Son las cinco de la mañana y voy en el transporte público, exponiéndome, diciéndole a la gente "le pasa de dos, por favor", lo digo con mi aliento de perro, ladro y muevo la cola. Son las cinco de la mañana, cinco con quince minutos, y veo tu carita de borracha que me encanta y me embriaga, me embriaga más de lo que estoy, y créeme, de verdad estoy ebrio. Repito las cosas, me las digo a mí mismo, aunque impropiamente sea, devengo en un montón de mentiras, pero me gustas y no traigo para otra combi, ¿me prestas?
martes, 29 de julio de 2014
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