tenían era caro, aunque estuvieran rotos o rayados, no importaba, si al cliente le interesa, si le urge, lo comprará, decía. O los vendía a precio de coleccionista, él creaba su criterio, que por cierto era muy vulgar, sin fundamento. Falta una cultura de libros en Morelia, una cultura en serio, más allá de lo snob y los hipster.
Montañas de libros pudriéndose, sin leerse, triste espectáculo de la codicia y la avaricia.Libros de texto, novelas, cuentos, ensayos, manuales, libros desperdiciados, destruidos por la humedad del lugar, sin aprovecharse. Me daba mucho coraje que esto pasara, tenía que hacer algo, y lo hice. Aproveché mi estancia en la librería para rebajar precios, regalar libros a los necesitados de conocimiento, ofrecer más por las cajas llenas de títulos interesantes que iban a ofrecer los incautos, en su desesperación las personas no sabían lo que hacían, perdónalos padre. Prácticamente me volví un Robin Hood de los libros, un ladrón de libros.
Los dos libros que llevo publicados; Prisa: Genuflexiones Verbales Para Toda Ocasión, y Todo y siempre; casi y quizás, fueron hechos en esta librería, impresos con sus máquinas, fue lo único que hicieron, ni diseño ni composición, ni revisión ni corrección, eso lo hice yo.
No entraré en detalles de todos los problemas que tuve con el dueño-farsante (ser supremo y absoluto, fundador de casi todas las librerías de usado que hay en Morelia, que al parecer utilizan las mismas prácticas detestables, aunque hay algunas que hacen la diferencia), basta decir que ya no me habla, ni me hablará jamás, gracias al dios de la literatura que me dio claridad.
Con este texto tendrá el pretexto perfecto para acusarme de ladrón, de difamador, soy una mierda. Sí, lo soy. Aquel dicho famoso Ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón, me hace sentir mejor, más tranquilo conmigo mismo. Robar está mal, lo sé, entiendo. No me siento culpable, al contrario, siento que hice las cosas bien. Contradicción y falacias, mi especialidad.
Por último, hago la invitación para que la gente lea más y mejor. Sé que se lee en México, es otra de las cosas que aprendí en la librería de usado, las estadísticas mienten, pero la calidad de lo que se lee tiene que mejorar, debe mejorar. La superación personal y el esoterismo no son las mejores lecturas, mucho menos lo de moda. Hay tanto por leer. Si nuestras lecturas cambian ya no habrá caciques pseudo intelectuales que se aprovechen de nuestra ignorancia, tanto en las librerías de usado como en las de nuevo. Construyamos nuestro propio criterio, se los dice un ladrón con buenas intenciones, el mundo puede ser otro. Paz y cine.
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