Las canciones de los viejos me dejaron
Por aquí pasaban monstruos bienintencionados
Se fue erosionando el pasado tras su paso
Hoy ya nadie anda de puntas sobre los clavos
Este campamento que nunca se fue al carajo
La montaña de polvo tiene muchos alfileres
Detienen la estructura cuando es tarde
En la noche el frío se filtra por los orificios
Demasiados minutos después de las tres
Madrugada exploradora con su linterna apagada
Quiero tocar las nubes negras de la paciencia
Pero mi paraguas dice otra cosa
Poemas de madera que no dan frutos
Llueve mucho para que sea desierto
Gotas gruesas del color del reflejo
Las viejas canciones ya no sirven para amar
Agarro mi mochila llena de piedras
Camino por los vestigios del poema.
lunes, 7 de julio de 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario