Para todos aquellos críticos impolutos que hablan de la dignidad, estas palabras. El dinero que se gasta en las campañas electorales es derrochado con fruición, o sea, con placer carísimo, hedonismo puro que se reparte miserablemente. Ojo, "se reparte". La gente no es estúpida, todo lo contrario, es muy inteligente, participa de esta macabra celebración porque le conviene, simulación y simulacro, también las masas se divierten y lo hacen con filosofía práctica, han aprendido que el poder en turno hace las cosas por las buenas malas o por las malas malas, no olvidan a los esbirros azules y verdes, tienen muy presente a los paramilitares, la guerra sucia; tampoco han olvidado a los miles de desaparecidos. Hay miedo porque existe el asesinato. No es que el pueblo haya superado tanta vejación, es que las está guardando para cuando llegue el momento. Si los ves como borregos, congregados a la hora del calor más abrasador, con banderas y playeras de diseños horripilantes, escuchando canciones dantescas que parece fueron creadas por el mismísimo Satanás, seguro que no lo hacen gratuitamente. Este país es pobre y el hambre aprieta, por cincuenta pesos en muchos lugares te desollan en cinco minutos, como va. Una gran mayoría piensa que es mejor estar cerca del enemigo, la participación se da por necesidad. Ir a un mitín no es tan malo si lo ves desde esta perspectiva. Norteños, bandas de viento, mariachis, ensambles de percusiones africanas, batucadas y hasta grupos de rock. También estos van por el oro. Se acabó la convicción, en realidad nunca existió, es una inversión, mi tiempo por tu oro. Alguien dirá, "Es nuestro dinero, lo pagamos con nuestros impuestos". Pero para usos prácticos el recurso está en otras carteras, así de simple. La política del país es una farsa, ¿alguien lo duda? Partidos políticos: mafia. Más que una torta y un refresco es la posibilidad de tener un billete en la bolsa, sí, cuatro horas parados bajo el sol, las jornadas de trabajo son de doce horas y les pagan menos. Y esto de la retribución económica aplica para todos, se le pagó al diseñador, al taxista, al que renta el equipo de audio, al que escribió el discurso, al periodista que sacó una nota o tomó una fotografía, a la señora que hizo el mole y los frijoles con chorizo. Sí, una cadena de chingaderas, pero cobradas, los asoleados cenarán esta noche.
lunes, 27 de abril de 2015
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