Aquí les dejo mi columna "Cultos y mochos", que aparecerá el jueves 16 de febrero (2017) en el impreso de Capital Michoacán, está escrita a petición de algunos de los alumnos de Bellas Artes, la información salió de ellos y de otras notas que leí en la red. Disculpe usted las molestias.
Viejas y obscenas prácticas universitarias
En la Facultad Popular de Bellas Artes (FPBA) las cosas están que arden, queman. Quizás las altas temperaturas no sean total responsabilidad de sus actuales directivos, es probable que la corrupción haya llegado a esta sucursal de la Choza del Zorro desde hace mucho tiempo, puede ser que el mal le viene “denantes” a la UMSNH. Veamos.
En la licenciatura de teatro se han presentado una serie de irregularidades que tienen molestos a alumnos y profesores. Y es que, dicen, las clases se repartieron sin decoro, al parecer el nepotismo hizo su aparición en el ámbito dramatúrgico.
Verbigracia: Alfredo Durán, coordinador del Consejo Académico de la Licenciatura en Teatro, fue acusado en los medios impresos y digitales de haberle otorgado varias horas a su hija, sin que ésta hiciera el procedimiento correspondiente. ¿Será?
Sean peras, manzanas o elotes con crema, en estas situaciones es donde se demuestra la competencia de las autoridades. La universidad michoacana no se ha caracterizado por ser la más transparente, años de rapiña han mermado su recuperación, misma que hoy se mira muy lejana. Se esperaría más de la gente de humanidades, pero no, siguen dándole prioridad a lo administrativo en detrimento de lo académico.
Los alumnos del FPBA organizan asambleas desde hace días para obtener respuesta del director, Miguel Ángel Villa Álvarez, pero sólo les han hablado del famoso “error de dedo”. Lo más triste de todo esto es que alumnos del cuarto año de la licenciatura en teatro no tienen clases en cinco de seis materias desde hace casi un año; “hasta marzo”, es la respuesta que han pepenado en este basurero artístico.
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