Tenía podrido el corazón, sus ojos eran funerales, se llamaba mundo. Sigue sin recordar cuál era esa canción. ¿Todavía hay niños con bombas en las manos? Preguntó uno de tantos policías, ¿todavía? Imagen: Los jóvenes emprendedores se bajan los pantalones en las oficinas de sus patrones; hay que quitar las rimas involuntarias, no va bien con el estilo del texto. Sueldo es el verdadero nombre de la dignidad; esto no va hacia ninguna parte, no va, se queda sin explicar quién es el sujeto, los tiempos no concuerdan, y, por si fuera poco, ayer fue domingo. Puta, así le gritan a la que antes era virgen. Y en la esquina hay un cadáver esperando el camión de la resurrección.
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