miércoles, 14 de mayo de 2014

  Cara Cacariza entró al bar y pidió una cerveza tibia, porque le gusta vomitar, porque se siente dios, no lo sabemos. Cara Cacariza buscó con la mirada y encontró a una muchacha-muchacho con las ganas tiernas. Le hizo la seña del ven y ella vino con su vino en copa barroca. Me llamo Juan, pero tú me puedes decir Jennifer López, le dijo la muchacha-muchacho a Cara Cacariza. Éste, al notar que su pene se erectaba, aventuró dos o tres historias acerca de la penetración anal. No llegaron a ningún acuerdo pero fue un momento divertido, al menos para Cara Cariza quien no dejaba de reír como pendejo. Muchacha-muchacho perdió el tiempo y el dinero que no era suyo, una pérdida de la perdida con paquete entre las piernas, un irse a chingar a su madre, un si no compras no hagas olas. Cara Cacariza salió medio ebrio, ¿medio ebrio?, extraño, pues sólo tomó una cerveza tibia. Cara Cacariza saca un paquete de pastillas raras extrañas, se introduce en el hocico varias de un jalón, varias quiere decir un chingo. Entonces nos damos cuenta que no fue la cerveza y que no está ebrio, Cara Cacariza, eres un drogo. Cara Cacariza se va a su casa donde lo espera su mujer, que espera más al dinero que a Cara Cacariza. Lo que no sabe la mujer es que el dinero de Cara Cacariza fue cambiado por pastillas mágicas y no por frijoles. Así termina esta historia de Cara Cacariza, termina pero no acaba de convencer, ¿quién conoce a Cara Cacariza?

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