Desde que tenía 16 años, edad de ilusiones y primeros enteógenos, asisto fervorosamente a los mercados de chacharas en busca de libros usados, antiguos amigos (a veces enemigos acérrimos) que ofrecen, silenciosos, su mano de papel para lo que se necesite, joven.
En estas excursiones marchantiles he encontrado algunas joyas de la tatema tatemada, frutas prohibidas para los libreros de viejo. Si alguno de los agiotistas culturales hubiera llegado primero a los títulos que me he procurado en tales recorridos, seguramente hoy estarían envueltos en papel celofán con un precio del que si no compra, no magulle.
No hace mucho pude agenciarme diez obras, la mayoría de Ramón Gómez de la Serna, el creador de las greguerías. Ocurrió en El Realito, barrio pirinda, no se deja; El alba y otras cosas, El doctor inverosímil, El Greco, Azorín, El incongruente, entre otros etcéteras del buen Ramón, además de Mary y el gigante, de Phillip K. Dick.
Todos los compré en el mismo puesto, es posible que el vendedor obtuvo/adquirió/tomó prestados estos libros de una misma persona, o librero (de madera o metal pesado). La mayoría de ellos son primera edición, impresos en Argentina, país en el que se autoexilió Gómez de la Serna, vanguardista por antonomasia. Cito El alba y otras cosas: "La gran ciudad vuelve a ser el pueblecito de cien habitantes".
La Industrial es una colonia que está contigua al Centro Histérico de Morguelia, al norty. Los viernes hay mercado de carpas rosas; hace poco me lancé a la Indus Rifa en búsqueda de un don que la rola en intervalos indescifrables. Lo encontré, traía la pura mercancía literaturesca. De a diez pesos (y de a cinco todos traen) la pieza, agarré un benito, es decir, dos por veinte varos. Las semillas del tiempo-Obra poética de 1919 a 1980, del estridentista Manuel Maples Arce. El otro librejo, jamás en negativa flatulencia pasada de lanza, fue ¿Qué transa con las bandas?, de Jorge García-Robles.
¿Cómo llegaron esos libros hasta ahí? Sepa la bola con pelos de gato, mejor vuelvo a torcer el cuello del patito feo, fragmento de ¿Qué transa con las bandas?: "Por lo regular nadie tiene ruca. Con otras bandas sí hay un resto de chavas, pero nosotros no. A mí me gusta más cotorrear con la banda que andar con rucas, y así semos todos. O sea sí nos gustan pero casi nel".
Esto no es promoción de lectura, sólo expongo mis miserias, argumento de lástima, porque a mí también me gustaría tener una ilusión (sic-salsero), pero qué bueno que no (otros compran amor en las tiendas de conveniencia). Un pedazo de Las semillas del tiempo, del Maples Arce, ya con ésta me despido: "En la sala ruidosa, el mesero académico descorchaba las horas".
Foto de archivo, Ramón Gómez de la Serna junto a un maniquí
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