Porque siempre llega tarde ya ni los mexicanos lo quieren.
Aborrecía a los extranjeros porque ellos sí podían pedir postre en aquel restaurante francés.
Tanto amó Cristo a su pueblo que se tiñó el cabello de color rubio.
La superioridad racial bien se puede observar en las regaderas.
Los negros, los blancos, los amarillos, los rojos, los prietos y los fosforescentes.
El chile no es para todos, dijo el taquero turco que vendía kebabs en Tacubaya.
Sólo en alemán se puede filosofar, para todo lo demás tenemos mastercard.
También hay poetas malos en lenguas indígenas.
Antes que todo están los argentinos.
jueves, 27 de junio de 2019
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