Ninguna tormenta, por más truenos y granizos que tenga, se compara con esta inundación interior; el mundo está ahogado dentro de mí. Ríos desbordados, ratas y esperanzas muertas, todo huele a caño. Proliferan las aguas negras del desasosiego en mi ser, ser para el desastre.
viernes, 11 de agosto de 2017
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