El tema: El Papa.
El problema: El dinero.
El poema: La venida.
Camino esquivando zanjas y coladeras abiertas,
me bajé de la banqueta porque un perro me asustó.
¿Por aquí pasará su santidad? Pregunto a Pepe Grillo,
el de mi cabeza, el que siempre responde mis dudas.
Sí, por aquí andará el papamóvil, sus llantas santas
pisarán el chapopote que oculta nuestras desgracias.
Tengo miedo de que el Papa sufra un accidente,
amigos míos han muerto por causa de las malas
administraciones que se gastan el dinero en todo
menos en tapar las vergüenzas urbanas que no sólo
afean la ciudad sino que son trampas para los carros,
hoyos negros en donde el catolicismo puede sufrir otra caída.
Digo otra porque los pedófilos han saboteado al Vaticano,
Roma es buena, Roma es santa, Roma también,
no miento, es un jabón para la ropa y los trastes.
¿Habrá solución o sólo simulación? Sigo mi camino,
entiendo que los problemas terrenales y morelianos
no son nada para el máximo representante de Dios
en la tierra, aunque ésta no sea tal y tenga baches.
sábado, 6 de febrero de 2016
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