Hablaban mucho del silencio
pero no se callaban el hocico
ni cuando estaban solos, los poetas
Presumían sus universales lecturas
y se sentían la última chupada del mango
o la única muchacha del baile, los poetas
Caminaban orgullosos y bien peinados
por la pisoteada avenida principal
para que todos los notaran, ah! los poetas
Pero en las noches de octubre,
cuando la luna abre tantos los ojos
que encandila a ratas y prostitutas por igual,
los poetas se esconden bajo la cama
y, nos les queda de otra, se ponen a llorar.
lunes, 10 de diciembre de 2018
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario