lunes, 20 de noviembre de 2017

Rea

Mi madre llegó borracha,
no pude dormir anoche
porque olvidó sus llaves
y el amante orinaba
mientras ella las buscaba.

Vivo en el segundo piso,
la casa familiar es la cueva
donde mis hermanos y otros
—otros son aquellos esporádicos—
se han resguardado del afuera.

Mi madre toma mucho,
quizá sea porque mi padre
la golpeaba-humillaba y hoy,
después de catorce años
en los que mamá ha sido libre (¿?),
su pareja también la veja.

Vivo porque mi madre,
Némesis del padre lejano,
creyó en un mundo mejor
en donde amor y error
son un círculo dipsómano
achatado en los polos.

¿Dónde dejó las llaves?

No hay comentarios: