Te pedimos que las mariposas sean transición, ¡oh, gran Epicuro Ramírez! Que la aceptación y las sonrisas reinen durante el proceso de la pérdida que no es tal. Sus alas casi rotas en el cementerio de las ganas, aquí están tus flores, mis tesoros son tuyos. Te imploramos de rodillas, nuestras caras son deformes, la luminosidad de una embolia, el manto sagrado de un sidoso. Que encuentren la moneda que está desaparecida, se ponen muy locos estos hijos tuyos, la moneda que va sobre el ojo sano y muerto, descansa en paz el tuerto de la fe. ¿Tienen las orugas seguro social, señor? Gran árbol que te encuentras en el norte, danos sombra y sabiduría para enfrentar a la bestia del progreso.
jueves, 6 de marzo de 2014
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