En la madrugada, borracho y drogado, te abrazo y te robo un beso. Pero no estás, es el poste, abrazado de un poste como la canción que suena en la camioneta del narcotraficante. Yo también trafico con sueños cuando te busco. Sé que en mi bolsillo no vive un peso, podría asaltar todos los bancos del mundo si me lo pides, traigo esta navaja oxidada y estas ganas de verte. Mataría por ti, sería un kamikase y abrazaría al presidente y lo haría volar en mil pedazos, si me lo pides. Tú ni te das cuenta, soy un delincuente, una basura, lacra de la sociedad, ¿y qué?, puedo soportar las penas de muerte por más norteamericanas que sean, todas las sillas eléctricas y todas las inyecciones letales, nada más no me digas que te vas, que no estás, porque me duele, lloro. Te pido un abrazo, sólo un abrazo, antes de que los policías comiencen a torturarme, antes de que corten mi pelo y mi libertad, mi última voluntad es verte.
martes, 29 de julio de 2014
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