En el silencio chispeante de este cuarto subjetivizado se esconde un libro sin leer, los grillos blancos de la leche lo escuchan y entre líneas adivinan que falta la hora de dormir para sus ojos cansados, un desvelo insecto que lucha con la lectura que no ha sido. El libro, triste, se lee así mismo, se da vuelta a la página, se pone un separador muy mono, se dirige al baño con ganas del dos, no hay papel higiénico, hace uso de sí mismo para limpiarse; la expulsión de letras digeridas. La falta de audición del viejo sillón ha demostrado lo poco que les interesa a los muebles que haya murmullos, suspiros o gritos, que haya libros olvidados, libros caníbales. Cloro en el agua, una mosca con olor de pies tararea la marcha de Zacatecas, esta melodía anuncia el recreo, palabras primarias en donde existe el agandalle infantil: las mayúsculas golpean a las minúsculas. Padres de familia discutiendo sobre la muerte de una de ellas, murió la "o".
Preámbulo oloroso en esta casa del cuarto silencioso, un libro sin lectura se quema, las carnitas ya casi están en Quiroga, cartografía y gastronomía van de la mano. Los franceses hermosos flotan en las azoteas sucias de un país extranjero, hacen yoga y toman vino siempre extraño, los vecinos acusantes tienden sus ropas manchadas de pastel, sus ropas que no están lavadas bien. El bien es lo contrario del mal, un diccionario redondo, círculo vicioso, filósofo falásico, feo fervor de lo falso. El inicio de esta carrera contra lo absurdo. Primer lugar: un falo. Segundo lugar: dos falos. Tercer lugar: el libro no leído.
Tres párrafos separados por un espacio en donde podrían vivir millones de microbios y bacterias, pero no lo hacen, se ha muerto la pila de las ganas, pila como recipiente de agua, pila como contaminante de agua. Las baterías emocionantes se han acabado, terminado el hado de las ganas, finalizado el tiempo de los sinónimos que se rebelan, que quieren ser auténticos, ha llegado la hora de la energía negra. Energúmeno policía de la música, tocas hoy, tocas mañana, tocas cada día de este calendario podrido y dejas sin trabajo a los otros cavernícolas que también tienen familias, horribles parientes con hambre y con frío. Tres veces te han señalado con el dedo grande, te han dado en el clavo sin cruz, este albañil es un poeta y viene por ti, ¡deja ya de hacer tus ruidos de mandril!
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