El dinero es una porquería. Cambiamos nuestro sagrado hacer por porquería; nos la otorgan en dosis administradas por instituciones fundamentadas en la mierda colectiva. Existen territorios en donde la porquería es verde y el aire apesta a libertad podrida. También están los grandes acumuladores internacionales que dejan su tufo por calles y avenidas y se les puede ver en las portadas de los periódicos que son papel de baño per se. Y lo peor y más jodido de todo esto es que nos damos cuenta y sólo tenemos la porquería para salir de la porquería. Petición de principio como camino de porquería.
martes, 25 de marzo de 2014
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