de la boca mía
y aún así hablo
con los muros.
La palabra baja
hasta el infierno
porque sólo ahí
puede hacer eco.
¿Qué maldición
ha caído sobre mí?
Pregunto al viento
que pasa con prisa.
El viento responde:
¡Calla, calla, calla!
Pero es muy tarde
para el silencio.
ha caído sobre mí?
Pregunto al viento
que pasa con prisa.
El viento responde:
¡Calla, calla, calla!
Pero es muy tarde
para el silencio.
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