“Se estrenó en 1939 y mira, todavía está vigente”, estas palabras las pronunció Fernando Ortiz, director de teatro y morenazo de fuego, al terminar la obra ¿Cuánto cuesta el hierro?, escrita por Bertolt Brecht y adaptada por el también líder espiritual del Colectivo Sesenta Mil. Los hechos ocurrieron en el Café de Olmo la noche del 15 de mayo, aproximadamente a las 20:30 horas, hasta el momento se desconoce el paradero del asesino.
“Este mundo está lleno de mentirosos, ladrones y asesinos”, expresa un cliente a Svendson, vendedor de hierro y testigo de la maldad omnipresente. Pues resulta que este cliente… Mejor no, resultaría muy sencillo dar aquí el desenlace de la obra, sólo la puntita. Con las actuaciones especiales de: Eva Sánchez, Yazmín David, Paty Arellano, Nacho Tena y Alex “Tropicuyo” García. ¿Cuánto cuesta el hierro? nos invita a pensar en la complicidad y la responsabilidad al ritmo de cumbia, tango, salsa, bolero y balada. Apaguen sus celulares.
Supositorios y hermenéutica: El vendedor de hierro podría ser México, silencioso cómplice, comerciante de almas e hidrocarburos; el asesino, supongamos, Estados Unidos. El dicho nos ayuda en la aproximación de la trama, siempre el dicho: Tanto peca el que mata a la vaca como el que le agarra la pata. Pecados, judeocristiana herencia que aún nos acompaña y rememora los campos de concentración en donde la humanidad se fue al carajo.
En su contexto, Brecht, al escribir esta obra, criticaba la supuesta neutralidad de algunos países en la gran guerra, nótese las minúsculas. Pero Fernando Ortiz le apuesta a lo abierto, de ahí las palabras iniciales de esta digresión; múltiples interpretaciones de un acto cobarde, pues mientras le paguen, el mercader de armas no tiene problemas para venderle a un fundamentalista el cuerno de chivo o una granada. ¿Cuántos Svendson conocemos? ¿Seremos nosotros un Svendson más?
Actuación impecable y divertidísima la de Eva Sánchez, ella le da vida a Svendson, así mismo sus compañeros de escena, cantan todos cual La Academia de Platón, gestos y escotes. “Este es un teatro independiente, no tiene nada qué ver con ninguna institución”, categórico expresa el director y gran jefe, Fernando Ortiz, le creemos. Música en vivo, sensualidad, ron con cola, crimen y castigo, pero ¿cuánto cuesta el hierro? Una corona y dos victorias.
Fotografía de Wendy Rufino
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