En esta euforia del 15 de mayo, ya que casi la mitad de la humanidad se siente maestro, quiero traer a colación un documental del director Nicolas Philibert, Ser y tener (Éter et Avoir, 2002, Francia). Metáfora de la enseñanza, como lo expresa su autor en una entrevista realizada por Aurora Intxausti para El País (02/enero/2004): “No es un estudio sociológico de la enseñanza primaria en Francia. Se trata más bien de un cuento, de una fábula, de un western”.
Una pequeña escuela rural en Auvergne reúne a chamacos de diferentes edades, el maestro, Georges López, se entrega a la docencia en cuerpo y alma, pero también él se nutre de lo que los niños (y no tan niños) le dan, ida y vuelta, carrusel del saber. ¿Cómo aprendemos a aprender? Esta pregunta está presente en varios de los documentales de Philibert, quien también es filósofo y una persona muy sencilla, lo comprobé cuando platiqué con él hace más de diez años en la avenida Madero de la capital michoacana.
Ser y tener se construyó a partir de intuiciones, no de una investigación sesuda sobre el tema de la educación, el director no intenta demostrar nada, más bien quiere plantar/plantear dudas en los espectadores, él mismo lo dice, no me
invento nada, incluso hace hincapié en la subjetividad de su mirada: “El documental siempre ha sido víctima de muchos malentendidos. El espectador siente que lo que ve es realidad bruta y hay que tener en cuenta que es una visión subjetiva del realizador. No es real, sino una interpretación de la realidad”.
Hay momentos realmente mágicos en este documental, especialmente en los que participa el pequeño Jojo, el más chiquito de la clase, las preguntas que le hace al profesor son de antología; además, están los enredos del recreo, donde la temporal falta del adulto vigilante muestra a los menores con sus afectos y defectos, la crueldad nos viene desde la primera edad, véase El señor de las moscas, novela de William Golding. La acción, sí, acción, ocurre en un año, durante las cuatro estaciones, esto nos brinda la posibilidad de acompañamiento en el crecimiento de los alumnos y del maestro, de los pajaritos a la nieve, el tiempo también es maestro.
El punto que quiero subrayar es el de la demanda que interpuso Georges López en contra de Nicolas Philibert. El primero acusa al segundo de utilizar su imagen sin su permiso, por lo que exige una retribución económica. La imagen que teníamos del amoroso maestro se cae por las escaleras y se descalabra, no muere. Philibert ha declarado hasta el cansancio que habló sobre este punto con el maestro de Auvergne, habían acordado, de palabra, que no habría paga, pues el documental no es exactamente el género cinematográfico con el que un director se hace rico. Esta actitud me recordó a mis queridos paisanos, quienes a veces, no pocas, se preocupan más por los beneficios monetarios que por la calidad de lo que enseñan.
Expuesto, Georges López nos demuestra que el ser humano no es ni bueno ni malo, hablo de la totalidad, sólo responde (respondemos) a las circunstancias y a su contexto, a sus necesidades, traumas e intereses. El documental de Philibert continuó años después de finalizado el rodaje, Georges López hace un excelente papel como maestro, y cuando termina la clase, va en busca de un dinerito extra, ¿a poco no sería un buen camarada del SNTE o de la CNTE? Vean Ser y tener, está en Youtube.
Algo de la filmografía de Nicolas Philibert:
Nénette (2010, Francia)
Regreso a Normandía (Retour en Normandie, 2007, Francia)
Lo de menos (La Moindre des Choises, 1996, Francia)
Ciudad Louvre (La ville Louvre, 1990, Francia)
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