Terminamos de talonear en el semáforo como a las 12:30 horas, no había estado mal el día, 150 pesos para cada uno, en sólo hora y media. La crisis para nosotros llegó desde que nacimos, por eso tenemos varios trabajos y además contamos con credencial de indigentes. Guardamos nuestras cosas y nos disponíamos a irnos a nuestros hogares, en eso sonó el teléfono y contesté. Era una amiga que nos invitaba a ir a la manifestación por el gasolinazo, es algo pacífico, comentó. Yo dudé por muchas razones, pero algo en mí aún es muy ingenuo. Le pregunté a Tonatiuh que si quería unirse, a pesar de que él andaba enfermo dijo que sí. Nos dirigimos hacia el Centro Histérico de Morguelia, el contingente se había desplazado hacia Las Tarascas, iban por la Madero escoltados por varias patrullas de policías estatales. Tuvimos que alcanzarlos cuando venían de retorno en dirección hacia Catedral. En cuanto nos vieron comenzaron a hacer bulla: "¡Música, toquen, toquen!", "Pónganse hasta adelante!", "¡Ese apoyo sí se ve!" y cosas por el estilo. Tocamos. A los diez minutos un cabrón de lentes oscuros,camisa blanca y panza chelera nos habló en lo corto: "Oigan, toquen bajito, para que se escuchen las consignas". Hicimos cara de enfado y bajamos la percusión, pianissimo, como si nos hubiera pagado este director de orquesta espontáneo. El pueblo unido sigue entonando las mismas cantaletas, hasta el cansancio de la repetición, llaman más la atención los tambores que un Fuera Peña ad nauseam, la gente no es tonta, ¿o sí? Llegamos a Palacio de Gobierno como a las 13:30 horas. Estaba ahí una bailarina que quería participar, unirse al llamado del tambor, las bodas del cielo y el infierno. Nos montamos para armar el círculo de la danza, el gran Changó que sí es revolucionario. Estábamos disfrutando el ensamble de percusiones y caderas cuando apareció la maldad, que cantan el pinche himno nacional. ¿No que era una manifestación pacífica? Esa canción habla de puros balazos y muerte: "Mexicanos al grito de guerra" y otras cosas tristes, seguimos tocando a pesar del sonsonete, ahí fue donde valió madres (padres) todo. Una señora se acercó en plan violento (el himno nacional había cumplido su parte) y nos la hizo de emoción, según ella porque no teníamos respeto por los símbolos patrios, nos quería linchar, lo bueno es que no tuvo quórum. Tuve que aplicar la de "ni te veo, ni te escucho". Error, eso la puso más colorada y dio unos cuantos manotazos al aire, ahí apliqué la señal con el dedo en la cabeza que quiere decir "está usted loca". El chocotorro es que dejamos de tocar por los ovarios de la señora. La mitad de la gente cantaba la hediondas letras del horrible himno y la otra mitad tomaba video con sus dispositivos móviles (acá celulares). Volteé a ver al Tona, tosía como perro, miré a la señora patriota y entonces comprendí todo. Yo ya no estoy para estos trotes; creo en la desobediencia civil, trabajo, trato de hacer el menos daño posible, apoyo a mis amigos y enemigos, incluso me informo, pero se me hace una gran felación ir a una marcha pacífica para cantar canciones de guerra. No señores y señoras locas, yo no creo en ese movimiento. Son más coherentes los saqueadores.
martes, 21 de marzo de 2017
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