He visto a las mujeres más bellas de mi generación caminando entre los puestos del mercado. Las vi comprando arroz chino, ropa de paca, queso Cotija, etcétera del marchante; todas, sin excepción, regateaban, porque así lo dice la costumbre, fundamento de la tradición, aunque la costumbre no es tan fuerte como creen los trovadores. Estas mujeres aligeran la carga de los vendedores, pelean entre ellas por la mejor mercancía y jamás han dejado de brillar entre las lonas amarillas, rosas y azules que cubren los puestos de cada lunes. Muchas se han estrenado como madres y hay quienes las acusan de los próximos males de la humanidad, pero el ciclo se cumple sin que importen los señalamientos de los señoritos y las intelectuales folk, al final el amor se convierte en taco y ellas los piden para llevar.
viernes, 11 de agosto de 2017
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