Le preguntaron a un viejo que acostado disfrutaba del medio día: "Sabio, ¿cuál es la forma más eficaz para evitar el dolor?". El anciano movió su liviano cuerpo hacia la izquierda, miró a los jóvenes que formaban un semicírculo y les dijo: "Si quisiera que el sol no quemara mi piel, estaría en otra parte, buscaría la sombra. Considero que el acto de esconderse de la luz tiene algo de ridículo, sin embargo el exceso de ésta es insoportable. El topo emerge de vez en cuando".
lunes, 8 de agosto de 2016
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