martes, 21 de marzo de 2017
Siempre hay alguien más
Si vas a saltar desde la ventana de tu casa, te recomiendo hacerlo de madrugada, a la hora que todos tus vecinos están descansando de su monótona existencia. Así podrás caer con la espontánea precisión que es propia de los suicidas. Esas ganas irresistibles de estampar tu cara contra el pavimento cuando el barrio está en silencio. Destrozar tus huesos uno por uno, regar la sangre por la calle y salpicar la casa de enfrente. Recuerda que es mejor de madrugada. Y si no saltas tú, alguien más lo hará.
(2003)
Columna: Cultos y mochos (VII)
Las rosas son rojas
Este martes 21 de marzo se celebrará el Día Internacional de la Poesía, ya se preparan los vates para leer sus improperios en voz alta; el público amenaza con seguir impermeable ante tales manifestaciones, y qué bueno.
Según la Unesco, la poesía debería reflexionar sobre los acontecimientos más importantes de nuestro tiempo, como palabra consagrada tendría que capturar la esencia de lo que pasó, pasa y pasará. Quizá estén confundiendo a los poetas con historiadores, politólogos o profetas.
Esta fecha está muy cargada: llega (siempre tardía) la primavera, nace Benito Juárez y su famoso peinado, proclaman a Otto von Bismarck como primer canciller alemán y se recuerda con tristeza el asesinato de las tres niñas en la Colina, colonia agreste de Morelia.
Muchos poetas viven como reyes, comen tres veces al día, van al baño y hasta se peinan. Otros, sólo serán descubiertos una vez que hayan muerto, intempestivos, les tocó la zurda del padre. No es raro toparse con encuentros, seminarios, talleres, diplomados, festivales y hasta felaciones con el pretexto de la poesía, porque así son las cosas, atrás quedó la causa social y la bandera rojilla, qué anacrónico suena aquello de “poetas combativos”.
La poesía no puede tener una utilidad, no debe servir a ningún amo, es total libertad, afirman unos. Otros, quizá los menos, creen que la poesía es un acto de rebeldía, un arma que puede derribar a cualquier enemigo. Y también están esos que en el amor, en la pureza de los inocentes besos, encuentran a la musa que los hace vibrar hasta la eyaculación.
¿Quién tiene razón, quién se equivoca? El tiempo, sí, ese barbón que hace atletismo, será el juez. Mientras tanto las balas, rosas, vasos de agua, héroes, hetairas y dioses, seguirán copulando con la imaginación y el pensamiento.
Comer todos de él
El necrófilo tiene un sueño, encontrar el cadáver de Cristo. No le importa hurgar en todos los cementerios habidos y por haber; paradójicamente, la posibilidad de profanar este cuerpo lo mantiene vivo, con la sangre en torrente vertical. ¿Logrará su objetivo o morirá en el intento? La teológica búsqueda y la inevitable teleología ya contienen algo de placer en sí mismas, un dejo putrefacto que lo redime física y metafísicamente.
Sobre el derretimiento de los polos
Qué triste que las promesas no se cumplan, mayas de Wall Street, apocalipsis Walter Mercado, los vendedores de seguros se hacen millonarios. Nostalgia alrededor del penúltimo desayuno, el café sin sustituto de leche, sin azúcar mascabado, la mesa está servida pero el fin del mundo no llega. Llueven improperios en las iglesias de los pobres, no hay motivos para abrazar a los lisiados de espíritu. En este deambular por lo políticamente correcto, dos pesos en el bolsillo de las jitanjáforas, en la lista del carajo no cabe ni una aguja más, millones ofrecen su sangre al tatuador. Tantos tontos en tropel, muchedumbre de gases, flatulencia masiva. Los filósofos del marketing engañan por definición, venden cremas en las farmacias, mágicas pócimas que curan las ansias del pesimista, a pesar de las escrituras y los profetas aún es posible encontrar magia en las braguetas. El reflejo asociacionista de los espejos ha engañado a muchos, vidas pasadas por agua, saliva con sida, buscan ser malos aunque acaricien ancianos, se comen los mocos de los recién nacidos, les levantan las faldas a la igualdad y a la justicia, cagan respeto y orinan los buenos días. Qué poca vergüenza tiene la historia, que después de tanto daño sale a pasear en bicicleta.
Columna: Cultos y mochos (VI)
A pesar de las tribulaciones
La obra de Reinaldo Arenas se forjó desde la represión y el olvido, la tragedia invadió su existencia, la mayoría de sus textos fueron prohibidos e incluso pisó la cárcel acusado de pervertir a menores de edad; a pesar del sufrimiento y la persecución el cubano escribió libros maravillosos como “Celestino antes del alba”, “El mundo alucinante” y “Otra vez el mar”.
Los estridentistas estaban en contra de que la poesía fuera un asunto de poses y centralismos, la podrida burocracia cultural había hecho de la capital mexicana “el lugar” para difundir la producción de los creadores nacionales (que no nacionalistas), por eso el manifiesto de este grupo estaba firmado en Puebla (primero de enero de 1923) y decía: “Que la poesía sea poesía de verdad, no babosadas”.
Antonieta Rivas Mercado experimentó el rechazo del pintor Rodríguez Lozano y el maltrato de un ardido Vasconcelos que había perdido las elecciones de 1929; casada con un hombre al que no amó, se entregó a la vida marital con resignación. Sin embargo, ella pudo pasar por alto tales afrentas y escribió cosas como: “Sé que yo no lo he encontrado y, si hoy le escribo, no es para decirle nada nuevo, sino porque hay danza en mi corazón”.
Y así podría seguir por horas nalga, en la descripción de los infortunios de un montón de personajes más, pero este no es el punto, sólo quiero subrayar algo, me refiero a la transmutación que han realizado la mayoría de los artistas a los que respeto y sigo. Es esta capacidad de transformar la mierda en oro lo que me sorprende y da fuerzas para no dejar de hacer lo que tanto amo, escribir.
Las apariencias
Mi miembro tumefacto al orinar ardía,
lo aplastó y torturó la Flor de Asfalto,
pseudo mujer que engañó a este incauto,
con sus gruesas manos torció mi hombría;
sus tetas macizas y un calipígico reverso
prometían otra victoria del falo perverso,
quedé embelezado al verla en esa esquina,
como un venado que en el remanso bebía,
y me acerqué dispuesto a grandes fechorías,
sin sospechar que en presa me convertiría,
¡vaya enseñanza por no fijarme en la traza!
Esta dama en el engaño no sólo era diestra,
resultó del infundio una sublime maestra.
lo aplastó y torturó la Flor de Asfalto,
pseudo mujer que engañó a este incauto,
con sus gruesas manos torció mi hombría;
sus tetas macizas y un calipígico reverso
prometían otra victoria del falo perverso,
quedé embelezado al verla en esa esquina,
como un venado que en el remanso bebía,
y me acerqué dispuesto a grandes fechorías,
sin sospechar que en presa me convertiría,
¡vaya enseñanza por no fijarme en la traza!
Esta dama en el engaño no sólo era diestra,
resultó del infundio una sublime maestra.
Sin arte poética
Genuflexiones verbales
para toda ocasión,
no se espante usted,
poesía, cuento y narración,
todo esto no es,
la tipografía varía
y el tamaño también.
para toda ocasión,
no se espante usted,
poesía, cuento y narración,
todo esto no es,
la tipografía varía
y el tamaño también.
Columna: Cultos y mochos (V)
Como ya se está haciendo costumbre, aquí les dejo mi columna "Cultos y mochos", en esta ocasión atiendo el llamado de mis compañeros funcionarios, quienes también tienen su corazoncito, no la disfruten, piénsenla:
Terror, libertad y despidos en la Secum
Paul Berman escribió en 2003 “Terror y libertad”, libro en donde expone la sinrazón del terrorismo en el mundo, hace una analogía entre los totalitarismos del siglo XX y el fundamentalismo musulmán que derivó en el 11-S.
Encontró una constante en estas históricas barbaries, el desaforado culto a la muerte. Berman utiliza el término “liberalismo” para referirse a las libertades democráticas (laicismo, derechos al voto, igualdad de sexos, libertad de prensa, etc.) que son rechazadas por el fascismo, nazismo y por los grupos extremistas adeptos al Islam.
La cosa resulta más compleja de un estar a favor o en contra de, por ejemplo, las palestinas kamikazes que se hicieron volar en los atentados de Tel Aviv-Yafo, pero lo cierto es que mucha gente sufre por estas estupideces político religiosas.
La situación por la que atraviesan artistas y burócratas de la Cultura en Michoacán también contiene mucho de sinrazón, terrorismo y sufrimiento.
Resulta que la Secretaría de Cultura del estado (Secum) trata mal no sólo a los creadores locales, también sus propios empleados son castigados, han corrido a varios bajo el pretexto de la infundada “austeridad” gubernamental.
Les han quitado sus derechos laborales y cuando se quejaron con Recursos Humanos descubrieron que ahí no hay nada de “humano”. Muchos de los trabajadores de la Secum son víctimas de los malos manejos institucionales, ahora las autoridades quieren paliar la situación con despidos masivos. He aquí las soluciones del gobierno, amenazar a sus colaboradores.
¿Son justos estos movimientos, dejar sin seguro a quien lo necesita, demorar los pagos? El gasto en publicidad de funcionarios es lo que debería moderarse, también Hitler invertía mucho en promocionar su imagen.
Caroma, Caliche Caroma
Admito que mi nivel intelectual está muy por debajo de la media normal (CI 20-34), por este motivo devoro libros al por mayor, leo, al menos, cinco horas al día, me esfuerzo por comprender las complejas ideas de los pensadores clásicos y contemporáneos, pero termino pasando los ojos por misterios inescrutables. De literatura he revisado gran parte de ese universo de ficciones estilizadas que sirve para que personas muy importantes hablen en los congresos y cafés, admito que me pierdo entre tantos personajes; así también de la poesía, con la que me he roto la cabeza, imágenes impenetrables que, por más que le doy vueltas, nunca entiendo. Luego entonces y con embargo, tales lecturas pocos estragos han causado en mí, aún me quedo mudo ante los argumentos (sólidos) de los demás, mi comprensión del mundo ni existe, ando como ciego a medio día, tropiezo en cualquier conversación, mis opiniones son como moscas, molestas y efímeras. Y a pesar de esta obtusa existencia, de mi declarada imbecilidad, puedo afirmar algo, lugar común de la sobado: Yo sólo sé que soy Caliche Caroma.
Columna: Cultos y mochos (IV)
Aquí les dejo mi columna "Cultos y mochos", que aparecerá el jueves 16 de febrero (2017) en el impreso de Capital Michoacán, está escrita a petición de algunos de los alumnos de Bellas Artes, la información salió de ellos y de otras notas que leí en la red. Disculpe usted las molestias.
Viejas y obscenas prácticas universitarias
En la Facultad Popular de Bellas Artes (FPBA) las cosas están que arden, queman. Quizás las altas temperaturas no sean total responsabilidad de sus actuales directivos, es probable que la corrupción haya llegado a esta sucursal de la Choza del Zorro desde hace mucho tiempo, puede ser que el mal le viene “denantes” a la UMSNH. Veamos.
En la licenciatura de teatro se han presentado una serie de irregularidades que tienen molestos a alumnos y profesores. Y es que, dicen, las clases se repartieron sin decoro, al parecer el nepotismo hizo su aparición en el ámbito dramatúrgico.
Verbigracia: Alfredo Durán, coordinador del Consejo Académico de la Licenciatura en Teatro, fue acusado en los medios impresos y digitales de haberle otorgado varias horas a su hija, sin que ésta hiciera el procedimiento correspondiente. ¿Será?
Sean peras, manzanas o elotes con crema, en estas situaciones es donde se demuestra la competencia de las autoridades. La universidad michoacana no se ha caracterizado por ser la más transparente, años de rapiña han mermado su recuperación, misma que hoy se mira muy lejana. Se esperaría más de la gente de humanidades, pero no, siguen dándole prioridad a lo administrativo en detrimento de lo académico.
Los alumnos del FPBA organizan asambleas desde hace días para obtener respuesta del director, Miguel Ángel Villa Álvarez, pero sólo les han hablado del famoso “error de dedo”. Lo más triste de todo esto es que alumnos del cuarto año de la licenciatura en teatro no tienen clases en cinco de seis materias desde hace casi un año; “hasta marzo”, es la respuesta que han pepenado en este basurero artístico.
Cuando el río grita
Durante el aniversario 104 de la Marcha de la Lealtad en Jalisco, jueves 09 de febrero de 2017, un cadete del Colegio Militar se desmayó frente a Peña Nieto, sus compañeros declamaban una poesía sobre los caídos aguiluchos y los vetustos ahuehuetes; la cara del pobre muchacho impactó violentamente en el suelo, pocos se acercaron para auxiliarlo, se transmitía en vivo y lo más importante es cuidar las apariencias, guardar el decoro. Al otro día, cuando el estulto presidente dio su discurso dijo algo que debería preocuparnos, las sabias palabras del inquilino de Los Pinos fueron: "Déjenme hoy compartirles lo que he aprendido de nuestras fuerzas armadas... Caer así, de manera firme, serena y sin meter las manos ni doblarse, no es más que señal precisamente de ese carácter, de esa valor (sic), de esa gallardía que distingue a los integrantes de nuestras fuerzas armadas". Ahí está el mensaje, es de ustedes la interpretación.
Quántum
No hay un muro en el universo
que detenga a este corazón,
grito a los vientos mi verso:
¡he de bailar el pasito perrón!
que detenga a este corazón,
grito a los vientos mi verso:
¡he de bailar el pasito perrón!
Columna: Cultos y mochos (III)
Terribles lentivirus con corbata
A Ron Woodroof le dieron treinta días de existencia cuando resultó positivo en la prueba de VIH, sin embargo se sobrepuso a este pronóstico, luchó, fue necio y pudo vivir muchos años más de lo previsto por los médicos.
Esto está en la película "Dallas Buyers Club", del director Jean-Marc Vallée; Woodroof es interpretado magistralmente por Matthew McConaughey, en el largometraje también aparece Jared Leto.
En el año que estuve escribiendo para la sección de cultura de Capital Michoacán, de octubre de 2015 a noviembre de 2016, contabilicé doscientos eventos artísticos que no tenían apoyo de la Secretaría de Cultura estatal (Secum).
Aunque los dineros administrados por la Secum no llegaron a estos conciertos, obras de teatro, presentaciones de libros, exposiciones pictóricas, muestras de danza y muchos etcéteras, a pesar de la no intervención del estado, las actividades se realizaron con éxito.
Pero no sólo de éxito vive el artista, la remuneración fue justa, hubo beneficios para todos y, lo más importante, el público estuvo satisfecho. No se necesitó de ninguna oficina oficial, sólo los involucrados directos: creadores, promotores y patrocinadores.
Como siempre, se pagaron los impuestos vampíricos y en algunos casos la institución se puso el sombrero ajeno.
Como Ron Woodroof, que ante la catástrofe resurgió como el fénix, así también los artistas michoacanos emergen del océano de trabas burocráticas, no se ahogan, surfean en este mar de adversidades, incluso hacen el túnel.
Una de las posibilidades del arte es su capacidad de adaptación. El cuerpo no se deja vencer por terribles virus con corbata.
Las aves de humo
Espiral de neblinas nocturnas
que aves sonámbulas destrozan
duerme misteriosa y oscurecida
ciudad de piedra pájaro en mano
El Corvux corax
de misterioso vuelo
los sueños vela
desde la altura
Acecho nocturno de la lechuza
al equinoccio de las ventanas
la primavera sin luna llena
pero con garras que la laceran
Campanas en duermevela
madrugadas con miles de alas
ojos rapaces de tus profetas
Hombres Pájaro son todos ellos
exploran los techos en horizontes ciegos
Sobre las gárgolas de cantera
los cuervos extienden sus alas
la mañana es una promesa
que también grazna
Palomas en las casas
palomas en las plazas
Columba palumbus
Columba livia
Columba oenas
Jardín de las Rosas
aéreo recreo
picoteos en los árboles
ta ta ta ta
ta ta ta ta
alguien se da cuenta
alguien voltea
ta ta ta ta
ta ta ta ta
impasible torcecuellos
ante la humana mirada
Bosque de piedra donde
los edificios son árboles
Arriba hay vida
aunque no sea percibida
Posibles trayectos en jaulas
canarios
pericos
petirrojos
azulejos
Un colibrí se burla de ellos
pasa y ríe
sin presagios
apresurado
Córvidos cazadores
Metálicas presas
Los majestuosos alerones negros
anuncian el sangriento episodio
las colúmbidas guarecidas están
pero siempre hay una distraída
El cuervo atrapa a la paloma
cercena su cuerpo
arranca su carne
pedazos de vuelos caen
sobre las cabezas de los peatones
La tarde aletea
golondrinas al nido
el espíritu santo
en la azotea.
que aves sonámbulas destrozan
duerme misteriosa y oscurecida
ciudad de piedra pájaro en mano
El Corvux corax
de misterioso vuelo
los sueños vela
desde la altura
Acecho nocturno de la lechuza
al equinoccio de las ventanas
la primavera sin luna llena
pero con garras que la laceran
Campanas en duermevela
madrugadas con miles de alas
ojos rapaces de tus profetas
Hombres Pájaro son todos ellos
exploran los techos en horizontes ciegos
Sobre las gárgolas de cantera
los cuervos extienden sus alas
la mañana es una promesa
que también grazna
Palomas en las casas
palomas en las plazas
Columba palumbus
Columba livia
Columba oenas
Jardín de las Rosas
aéreo recreo
picoteos en los árboles
ta ta ta ta
ta ta ta ta
alguien se da cuenta
alguien voltea
ta ta ta ta
ta ta ta ta
impasible torcecuellos
ante la humana mirada
Bosque de piedra donde
los edificios son árboles
Arriba hay vida
aunque no sea percibida
Posibles trayectos en jaulas
canarios
pericos
petirrojos
azulejos
Un colibrí se burla de ellos
pasa y ríe
sin presagios
apresurado
Córvidos cazadores
Metálicas presas
Los majestuosos alerones negros
anuncian el sangriento episodio
las colúmbidas guarecidas están
pero siempre hay una distraída
El cuervo atrapa a la paloma
cercena su cuerpo
arranca su carne
pedazos de vuelos caen
sobre las cabezas de los peatones
La tarde aletea
golondrinas al nido
el espíritu santo
en la azotea.
Sed
Tumefacta, la conciencia se arrastra por el árido terreno de lo moral. ¿Quién la convenció para abandonar el florido arrebato y la húmeda desobediencia? Sí, grita hoy con arena en la boca, y la baba de la servidumbre forma un oasis en donde, ahogada en saliva, sin conocerse a sí misma, cree que hace lo correcto. Cadenas que la confirman prisionera, arrastra por los desiertos de lo bueno y lo malo sus deseos, sus impulsos. Arrepentida va, ésa que se niega a sí misma. Se acabó el torrente, el río violento, murió hinchada de ganas.
Columna: Cultos y mochos (II)
El extraño caso de los adeudos de Secum
Lichtenberg escribió: “Hay gente que cree que todo lo que hace con cara seria es razonable”. Este aforismo me recuerda esas tristes visitas a la Secretaría de Cultura, mi calvario y el de muchos más.
En Secum es muy común que el funcionario en turno ponga una cara adusta para decirte que “el cheque aún no está”. Esta seriedad tiene algo de perverso, el cinismo institucionalizado reina también en la locura, perdón, cultura (lapsus cálami).
La no continuidad y poca seriedad en los trámites, programas y demás menesteres de esta secretaría han logrado colmar la paciencia de muchos, pareciera que el golpeteo y la toma de instituciones es la única forma para exigir los pagos pendientes, algunos con años de atraso (retraso operativo y mental).
Y surge la pregunta, brota como el géiser de San Agustín del Maíz: ¿Por qué siguen (seguimos) trabajando para la burocracia cultural?
Hartas respuestas hay, ¿de peso($) todas? Quizá llegó el momento de terminar con esta relación enfermiza, ¿o es que nos gusta el maltrato?
La Secum se prepara para un evento de talla internacional, el Encuentro de Poetas del Mundo Latino, qué bueno, pero antes que las arcas culturales sean dilapidadas con los vates vetustos y las señoritas de la palabra, que paguen.
Lichtenberg también escribió: “¿Quién oye disculpas cuando puede oír acciones?”. La situación económica del país está para llorar, cierto, sin embargo esto no debe ser un pretexto para encajarse con los locales, al contrario, primero los de casa y después la orgía.
Geoincendio
El incendio de Chile se ha propagado hasta México, las llamas arrasan con millones de dólares imaginarios, humo por todos lados. Al calor de las brasas, los saltimbanquis políticos aparecen abrazados para la fotografía. Pero lo que hace falta es una tormenta, una tromba para este infierno.
Esa extraña palabra llamada cultura
Parafraseo, más bien distorsiono, lo que Federico Nietzsche escribió en alguna parte: el cacareo de las actividades culturales por parte de las autoridades y de los organizadores de festivales es inversamente proporcional al nivel cultural de los habitantes de ese lugar.
Dime de qué presumes y te diré moreliano, los vapuleados son provincianos, chale y ¿sí, di? El autor de Aurora y La genealogía de la moral también dijo esto otro: están aquellos que revuelven los charcos poco profundos para que parezcan chocomilk. Sigo en la chaqueta intelectual.
Todo esto en relación a las diferentes actividades dizque artísticas que se realizan en la capital de Michoacán, esas nutridas carteleras en las que burócratas y artistas se besan de lengüita y comparten los gargajos de la adulación.
Parte del problema se encuentra en la poca claridad de lo que queremos dar a entender con la palabra (casi altisonante) “cultura”, concepto polisemántico y altamente explosivo, ¿qué es eso de actividad cultural? ¿Un festival que sólo beneficia al 0.01% de la población? Creo que deberían llamarse actividades plutocráticas, para honrar a la verdad.
Para muchos michoacanos (es un decir, porque hablamos de morelianos) cultura significa: show, espectáculo, gancho para turistas, cheques fáciles, mafia de artistoides, nepotismo exacerbado, etcétera del te sobo la joroba de oro, pero jamás cultivo de sí mismo, ¡qué te pasa calabaza! Esa extraña palabra ha sido muy manoseada, pero poco explorada, cultura, mejor sería decir "culo".
Las incógnitas de esta ecuación artístico burocrática, siempre desde el lado oscuro del camino (cf. Lynch), porque cuando los ojos se acostumbran a la noche, la visión se agudiza y los sentidos se erizan, chúpate ésta Ponchito Postecito.
Como infundada contribución, y para el desasosiego del lector, diré que la cultura es el reino de lo artificial en donde un Tuerto guía a los ciegos por voluntad propia. Hasta el próximo encuentro, si es que sobrevivimos (a la cultura).
¡Viva la delincuencia!
José Rubén Romero escribe en su libro Desbandada: "No hay gentes más caritativas que el ladrón y la prostituta, quizá para contrarrestar su propio pecado". Este texto me recuerda aquel otro de Baudelaire cuando habla de la magia de los arrabales, las orillas de las ciudades en donde el escritor maldito encuentra inspiración, claro que sin la parte del pecado y la culpa que sugiere Romero: no hay que olvidar que el primero habla de un pueblo michoacano, Tacámbaro; y el autor de Las flores del mal se refiere a la más grande de las hetairas, París. Lo importante es que ambos coinciden en que hay algo especial en los desarraigados y rechazados. Traigo al presente con cariño esas charlas de madrugada con los habitantes de la calle, he aprendido tanto de estos personajes, en muchos de ellos no existe hipocresía, tampoco mentira, desarrollan una especie de cinismo que está muy cerca de lo pícaro, Mi humilde pero sincera retribución a estas enseñanzas (de lo que sí y de lo que no) es poder plasmar en unas cuantas líneas algo de ese lado oscuro de la vida, que a veces brilla más que las luces artificiales de la decencia. De ahí que pueda decir: ¡viva la delincuencia!
Fraude
Marqué a la línea del suicidio para preguntar qué es mejor, si la soga o el veneno, pero no supieron darme informes.
Corte del vientre
El gobierno en sus tres niveles de saqueo, los burócratas vividores del erario, la universidad pública e incluso uno que otro líder espiritual han anunciado las medidas de austeridad que tomarán debido a la crisis más reciente, los medios de comunicación se han encargado de difundir estas mentiras como si fueran una gran noticia, como si esto trajera alguna esperanza para resarcir el daño después de tanto robo y usufructo de los (supuestos) bienes de la (supuesta) nación. Pero hay gente que lleva toda su vida en la austeridad y no anda por ahí diciendo babosadas, haciéndose el mártir, exponiendo su miseria. La única muestra de arrepentimiento que se aceptaría de los políticos putrefactos y sus achichincles es la renuncia y el suicidio, si no es así, no vale.
Malditos dramas
Si fuéramos capaces de reírnos más de nosotros mismos no necesitaríamos tantas terapias, pero nos gusta el sufrimiento, años y años de telenovelas han destruido nuestro sentido del humor.
Descansar en paz ya no es posible
No sé qué pensar cuando leo/escucho cosas como éstas: "Qué triste que se murió tal o cual escritor, nos estamos quedando solos". Y lo mismo dicen de los músicos, actores, pintores, artistas en general que cumplen con un ciclo vital (y necesario); incluso algunos políticos alcanzan algo de estas dádivas: "Pobrecito, si sólo tenía 91 años, se veía entero". La mayoría de los que fallecieron recientemente lo hicieron por vejez, otros por ser atascados en sus múltiples vicios y no faltó a quien la fatalidad le pasó factura. Para allá nos dirigimos todos, la muerte es lo único seguro y blablabla. Comentar que uno se siente mal por el deceso de alguien que admira es sensato, pero de ahí a expresar que el mundo se derrumbará por la muerte de fulano o mengano es puro borlote. Miles de personas son asesinadas cada día y el planeta sigue en movimiento, pocos rasgan sus vestiduras por los niños desmembrados en el mercado negro de órganos (cf. Chomsky). Las obras de los creadores son trascendentes, he aquí la herencia, la esencia, falta mucho por descifrar, interpretar, conocer. ¿Por qué nos convertimos en plañideras? Me imagino que estas personas, las que se aferran al fierro de la vida, desearían que sus ídolos estuvieran con ellos hasta la putrefacción, una especie de apocalipsis zombi intelectual. Y si no es así, habrá que reestructurar esa frase que está más trillada que el cereal: Descansa en paz.
La pregunta de los 60 mil
Lo complejo de las redes sociales, el mundo en ceros y unos, radica en que hay demasiadas soluciones para los problemas existentes (e inexistentes), después de una somera revisión, en el apabullamiento de las opiniones, no sabemos cuál escoger, la perplejidad nos gana y optamos por el camino fácil del meme o el gif. Terminamos donde empezamos. Los otros siempre tendrán la respuesta a cada situación expuesta aquí, pero lo terrible está en que no es una o dos alternativas, algo simple, blanco o negro, dulce o agrio, sino cientos de posibilidades que terminan por obnubilar cualquier esperanza de resarcimiento al asunto en cuestión. Los consejos se agolpan en la coladera y el pensamiento se tapa. Por ejemplo, el país ya explotó miles de veces, hipotéticamente, y también fuimos los mejores del universo, por encima de los marcianos; ganamos mundiales y salvamos al planeta; decapitamos a Peña Nieto, empalamos a Trump, aplacamos la hambruna global con tacos y guacamole; paramos la guerra en Siria y desaparecimos del mapa a Israel. Tantas cosas hemos hecho sin avanzar ni retroceder un sólo paso. Y al final del túnel aparece la sempiterna pregunta: ¿qué hubieran hecho ustedes?
Genuflexiones verbales del ¿A poco lipstick? o de la paz del arcángel divino
* El fervor por la Virgen de Guadalupe, los lábaros patrios y la cerveza victoria (y/o corona) son los pilares de la identidad nacional, disculpe usted las molestias.
* Podemos tener diferencias, pero todos los mexicanos nos aprendemos, por amor al dedo de Dios, la primera estrofa del himno nacional.
* Uno de los tantos legados de Antonio López de Santa Anna es el Sonidero Nacional.
* En el concurso de 1854 hubo mano negra, Jaime Nunó lo sabía pero guardó silencio, ahora sí que "inerme su hijo"; González Bocanegra no ganó. Giovanni Bottesini, aunque tocó en la fiesta, exigió: ¡voto por voto!
Crónica de la manifestación
Terminamos de talonear en el semáforo como a las 12:30 horas, no había estado mal el día, 150 pesos para cada uno, en sólo hora y media. La crisis para nosotros llegó desde que nacimos, por eso tenemos varios trabajos y además contamos con credencial de indigentes. Guardamos nuestras cosas y nos disponíamos a irnos a nuestros hogares, en eso sonó el teléfono y contesté. Era una amiga que nos invitaba a ir a la manifestación por el gasolinazo, es algo pacífico, comentó. Yo dudé por muchas razones, pero algo en mí aún es muy ingenuo. Le pregunté a Tonatiuh que si quería unirse, a pesar de que él andaba enfermo dijo que sí. Nos dirigimos hacia el Centro Histérico de Morguelia, el contingente se había desplazado hacia Las Tarascas, iban por la Madero escoltados por varias patrullas de policías estatales. Tuvimos que alcanzarlos cuando venían de retorno en dirección hacia Catedral. En cuanto nos vieron comenzaron a hacer bulla: "¡Música, toquen, toquen!", "Pónganse hasta adelante!", "¡Ese apoyo sí se ve!" y cosas por el estilo. Tocamos. A los diez minutos un cabrón de lentes oscuros,camisa blanca y panza chelera nos habló en lo corto: "Oigan, toquen bajito, para que se escuchen las consignas". Hicimos cara de enfado y bajamos la percusión, pianissimo, como si nos hubiera pagado este director de orquesta espontáneo. El pueblo unido sigue entonando las mismas cantaletas, hasta el cansancio de la repetición, llaman más la atención los tambores que un Fuera Peña ad nauseam, la gente no es tonta, ¿o sí? Llegamos a Palacio de Gobierno como a las 13:30 horas. Estaba ahí una bailarina que quería participar, unirse al llamado del tambor, las bodas del cielo y el infierno. Nos montamos para armar el círculo de la danza, el gran Changó que sí es revolucionario. Estábamos disfrutando el ensamble de percusiones y caderas cuando apareció la maldad, que cantan el pinche himno nacional. ¿No que era una manifestación pacífica? Esa canción habla de puros balazos y muerte: "Mexicanos al grito de guerra" y otras cosas tristes, seguimos tocando a pesar del sonsonete, ahí fue donde valió madres (padres) todo. Una señora se acercó en plan violento (el himno nacional había cumplido su parte) y nos la hizo de emoción, según ella porque no teníamos respeto por los símbolos patrios, nos quería linchar, lo bueno es que no tuvo quórum. Tuve que aplicar la de "ni te veo, ni te escucho". Error, eso la puso más colorada y dio unos cuantos manotazos al aire, ahí apliqué la señal con el dedo en la cabeza que quiere decir "está usted loca". El chocotorro es que dejamos de tocar por los ovarios de la señora. La mitad de la gente cantaba la hediondas letras del horrible himno y la otra mitad tomaba video con sus dispositivos móviles (acá celulares). Volteé a ver al Tona, tosía como perro, miré a la señora patriota y entonces comprendí todo. Yo ya no estoy para estos trotes; creo en la desobediencia civil, trabajo, trato de hacer el menos daño posible, apoyo a mis amigos y enemigos, incluso me informo, pero se me hace una gran felación ir a una marcha pacífica para cantar canciones de guerra. No señores y señoras locas, yo no creo en ese movimiento. Son más coherentes los saqueadores.
El arlequín agotado o de la neo-fenomenología del relajo
Cuando todos esperaban que dijera algo gracioso o interesante, como era su costumbre, él sólo guardó un silencio sepulcral y se marchó lejos, muy lejos, para que nadie más lo molestara; se había cansado de ser el bufón de la colectividad. Lo que no sabía, o tal vez sí sabía pero no quería aceptar, es que el problema no eran los otros, sino su propia visión de las cosas, nunca tomó nada en serio y no lo haría jamás.
Trágico
¿Qué frases célebres vendrán a salvar mis días? ¿Cuál de todos los memes me traerá alegría? ¿Cuántos pesos más costará el transporte público? ¿Dónde se esconde la fortuna y sus ruedas? ¿Cómo marco a Uruapan, cuál es la clave lada? ¿Quién soy yo y por qué no tengo gasolina? Los misterios del día a día carcomen mis bolsillos, pelusas por aquí, pelusas por allá, la tragedia invade mi vida.
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