Existen casi personas que van en sus carros molestando a los peatones y a los ciclistas, insultándolos, aventándoles cuanta mamada, sólo les deseo una cosa: que mueran en un accidente terrible, desmembrados, chorros de sangre por todas partes, prensados entre el metal y su grasa corpórea, apachurrados por el peso de sus estupideces. Es sólo un deseo.
miércoles, 7 de mayo de 2014
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