Desde hace cuatrocientos setenta y cinco años los perros y los borrachos han orinado la cantera rosa de la que tan orgullosos están los políticos rijosos; son casi cinco siglos de cagada de paloma y discursos a las piedras, la acumulación de un montón de basura convertida en monumentos. Interpreto que estos fuegos artificiales son el recordatorio de aquellas granadas en dos mil ocho, para no olvidar que estamos parados sobre un polvorín y que en cualquier momento los edificios, como los infundios, caerán. Felicidades Bombelia, también conocida como la putona Morguelia, cuna del servilismo.
viernes, 17 de junio de 2016
Un dieciocho de mayo
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