viernes, 31 de octubre de 2014

  ¿Por qué naranjas en septiembre y tan de noche? Pélalas. Porque desde el verano se alcanza a mirar el invierno. Pélalas. La mirada pájaro flechas lanza. Qué bellos los cabellos del elote. Elote de abundante cabellera. Frío el adjetivo que acompaña al sujeto. Una nata espesa de neblina sobre la carretera. Pátzcuaro es aburridísimo por las tardes, mañanas y noches. Pátzcuaro, mejor Paracho de Verduzco. Espontáneas las niñas  me dieron una flor morada. Daba vueltas al mayate por la plaza cuando: guitarras. Postales mentales para una vida buena. Me dije. Dije me, mi, mo y ya no alcancé a pronunciar el mu. Borrachas y flacas las vacas atraviesan la calle, mitad asfalto, mita brecha. Asombros y escombros en el lodo, como si todo estuviera repitiéndose y explicándose una y otra vez. Preámbulos orondos. 

Las palabras son lo que yo quiera

  Calaveras en México, tengo una visión, tautología no lógica, noviembre se tiñe el cabello, las puntas azules, las tablas de la verdad para esta casa de campo que se consume en mi mente, Moisés el estilista llama a los bomberos. ¡Oh dios de las minúsculas, creo en ti cuando la voz se me pone ronca! Es inconcuso, lo cierto: cierto-cierto. Habrá quien diga, "Se equivocó, es inconcluso". Groserías fantasma para ése, lisuras calabaza para aquél, altisonantes borrachos contratados como meseros para mi boda zoológica, interjecciones sin sentido para la real academia de policías, abracadabra patas de cabra con uñas muy largas, de hecho es pezuña, arañazos y buches de agua oxigenada. Soy un brulote y me arrojo contra las camionetas de valores, mi arma es un saxofón prestado con la boquilla al revés, toco la más moral de las marchas. Me gusta que llueva en lo que escribo, mucha agua del cielo cayendo en la hoja. Un marciano duerme en el sillón de la sala, ¿ya desayunó el licenciado en cuestión? Dos veces el recurso hidrológico, estoy cayendo en la repetición de elementos, dislexia del estado del arte de los pobres. Las palabras están compuestas de lo que yo quiera. Chuecos los dientes del que aquí escribe, lo digo porque ayer vi en la calle un anuncio que decía "¿Dientes en mala posición? No se preocupe más" y así lo hice. Retórica frente al espejo a las cuatro de la madrugada en un hotel de Culiacán. Hago mucho ruido, muevo la cama, lavó mi ropa sucia en el baño, bailo un zapateado. Brueghel, joven-viejo, me dice desde el otro cuarto "Ya duérmete". Estoy soñando con barcos en llamas. Le hablo a mi madre que está lejos, en el piso de abajo, busco algo de cenar en su cocina, lo que sea, como rata, como rata, como rata. Repetir tres veces las cosas, símbolo macabro del buen Pedro. Sí, es un presidente, pero no tiene la culpa el indio ni los españoles ni la tercera raíz, mucho menos los chinos masacrados en Tijuana. Nadie tiene la culpa, la culpa es un invento de Nietzsche para pelear con los cristianos. Te lo digo yo que estoy bautizado y estudié a mis cuñados mientras se bañaban. Sí, esto es una pipa para fumar tabaco, sí, es orgánico. Vamos a fumar la malva mientras los mocosos se manosean. Un pastel mirífico: fresas, duraznos, chocolate, águilas, serpientes, crema batida. Pérfido percebes que no trae los refrescos de la tienda, los frescos productos de las sombras. Parto, me voy, estoy loco, reluctancia total.

Calavera-calavera

Estaba la Tuta tranquila
torturando a un policía,
en eso llegó la Muerte,
como lo hace de repente.

"¿Por qué eres tan cruel?"
Le preguntó al traficante.
Éste volteó para ver
a la Muerte reclamarle.

La Tuta le respondió:
"Yo no soy el más maloso,
es el gobierno mafioso
quien me tiene como spot".

"Te voy a decir una cosa
aunque suene escandalosa,
aquí en México manda el güero,
que es el Dios de los culeros".

Cuestiones

¿Qué policía, soldado o sicario vendrá a asustarme por la noche?
¿Cuál de ellos me dará el tiro de gracia?
¿Quién reconocerá mi cuerpo en la morgue?
¿Cuáles serán las noticias que hablarán de mi muerte?
¿Las de las tres, las de las ocho o las de las diez y media?
¿Seré tan importante como para aparecer en la televisión? ¿Al menos un periódico, una mención en el café de Las Rosas?
¿Cuándo podré hablar con el presidente y expresarle estos miedos? ¿Él también tiene miedo de que lo maten?
¿Por qué ladra ese perro?

#412

  Me tomé el café de la despedida y sigo teniendo el mismo sueño. Te extraño, ya no me reconozco en la fila de las tortillas ni en la parada del camión, soy un extraño para el espejo del baño. La lluvia de la nostalgia me llena de pedradas y ando sin paraguas. Estás en todas partes menos conmigo. Lo sé, son las mismas cosas que se dicen cuando la soledad ataca con su cuerno de chivo. Pedir perdón al sacerdote de lo pasado por haber llegado tarde tantas veces, por no haber llegado, por haberme ido. Lágrimas para adentro, me como mis mocos, porque esto para mí es estar triste.

lunes, 27 de octubre de 2014

Carlos Rojas Martínez, samurái mediocre del siglo XXI que fue apuñalado cincuenta veces por uno de sus hermanos. Antes de dar el último suspiro escribió:

El verde de los árboles es más intenso,
la lluvia canta sobre las hojas,
viento del sur,
ahora entiendo que soy nada.

En la ruta del hoyo

Desasosiego tienes tres eses como los cholos tienen sus tres puntos. La escalera y el pasamanos en el que Ocaranza maldijo tantas veces está llena escupitajos preparatorianos, ensaya la banda de guerra canciones viejas de protesta. Maravatío no es un río, hay dos canales de aguas negras, Coeneo está enfrente, espiando a Zamora, la de ojos color zarzamora, Zacapu, cotorreo para pasar el rato, pez blanco, guacamayas, pericos, tacos de ubre en Villa Madero, mezcal sin gusano, mezcal sin volcán, tacos de dos pesos, la costumbre de ver al Colegio de San Nicolás en el hígado de la ciudad de Morelia, visitas guiadas, paleterías que son atendidas por máquinas del placer, poetas del interior-exterior, un montón de apellidos en ediciones de pasta dura, antología, cenaduría, hacienda, San Juan, ruta roja 3 Oken Aurrera, museo de las fuentes sucias con las que se lavan los carros caros que se estacionan en doble fila, el corazón de Ocampo en formol, ácido metílico, Morelos estatua de piedra, Morelos, pelos tapados por trapos, casa natal, cenital, Abascal, cazan indios los mestizos, el batallón de estandartes, Aura quema las puerta del congreso local, lonas gigantes anuncian exposición ecológica, harto arte hay, bibliotecas públicas que cierran los días santos, siglas, abreviaturas en los callejones, calles que cambian de nombre, hoteles finos, feos desayunos, huevos duros, huevos rancheros, huevos de araña, huevos tibios. Dios vomita. Dulces de la región que se venden como pan de muerto un dos de noviembre, un-dos-tres, Lago de Pátzcuaro, no se le olvide la te antes de la zeta, charales con salsa valentina, jugo de limón, las huertas huelen a ese abono humano que venden los veterinarios venidos a menos, productos del barrio. Rancheros intelectuales, adornos florales, Zalce, Eduardo "el sucio" Aguirre, Mendiola pica la olla, Gaspar en 1983, águilas, sopla el viento, Inés Chávez García, los domingos son de Auditorio, Cherán, Paracho, Zacán, cataplán. Cuatro Caminos a las cuatro de la tarde, unos seres extraños pidiendo aventón, universitarios sentados debajo del puente, sospechosos muchachos buscan compañero de cuarto, cerca de CU, facultad de medicina, movimiento de aspirantes de cocaína, Freud comiendo gaspachos con su mandíbula postiza, Ramón me das entrada, en su casa se cuecen las habas y se remiendan poemas, Hildalgo tiene el número 444, lotería en vez de bingo, infra, muy abajo del realismo, mágico Buñuel en balneario michoacano. Se escuchan las voces, me das la cuenta, mesero, ¿hay promoción? Es de mal gusto utilizar cifras en los regalos de cumpleaños, día del empresario, es de mal gusto limpiarse con el mantel, día del asesino, las tortillas no son servilletas, día del paseante, es de mal gusto insultar a los amigos en las tertulias, marxismo, humanismo, terrorismo, ska de grano, Vasco de Quiroga frente al manco de Lepanto, palomas, muchas palomas, palomitas, pantallas verdes con fusiles, el conocimiento entiende lo que sabe, a Marco no lo quiero ni regalado, Héctor, Amaury y otras chicas del montón. ¿Qué es el gusto? es de mal gusto hablar sobre el gusto, la carne de puerco en chile negro y la morisqueta con aguacate, bustos por donde quiera, la casa de la locura, la plaza del Carmen, siete pesos, le pasa hacia adelante. El mercado superlativo, la catedral que te da la hora cada vez que alzas la cabeza, fuegos artificiales, ruido, Madero está cerrada, Madero es mujer, ergo infertilidad, el sol en huelga, clausurado, van cerrados los ojos del encadilado, miras La Mira que está antes de Playa Azul, o después, total, el estado está en el centro aunque el centro sea una metáfora cartográfica, las nubes son sobreinterpretadas por el presidente municipal, cantera anal, calabozos y ates, antes caldos de oso, caligrafía chueca, gasolinera, otra vez iglesias, tú, centro de rehabilitación, galletas hechas por drogadictos, parroquias, San Martín, Prados Verdes merece respeto, falla de San Agustín, ruega por los otros, santos y monjas, rompope, Santa María, pulque, no, agua miel, algodón de azúcar y la cara de un niño. SPUM, CCU, SECUM, COTACUM, rataplum. Un café en los portales, el bolero que le da brillo a la plaza, globos con la imagen de la prostituta de Walt Disney en turno, el gobernador vende chicles en los semáforos, narcocorridos, narcotraficantes, narcofosas, narcodiscurso, narcotrompeta, narcoamueblado, narcozapato, narcopoesía, narcogato, narcoseñora, narcopaleta, narcoviento, narcopalabracompuesta, narcolimosna, narcomecenas, narcoamor, narcoarco, narco, what?, paisano, esta es tu casa.

Crónica del 22 de octubre de 2014

  Ayer nos manifestamos con percusiones, tuba, trombones, guitarras, saxofones, clarinetes, hip hop, poesía, danza, pintura y mentadas de madre a Peña Nieto. Fueron seis horas de música continua, la gente se solidarizó chingón, nos llevaban aguas, nos daban palmadas en la espalda, cantaban y lanzaban consignas. No sólo lo ocurrido en Guerrero se mencionó, se habló de los desaparecidos en Michoacán, despreciamos juntos a los cobardes del crimen organizado, a las reformas que no sirven para nada, las explosiones de septiembre, el agandalle de los empresarios morelianos, el festival de cagada, el fraude del teatro Matamoros, en fin, una serie de chingaderas que la gente ya no podía callar más. Una señora como de sesenta años, o más, estuvo con nosotros de principio a fin, ya en la noche su voz estaba tan ronca que no se escuchaban sus palabras, sin embargo seguía gritando: ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos! Alrededor de las ocho de la noche nos juntamos con la marcha que venía de casa de gobierno, los recibimos con música y la manifestación se prendió bien recio, la lluvia pasó desapercibida. En el jardín de las Rosas, a donde nos fuimos después de que la marcha se congregó afuera del palacio (mierda) de gobierno, seguimos tocando hasta que llegaron los organizadores del festival y nos dijeron que nos uniéramos a la declaración que estaban haciendo los actores, obviamente los mandamos muy lejos de ahí. Lalo Solis convocó y la gente respondió, ahí estuvo el Mario desde Pátzcuaro, el Hormiga y el Andrés, Ceci y su familia, los Vidures, el coronel Guillermo Portillo, Addis y varios conservatorios más, se me olvida mencionar a la banda pero lo importante es que se está demostrando que este país, su gente, ya no aguanta más, ya estamos hasta la madre de tanta desigualdad y corrupción de las instituciones todas, ha llegado el tiempo de la revolución. Nosotros ayer hicimos algo, aunque parezca poco nuestro grito más o menos armónico, más o menos melódico, más o menos rítmico, se escuchó y hubo eco. ¿Tú qué estás haciendo?
Para cuando ya estés dormido
Repartirán café
Rezarán chismes
Ausencia premeditada
Los perros no ladran
Hacen poemas en tu honor
Se cierran las puertas del infierno blanco
Siempre blanco el infierno para ti
En medio del silencio del velorio hay galletas
Fotografías
Muchas postales del recuerdo
Vacaciones de agua en el aliento
Mares de ladrillos te protejan
Padres nuestros que vienen con Marías
Plañideras
De tu último viaje quedó el solo de violín
Lluvia negra lluvia desollada de su nube
Pájaros de luto te visitan con ganas de probarte
Amiga araña viuda porque mató a su esposo para venir a verte
Las sogas del suicidio se columpian de fantasmas
Entre sábanas sangrientas revientas
Lázaro te abraza y te besa y luego regresa a su cuento de terror
Podrías podrirte pero parece que Egipto dice pudrirte
Egipto te hace momia mientras pasan el gorro de la cooperación
Arenas del desierto en tus ojos y unas monedas de oro
Tu última limosna
Tu última indigencia
Tú ultimado por tus ganas
Ya no haces ruidos con la boca
Ahora las moscas te despiertan con sus besos
Dulces sueños del despierto entre los muertos.
  Sabía bien lo que le esperaba en aquella casa. Entró decidido, no le temblaba ningún miembro. Se dirigió al baño y orinó. Subió las escaleras, entró al cuarto. Oscuro, todo estaba oscuro. La cama al fondo. Llegó a ella. Se quitó la ropa y se acostó. Otra vez a dormir solo, él ya lo sabía.
  Toca la puerta. ¿No te abren? Toca otra vez. Lo que pasa es que adentro están los doctores en humanidades planeando cómo hacerle para que no les quiten el presupuesto federal. Toca la otra puerta. ¿Qué te dijeron? Es que ahí están los poetas organizando otro festival, sí, otro. Ni modo, quédate en la entrada, pero que no te vean los de seguridad porque te corren, trata de no hacer ruido. ¿Dices que vienes a protestar, a que te apoyen? La gente está ocupada en otras cosas más importantes, los profesionales no andan a pie, deberías saberlo. Anda, escóndete, si puedo al rato te traigo un taco.
  Si usted se queda estático en su carro por las marchas, fácil, camine o use bicicleta. Si lo que quiere es llegar temprano a su trabajo, despierte una hora antes de lo acostumbrado, verá lo ridículo que se ven todos atorados por el tráfico, aunque no haya marchas en la ciudad (que es cualquier ciudad) el desplazamiento es lento. También el exceso de automóviles es un problema, ¿quién protesta por esto? Apenas llevamos un siglo en el uso del transporte motorizado y ya siente que no puede vivir sin estos monstruos mecánicos, ¿le dan ganas de desaparecer a los "huevones"? El caos ya existía desde antes, no es que la sociedad manifestándose sea el problema en sí, es la punta del iceberg, hay que preguntarse por el origen de este hielo, por lo que no se ve, aquello que está adentro. A usted le molesta mucho que no lo dejen circular, que obstruyan su camino, porque se le hace tarde para llegar a ser esclavo, que nadie interfiera en su rutina. Sí, la vida es movimiento, por eso el descontento.

En la mañana me pregunto:

¿Cuándo arderán todos los palacios de gobierno?
¿Quién cortará las cabezas de los partidos políticos?
¿Qué enfermedad incurable caerá sobre los falsos líderes del mundo?
¿En dónde se enterrarán los cuerpos de los militares asesinados por el odio colectivo?
¿Cuántas vidas son necesarias para que la dignidad exista?
¿Cómo se consigue la paz sin armas?
¿Por qué se ha secado el río de las esperanzas?


Tantas preguntas tontas que hago, otras tantas respuestas aparecerán, lo que diga o cuestione no importa. Lo que importa es llegar al cine y disparar contra los espectadores despistados, o aventar granadas en las celebraciones públicas, o secuestrar camiones y enfrentar a los tontos policías que tienen miedo que los despidan, por eso son violentos; o envenenar a mis pequeños hijos antes de crezcan y se den cuenta de que esto está podrido, o esperar a dios, sí, al dios vengador que salvará a su pueblo; o suicidarme y dejar una carta en donde responsabilizo a mis padres por haberme dado la vida.

Jamás haría algo así. Mejor me voy a trabajar, si llego tarde a la oficina ya no alcanzaré café. Y las galletas, sabrosas galletas de chocolate que pagan mis impuestos.

jueves, 9 de octubre de 2014

  En el folleto ofrecían una estancia agradable, buen clima, servicio personalizado, paseos y actividades recreativas, ¿por qué iba a dudar de las promesas del averno? La agencia de viajes organizó un espectáculo de bienvenida. Una mariposa satánica está parada en la punta de un bomba atómica, veo como mueve sus alas de pájaro, ave mariposa que explota dejando largas secuelas en esta playa de promesas vacacionistas. Abro mi sombrilla, me instalo en el cráter. Sigo creyendo que el sol está debajo de nosotros cuando dormimos, nos calienta el sueño y el café, café dulce, La Habana se derrite a las tres de la tarde, pizzas de jamón a cinco pesos, El Vedado arde, la veintitrés está hecha de azúcar. El único diablo registrado en este hotel tiene cuernos retorcidos y una cola larga, tan larga como la culpa, es rojo y sus patas son de cabra, es mexicano, del norte. Carnitas "El Asaltante", entro, tengo hambre, las mejores carnes de la región diabólica, comida michoacana en el caribe, frijoles con carne, refrescos de carne, tocino hermano Francisco, así está bien, gracias. Camino para bajar la comida. Casas en llamas se suceden. El lobo es el diablo, la araña es el diablo, los musulmanes son el diablo, los güeros son el diablo, la cartelera cinematográfica, películas viejas, ya las vi. Altoparlantes en un carro viejo: Estado terminal del paisaje, pronóstico de lluvias con fuertes terremotos, muere turista, se ahoga en el mar. Tengo que cambiar estos dólares. Precios muy altos, una botella de agua diez verdes, temporada de navidad, mala época para viajar, estrellas engañosas con minifalda abrazan a un señor gordo de barba blanca, la muerte del Salvador se anuncia en los periódicos nocturnos. Salgo de la isla, el agua no dejaba de rodearme. Tegucigalpa se quedó atrás, o al costado, no lo sé, una chica llamada Costa Rica se quita el sostén, volcanes estallando en mi cara, volcanes que avientan lava, me alejo. Viajo en tercera clase, día de los inocentes, niños sacrificados, bromas estúpidas. Diciembre se disuelve en el calendario. Sigo bajando. Trenes que recorren los intestinos del horizonte, reservé seiscientos sesenta y seis cuartos hace dos días. Ahora doy vueltas, subo y vuelvo a bajar. El Paraíso, ambiente familiar, Judas Tropical es el capitán de meseros, trato de hablar con él pero hay muchos borrachos haciendo ruido, además no habla español, hebreo, arameo, lenguas muertas, inglés. Simplemente no me gustó el filete, es lo malo de los restaurantes con bar. Es demasiado tarde, he bebido mucho mezcal de Oaxaca, es más caro si lo compras en el extranjero, como las carnitas. La Llorona y el hombre lobo son un experimento genético de los nazis, esto me dice un colombiano que está tomando cerveza oscura. Dónde termina el restaurante, dónde comienza el bar. Babilonia inventó estas historias para engañar a los judíos, yo me las creo, me las sé todas, alfa y omega, de la "a" a la "z", principio y fin del fin, primitivo comienzo aquel de dar rienda suelta a los instintos de la imaginación, Babilonia se va, no me alcanza para invitarle una copa más. La música termina y el personal comienza a poner las sillas arriba de las mesas, extrañas costumbres las de esta tierra. Flores artificiales, la nostalgia de mi país, tengo sed. ¿Aceptan tarjeta de crédito?

González Rojo nightmare

  Cientos de personas fueron arrestadas la tarde de ayer cuando se manifestaban en el centro histórico de esta ciudad. Se habla de decenas de desaparecidos pero aún no hay una cifra exacta. Las autoridades locales y federales han cercado el lugar y ningún medio tiene acceso a información confiable por el momento. 

  La marcha comienza y avanzamos gritando consignas al unísono. Los de adelante llevan los brazos enlazados, como si formaran una cadena de acero, como si nos protegieran a los de atrás con este gesto. No importa, lo importante es el acto, lo fáctico de la solidaridad, hoy más que nunca y que siempre nos sentimos unidos, somos algo indivisible, el ejército espontáneo del pueblo ha despertado. Jóvenes, niñas, muchachos lampiños con su uniforme de la secundaria, taxistas, mujeres embarazadas, muchachas con libros, ancianos, albañiles, médicos, van todos alzando la mano con el puño cerrado y diciendo: ¡Ya basta! Percusiones, trompetas y trombones, saxofones, chirimías, aplausos, las voces humanas cantan la canción de la rebeldía, y la cantan bien. No sé cuántos somos, cien, mil, un millón. Exagero porque no tengo conciencia de cuántos han salido desde el punto de encuentro y de cuántos se han unido durante el trayecto. Jamás se había visto una protesta tan grande. El sonido de la manifestación cimbra la tierra como si un gigante marchara al compás de un tambor de guerra. No hay desorden, pero tampoco hay quien esté guiando, es la inercia del descontento generalizado que se armoniza, que genera este animal colectivo; feroz animal que puede matar y hacer mucho daño si así lo quisiera, pero no lo hace, sólo muestra las garras y los colmillos. Los policías nos observan. Los soldados nos observan. De repente, un silencio, las armas caen al suelo, los uniformados se unen a la larga marcha que acontece, el monstruo vuelve a rugir, con más fuerza y seguridad, con nuevos bríos. 

  Gas lacrimógeno, macanas, balas de goma, ¡corre que te dan!, puertas cerradas, golpes y más golpes, patadas, trancazos, perros ladrando, perros acercándose, ¡si yo no vengo con ellos jefe!, el suelo es la única salida. Ahora las balas son de verdad, matan. 

  Son las cinco y media, la cita era a las cuatro, pequeños grupos de personas se acercan tímidamente al lugar. La marcha será pequeña, los policías y los soldados nos amenazan con las miradas de esbirro, algunos nos escupen insultos para provocarnos. A lo mucho somos cincuenta personas protestando por todos, por aquellos que tienen miedo, por aquellos que nos encaran y nos dicen que somos unos huevones buenos para nada, por estos principalmente. Aún así, a pesar de las adversidades, seguimos avanzando, seguimos pensando que las cosas serán diferentes. Porque no nos olvidamos de los desaparecidos y torturados, del dos de octubre y el 26 de septiembre, soñamos el mejor de los sueños: la paz. Y a pesar del desprecio social y el señalamiento infundado esperamos la larga marcha, aquélla que transformará esta realidad que no se aguanta. Entonces un disparo.
El toro de la justicia no se deja montar y los protectores de animales resultaron ser los de la carnicería.

Fragmento

  Respondíamos con chiflidos cuando el profesor decía ¡Cállense bola de imbéciles! Tal vez tenía razón cuando utilizaba dicha nomenclatura. Y es que durante la clase entera habíamos estado más ocupados en las piernas de Ana, quien se sentaba hasta adelante y nos mostraba esos pilares dignos del esplendor griego, que en la geometría de Euclides. Miguel era el nombre del maestro, le faltaba caracter y le sobraba estómago. Años después me lo encontraría en las calles del centro, flaco me contó de su diabetes y de la próxima amputación de su pie izquierdo. Intenté sentir pena por él pero no fue así. Él aún daba clases en el mismo lugar, me imagino que con el mismo método pero no con el mismo cuerpo, seguramente seguía llamando imbéciles a sus alumnos distraídos. ¿Qué pasó con Ana la de las piernas largas y blancas? Se casó y tuvo cinco crías, fertilidad consecutiva, para que no se aburran los niños, decía. Se separó y ahora mantenía a toda la familia incluida la suegra, pues la señora estaba enferma y Ana es de buen corazón, el hijo esposo malagradecido que se fue al pretexto norte. Ella seguía igual de hermosa y era mesera en un ubicuo Sanborns, sólo que ahora tenía hijos y mantenía a una señora que escupía flemas más verdes que el traje de los asquerosos soldados asesinos que nos protejen de ellos mismos. La visité un par de veces, no más, no me gustan las aglomeraciones infantiles ni las suegras ajenas. Miguel y Ana son ese tipo de personas que parecen pasar inadvertidamente por la vida de uno, y sin embargo hay una lección por aprender, una importante lección, sólo hay que saber ver en lo cotidiano el mensaje oculto de las cosas. ¿Qué papel representaré en la vida de los otros?
Mil novecientos ochenta y tres es el año en que nace Carlos Rojas Martínez
Mil novecientos ochenta y tres es el año en que muere Jorge Ibargüengoitia
Mil novecientos ochenta y ocho es el año en que Carlos entra a la primaria
Mil novecientos ochenta y ocho es el año del fraude electoral más estúpido de la historia reciente de México
Mil novecientos noventa es el año en que Carlos da su primer beso a una mujer
Mil novecientos noventa es el año del mundial en Italia
Mil novecientos noventa es el año en que Mario Vargas Llosa es candidato a la presidencia del Perú y pierde
Mil novecientos noventa y cuatro es el año en que Carlos se sale de su casa para vivir con un grupo de estudiantes terroristas
Mil novecientos noventa y cuatro es el año del EZLN y de la crisis mexicana que devaluó el peso cual travesti a las cinco de la mañana
Mil novecientos noventa y nueve es el año de su primer relación sexual con penetración polivalente
Mil novecientos noventa y nueve es el año de la huelga en la UNAM
Dos mil: madriza colectiva a Carlos por asuntos de faldas y bigotes
Dos mil: Nuevo Año-Nuevo siglo-Misma guerra
Dos mil cinco: Carlos viaja a La Habana donde hace estudios antropológicos
Dos mil cinco: muere Juan Pablo II después de una sobredosis de cocaína
Dos mil diez: Carlos termina la universidad
Dos mil diez: Carlos viaja a Tijuana
Dos mil diez: terremoto en Chile provocado por los reptilianos
Dos mil catorce: Carlos publica dos libros malos
Dos mil catorce: Carlos enferma de varicela
Dos mil catorce: la guerra continúa.

De cómo las visitas han ayudado a Lázaro

Guillermo yermo emo
Memo zero heno
eo

Jaime aire cable calle arde
Jimmy air E jardín vale
ame

Catalina harina valium sordina
Caty ARMY marina cata vinos
ata

Varicela eccema infantil adulterado
jintanjáfora médico visita
salud alud
ur.
Vienes haciendo avalancha desde tu montaña, yo sólo soy un árbol que te espera abajo, con miedo.

Adicción-contradicción

  La mayoría de las personas se acerca a los maestros para aprender a hacer las cosas bien, su método, lo correcto del asunto; yo lo hago para entender la psicología perversa del maestro, eso que no enseña pero que es lo más importante, su defectos. Cuando otros evitan los lugares oscuros yo me planto en ellos, como planta de sombra, a la espera de que algún delincuente me cuente su historia, buscando ser un escritor al margen, en la supuesta contracultura (¿?). Voy a los diplomados, no por el diploma sino por el café y las galletas, hago preguntas que ni yo entiendo, presumo de autores que no he leído. En los supermercados las muestras gratis son mis favoritas, apoyo a los tenderos del barrio que venden los mismos productos porquería. Y a la hora de hacer el amor yo prefiero el sexo, sin condón, me arriesgo porque no le temo a las ETS. Hay tantas cosas en las que busco ser diferente que termino siendo igual que la mayoría, porque en esta vida lo que abunda es el cinismo vulgar, la barata hipocresía del desenfado colectivo. Entonces me doy cuenta de mi error y trato de ir a la iglesia, poemas de amor, monogamia, el título académico, la camisa y la corbata, el trabajo asalariado. Nada de esto me convence. Prendo la televisión y veo a los niños en Medio Oriente, cómo están muriendo, pobrecitos, me conmuevo a pesar de los gritos de mis sobrinas que están en la cochera solas, nadie les hace caso, ¿por qué no se callan y me dejan escuchar? Salgo a la calle a reflexionar sobre lo mal que este mundo va.
Enfermarse es cumplir con el protocolo de la existencia. Así es la burocracia ontológica, no hay pero que valga ni cuerpo que no lo aguante.

Cotidiano

  Catorce gatos en la casa deambulan juguetones, una bola de cabrones, sus cacas y sus pelos. Dos kilogramos de alimento que con algo de suerte calmará a las bestias, hablo de los humanos no de los gatos. Una pareja que no tiene sexo, sonrisas, abrazos, películas, disgustos y cuidados en el mejor de los casos. Televisión que con un golpe se arregla, computadora de escritorio semi-servible, tocan, son los cobradores de elektra, famsa, los abonos y la renta. Refrigerador apagado con hongos de hace un rato, horno eléctrico, multifamiliar de cucarachas, plantas varias, marihuana con alcohol para los golpes y las reumas. Los pocos libros que quedan después de la venta de urgencia: una Biblia incompleta, diccionario de Derecho doblado de viejo, las confesiones de San Agustín porque ¿qué es el tiempo? Pregúntenle al de Hipona porque yo ya tengo la respuesta. También hay un perro que mueve la cola cuando llego y cuando me voy aúlla. Los muebles sucios, el baño limpio, la cocina sin despensa, la escalera podrida que invita a la azotea, paredes agrietadas, moscas, mosquitos, vecinos y esperanzas.

Mentira

  La noche tuvo la culpa de que al indio lo mataran. Ya que la luna llena es responsable del hombre lobo el dolar vale más que el peso, si la ropa sostiene al tendedero los partidos políticos tendrán más presupuesto, dado que las tríadas están hechas de dos van a evaluar a los maestros rurales para poder despedirlos. Aquí la nada tiene sentido pues es el complemento perfecto de las bolsas de papas fritas y otras porquerías para los chamacos gordos que somos. Lo más rápido y eficaz era disparar a quemarropa, cortar el cuello de la verdad. Civilización porque hay universidad, civilización porque hay democracia, civilización porque enterramos a los vivos. Frío, calor, lluvia, sequía, hambruna, enfermedad: bingo. Fueron piedras las armas de los muchachos, tal vez algunos palos; digamos por buen fin que eran terroristas islámicos, antisemitas, mexicanos indocumentados, chinos protestando, negros violando mujeres blancas y católicas. ¿Qué hacer con los cuerpos? Tirarlos a un pozo, quemarlos, jabón. Varios uniformados opinaron, quedó en secreto lo decidido. Días antes una masacre pronosticaba el sino maldito de esta nación sin definición. ¿Cuándo ha sido diferente? Nos rendimos, gritaron asustados, los matamos, dijeron muy seguros. Tembló en Perú. Llueve sangre en Guerrero. EUA sigue siendo una fábrica de mentiras, y le va muy bien. El gobernador del estado prometió que encontraría a los desaparecidos. El comisionado de la seguridad de la delincuencia organizada dijo que meterá a la cárcel a todos aquellos que le digan pendejo. No hay cárceles tan grandes. Hasta aquí la información.

En la enfermedad

  Este cuerpo se retuerce como personaje de alguna pintura de Max Beckmann. Las pústulas que hay en él son la acumulación de experiencias negativas y necesarias, distribuidas sin orden aparente, en algunas partes en claro congestionamiento. Las plantas de los pies están negras, los ojos rojos, la orina amarilla. Los colores de la salud son los mismos que los de la enfermedad. El dibujo del mal está trazado por un niño ciego. En la boca un sabor a metal, llagas en el paladar. Los ganglios inflamados, comezón, no poder dormir. Este cuerpo no pide paz, quiere sentir la escala cromática del dolor.
  Abro los interminables candados que te tienen preso. Sigues ahí, como si nada hubiera pasado. No te veo feliz, la libertad es un engaño que se repite, ya me lo has dicho muchas veces. Me pierdo perdiéndote entre la gente que va haciendo poco caso del secuestro de las palabras. Te veo en la esquina, acostado, buscando otra perspectiva de las cosas. Arenas, Arenas, Arenas. También estás en el camión que va para Torreón Nuevo, eres el chofer y manejas mal. Una nube nos llueve, a ti en tu tumba y a mí en mi cárcel. Ubicuo Reinaldo, me sigues a todas partes, inspiras a esta cabeza loca que tiene piojos vegetarianos, me dejas ver las flores de la luna y disfrutar junto a ti de este mundo alucinante. Reilando Arenas antes del alba.