lunes, 22 de junio de 2015
Cuadrado imperfecto de lo afectivo.
Uno
—Un drogadicto lo echó a perder y no pude conseguir nada, hubo disparos y salí huyendo del lugar.
—¿O sea que tú la cagaste?
—Nunca confías en mí, estaban a punto de darme la mercancía cuando...
—¡Cállate drogadicto de mierda!
Dos
—No miento, sólo te digo la verdad incompleta, es difícil hablar cuando se tienen tantos problemas.
—Me arrepiento de haberte querido como te quiero, duele, en serio duele enamorarse de un idiota que no puede afrontar la realidad.
—Entiéndeme por favor, soy un ser complejo.
—¡Eres un pendejo! Complejo el que tienes, ahora sí puedes irte a refugiar en el sostén de tu madre.
Tres
—Si de verdad me amas, vivamos juntos.
—En este momento es imposible que haga algo así, dame un poco de tiempo, un año, o dos.
—¡Tú no me amas! Sólo me utilizas, soy un objeto para ti, una cosa desechable. Vienes aquí cuando quieres tener sexo, pero cuando yo ocupo de ti jamás estás.
—Exageras, no es como lo ves. Sí te amo, cada quien ama a su manera, ¿por qué tendría que amarte como tú me amas?
Cuatro
—Estar con una persona más de cuatro horas seguidas puede volverse insoportable. Lo mejor es evitar este tipo de situaciones.
—Pero doctor, asumiendo que sea verdad lo que usted dice, entonces ¿qué pasa con esas parejas que llevan más de cincuenta años juntos? Mis padres son un ejemplo.
—Esas personas no quieren a nadie, ni a ellos mismos. Son un tipo de autómatas complacientes, que por miedo a la libertad o a conocerse a sí mismos se refugian en el otro, ellos le llaman amor, yo digo que es una patología.
—Si usted lo dice. ¿Cuánto le debo por la consulta?
El primer creativo, segundo intento
Un mar podrido de nomenclaturas repetidas que se regeneran con el discurso de las tormentas del devenir, saliva acumulada, años del decir, hacer que termina en el cementerio tepache, se está fermentando la herida. Camposanto donde yacen miles de bocas consumadas y consumidas por su impropio pez, fueron poetas y luego polvo. También la harina rima y no es tan salada como la suerte. El alimento del otro es el otro: zooplancton. Las etiquetas surgen del fondo, volcanes que destruyen y permiten la vegetación marina del sentido de los enunciados. ¿Qué quiero decir cuando digo Poseidón? Los romanos tomaron prestado el espíritu de los griegos, no lo devolvieron, derechos de autor. Neptuno, hermano de Júpiter y Plutón. Palabra muerta que resucita gracias al hip hop, la reencarnación del sema en el albur, a cada momento del rato que habitan los millones de epítetos moribundos nace un neologismo, peces masculinos y femeninos que se adaptan, aquí se transforman las LETRAS del mundo-uno-tierra-humus, vaso de lodo licuado: Él habló. En medio de este océano sostenido por una tortuga morrocoy, como si fuera una naranja medieval cortada por nominalistas cítricos que existen sólo en la abstracción, a la mitad, existe un pedazo de fe que sirve de isla de la redención sin palmeras que asombren del verbo sombrear, anonimato del páramo azul que se extiende hasta el límite del horizonte jugo amarillo, reflejo de las conciencias, agua que piensa. El sol pega como patada de caballo. El ingenuo quiere creer que vale algo la rosa, vale la pena, valen más las madres que las ostras, valedor el Rosas, vals sobre la olas, pero el olvido todo lo devora. Cae la tarde que podríamos llamar pared, lo que sea, al final de cuentas es el número lo que importa. La estadística no entiende de subjetivismos, parapetados en su choza, los politólogos opinan, hay que decidirse por alguna cosa, "le choix". Aparecen y desaparecen las estrellas, la Noche, vieja obscena, tiene un miedo terrible a las aglomeraciones, una fobia a hablar en público; anda por los callejones deshabitados del abismo preguntando por el sentido de los apelativos, más acertados que los nombres propios. Vida cacofónica la nuestra, cadena que lleva un dios cara de perro que entiende cuando le chiflan, los eslabones se arrastran y suenan a la velocidad de la obediencia. ¿Identidad, Juana, Gato? Carlos, Teresa, Miguel, fisuras en la piel del tigre, la fugacidad de la estrella Historia que se aleja más y más con cada libro publicado. Metáforas para la sal. El currículo de la humanidad está lleno de mentiras. Shakespeare no es más que un producto que se vende en las librerías. Las mentes toman atajos, los cerebros sirven al poder del marketing. Mercadotecnia de los registros civiles. Marca registrada el nombrar. Adán fue el primer creativo que se hizo rico al clasificar, hoy continua la influencia de sus ideas.
Tera
Era tanta la información almacenada por este hombre que terminó tonto por el contenido de su disco duro, la culpa fue de ese maldito hábito que nos hace ser roedores acumuladores. Su vida en la red de fantasías y egolatrías, disfraz del que va de subida en subida, alimentando el archivo global de la tontería. Escribía mensajes inbox a sus amigos y dejaba comentarios en los muros de sus adversarios. Sus palabras eran respetadas en el frágil mundo de lo virtual. Sabía perfectamente lo que era un fake y un remake. Pero llegó el día en que revisó su memoria portátil de un tera, qué servía y qué era basura binaria. Tazas de café, cajas de pizza, simplemente no pudo con el paquete. A los dos días ya estaba babeando del coraje porque casi todo lo que tenía era pornografía. Virus engañosos que se disfrazaron de libros y discografías, reproducciones de obras famosas que resultaron ser penes y vaginas. El link era una mentira.
Me encontré un hongo enorme
cuando iba rumbo al trabajo,
del cerro saco la arena,
escondido entre montañas.
Del tamaño de un melón,
tremendo capuchón,
yo divisé el bultito,
a lo lejos brillaba
como si tuviera foquitos.
Cuando me acerqué vi que eran más de tres.
Ha estado lloviendo harto,
desde abril,
quizá termine en octubre,
puede que hasta diciembre,
a lo mejor por eso estos hongos.
cuando iba rumbo al trabajo,
del cerro saco la arena,
escondido entre montañas.
Del tamaño de un melón,
tremendo capuchón,
yo divisé el bultito,
a lo lejos brillaba
como si tuviera foquitos.
Cuando me acerqué vi que eran más de tres.
Ha estado lloviendo harto,
desde abril,
quizá termine en octubre,
puede que hasta diciembre,
a lo mejor por eso estos hongos.
Medio marina
Tres veces esta fragata encalló, ternaria mentira del naufragio a medias. Verdad semiacuática: un chinchorro que no puede hacerse a la mar, verga sin vela, mi embarcación es un pecio varado en los extremos del ser. Soy el interdicto de esta batalla naval, peleo contra las rocas, por locura estoy condenado a la orilla, un sábalo estéril que confunde a las caracolas con espuma. Yo, náyade transexual, en el lugar donde revienta la calma escribo: "Quisiera ser piélago, pero no soy profundo en nada, no nado en el abismo". Insolación, deshidratación y ahogamiento al mismo tiempo. ¿Quién descifra los mensajes de la rémora? Desde la arena, y sin estar en ella, veo un horizonte subrayado de sol y humedad, el entrecomillado garzo y salado que pesca una oración de infinito. Coma sobre coma como ola sin lograr. El ir y venir, el estar y no estar, embarrancado híbrido que no se puede zafar.
Estoy con mis amigos, soy feliz a pesar del odio, sonrío.
Cuando la música suena bailo hasta el cansancio, sudo.
La gente se sorprende porque no me han visto llorar, aún.
Es que no vale la pena estar triste, es muy poco el tiempo.
Tambores y trompetas, flores y poemas, el mundo brilla.
Llueve, sale el sol, el arcoíris aparece, mis manos arriba.
Hago la genuflexión para rendirle pleitesía a la mañana.
Me baño con el agua fría de la montaña, mis huesos tiemblan.
De la ciudad tengo su ritmo, las calles protegen mis pasos.
Camino entre rostros hoscos que me miran, los saludo.
La sorpresa, después de todo, es que estoy vivo entre los muertos.
Cuando la música suena bailo hasta el cansancio, sudo.
La gente se sorprende porque no me han visto llorar, aún.
Es que no vale la pena estar triste, es muy poco el tiempo.
Tambores y trompetas, flores y poemas, el mundo brilla.
Llueve, sale el sol, el arcoíris aparece, mis manos arriba.
Hago la genuflexión para rendirle pleitesía a la mañana.
Me baño con el agua fría de la montaña, mis huesos tiemblan.
De la ciudad tengo su ritmo, las calles protegen mis pasos.
Camino entre rostros hoscos que me miran, los saludo.
La sorpresa, después de todo, es que estoy vivo entre los muertos.
Doméstica
La gelatina de limón está temblorosa y preocupada, espera ser devorada por las personas desanimalizadas que habitan la casa en donde se encuentra este alimento hecho a base colágeno. Conciencia gelatinosa de las cosas. Cosificación del mundo desde la perspectiva de un gel sabor cítrico verde que siente miedo. Como suplicio, la gelatina se quedó afuera, enfriándose poco a poco, la tortura inhumana. Una mosca ha caído en su interior porque ni siquiera la taparon, se confunde entre las pasas, pasa desapercibido el insecto con alas. En la calle ya suena el trajín diario que sirve de despertador. Agua purificada en garrafón, a sólo diez pesitos. Cuando piense en gas piense en las explosiones de San Juan Ixhuatepec. Tamales de carne, asesiné a mi vecino y lo hice pedazos, también hay de dulce, atole de guayaba. Entre otros anuncios sonoros matutinos que la gelatina escucha como recordatorio de su muerte inminente e inevitable. Los habitantes de la casa donde la nerviosa gelatina espera su fin, se levantan y asisten al desayuno colectivo que ellos llaman familiar. El postre hasta el último. La gelatina es asesinada rápidamente, con harta crueldad. Entre el ruido de trastos y comentarios vanos se escucha una queja amarga: "¡Había una mosca en mi gelatina!".
Ser joven y no ser revolucionario es lo normal
Los jóvenes conservadores,
que son la gran mayoría,
me dicen "Adáptate".
Para ellos las reglas son lo primero,
repiten los esquemas establecidos porque así es más fácil vivir,
no puede ser de otro modo;
según su inamovible punto de vista,
que es el que rige,
desgraciadamente,
lo mejor es ir con la corriente,
tragarse el anzuelo y sonreír,
dar las gracias y agachar la cabeza.
Estos jóvenes están muertos por dentro,
apestan a sumisión.
Se comen el mundo para vomitarlo después,
es la regurgitación del progreso.
Sería muy extraño que intentaran cambiar algo,
la ortodoxia es el sino de la juventud;
eso de ser revolucionarios es un infundio
que se utiliza para vender playeras del Che,
una válvula de escape para ignorantes,
un negocio para los viejos empresarios,
que también fueron jóvenes alguna vez.
Aunque saben que las cosas no son justas,
de verdad lo saben,
alientan a otros jóvenes para que sigan sus pasos,
siguen caminando sobre brasas,
a pesar del dolor promocionan la ruta del sometimiento.
Y yo voy por ese mismo camino,
digo sí mordiéndome la lengua,
acepto las sobras que me tocan.
¿Qué he aprendido?
Nada, absoluta y tristemente nada.
Muevo la cola y me voy a mi rincón.
Soy un buen perro conservador.
me dicen "Adáptate".
Para ellos las reglas son lo primero,
repiten los esquemas establecidos porque así es más fácil vivir,
no puede ser de otro modo;
según su inamovible punto de vista,
que es el que rige,
desgraciadamente,
lo mejor es ir con la corriente,
tragarse el anzuelo y sonreír,
dar las gracias y agachar la cabeza.
Estos jóvenes están muertos por dentro,
apestan a sumisión.
Se comen el mundo para vomitarlo después,
es la regurgitación del progreso.
Sería muy extraño que intentaran cambiar algo,
la ortodoxia es el sino de la juventud;
eso de ser revolucionarios es un infundio
que se utiliza para vender playeras del Che,
una válvula de escape para ignorantes,
un negocio para los viejos empresarios,
que también fueron jóvenes alguna vez.
Aunque saben que las cosas no son justas,
de verdad lo saben,
alientan a otros jóvenes para que sigan sus pasos,
siguen caminando sobre brasas,
a pesar del dolor promocionan la ruta del sometimiento.
Y yo voy por ese mismo camino,
digo sí mordiéndome la lengua,
acepto las sobras que me tocan.
¿Qué he aprendido?
Nada, absoluta y tristemente nada.
Muevo la cola y me voy a mi rincón.
Soy un buen perro conservador.
Toño
Cuando era más niño que ahora, hace algunos años, mi abuela Carmen cuidaba de un indigente. Lo dejaba dormir en la cochera de su casa y lo alimentaba. No sé bien si su nombre real era Antonio o simplemente así le decían para identificarlo y diferenciarlo de otros indigentes que rondaban la zona de Prados Verdes en los años ochentas. Toño ayudaba en algunas tareas domésticas, cuando podía, también iba a "echar una mano" a la pizzería que tenía mi papá en el centro de Morelia. Recuerdo que varias veces lo vi inhalando pegamento 5000. Tenía mucha curiosidad por saber qué se sentía andar "chemo". Platiqué con Toño varias veces y en una de ésas le pregunté sobre el pegamento, cuál era el efecto, cómo reaccionaba el cuerpo con dicha sustancia. He olvidado la respuesta que me dio Toño, sólo tengo un recuerdo de él babeando mucho, sin poder articular palabra, aunque no se veía triste ni tampoco reaccionaba violentamente. Le perdí el rastro a Toño. Años después, en el mercado Independencia, lo encontré vendiendo carnes frías, el puesto era de él y se veía bastante ejercitado, sano y lúcido. Se acordó de mí, no quiso cobrarme la mercancía que le pedí, gesto que fue más en nombre de mi abuela que por quedar bien conmigo. Fue inevitable aguantarme las ganas de preguntarle nuevamente sobre el pegamento 5000. Su respuesta fue contundente, "era lo mejor del mundo, pero no lo volvería a hacer". Me despedí de Toño y salí del mercado. Ya en el camino de regreso, no pude evitar pensar en todas las sustancias que había probado con el fin de alterar mi conciencia; había buenos y malos viajes, repetiría la mayoría de esas experiencias. Ir y venir del cielo y del infierno no es para todos, algunos han logrado salir, otros se han quedado ahí. Sin embargo, para mí, la vida es saltar de un lado a otro.
Lote
Abrazados en el lote baldío de nuestro amor, con frío de madrugada, esperamos ansiosos los desperdicios mañaneros de los vecinos, la basura que día con día tiran aquí, a la misma hora, casi religiosamente, calienta nuestra pasión, nos sirve de cobijo. Luego vienen las fogatas, porque entre los vecinos también hay maldad: llantas quemadas que producen humo negro. Lloramos y tosemos. A punto de ser abrasados en nuestro abrazo, con las caras tiznadas, huimos de la contaminación local para irnos a refugiar a otro nicho reciclado.
La gente es feliz cuando alguien más le dice lo que tiene que hacer, lo veo en todo lo que hacemos: el estado, la escuela, la familia, las relaciones interpersonales. Hay una tendencia global a la obediencia que no desaparecerá nunca, al menos eso parece. Ser independiente es algo inimaginable, ni qué decir de ser libre. A lo mejor, después de tantos siglos de cadenas y azotes, lo que realmente nos define es la esclavitud. Quizá la servidumbre voluntaria no sea tan mala. ¿Será?
viernes, 5 de junio de 2015
Equipolencia crónica
El concepto presto de materia negra tiene problemas varios con la ley del habla y la escritura varia, el buen-buen decir está en peligro reacio, la RAE (Rescate Armado de la Expresión) busca cualquier pretexto denso para reducir las acepciones de esta palabra que ladra y de cualquiera que se le asemeje en ejes. Concepto repto, arrastrado, palabra canta la magia del ser, termino con el término que terminó conmigo, es la idea panacea de la sabiduría: MATERIA. Mientras más corto mejor, el pantalón de la guerra retórica necesita un dobladillo al hilo. ¿Qué se entiende extiende pretende concierne por materia? Sería imposible, es posible hablar así, entender un sistema filosófico sin esclarecer los oscuros muros que se van a utilizar en el mismo saco roto del significado, el platillo del día incluye sopa tarasca, espiritualismo y continuidad. Llamo materialismo al uso y abuso de la materia prima para la construcción de poemas. Desde hace muchos siglos varios jardineros sinceros, obreros del verde pasto, han recogido pequeños fragmentos de juguetes perdidos, extraviados a propósito por las hermanas mayores que desprecian la infancia, ahora, para darlos a conocer al público, se organizó una exposición en el museo del recuerdo, los antes jardineros se volvieron funcionarios culturales, morfología de la cultura, altura en los niños listos, estrellas en la frente. Adultos en potencia venidos a menos lloran de la emoción, ración de voluntad socavada expresada en el lagrimal. Materialismo: Peluqueros calvos desarrollan un pensamiento peinado con raya en medio casposo y lo convierten en obras de misología, gastroenteritis y literatura oficial. Amasar la coherencia. El caso más conocido es el de Tito Lucrecio Barato, quien compuso poemas sobre la durabilidad de las cosas, la doctrina se imparte reparte aparte los sábados por la mañana soleada, catecismo gnóstico en un mundo móvil, según Galimatías. Sexto Empírico, Carlos Marx y una larga lista que contiene nombres del imperativo doméstico alimenticio, parten de las enseñanzas del Gorila anónimo que se escapó del zoológico, usan el valor de la verdad como si fuera pastel de carne inglés, educación y malentendidos a la hora del té. El gran maestro materialista utiliza cemento mexicano para desarrollar su castillo de esperanzas vanas, la lucha de clases ocurre en el elevador, lo he visto ipso facto de evacuación. Todas estas interpretaciones han partido de la idea de materia que es fundamental en la construcción de vecindades. En las obras de sobras semánticas se nota un desglose extenso de ladrillos baratos que se conocen como glosemas, la física hedonista sostiene que la materia es igual al peso por el precio del kilogramo de huevo, verbigracia, lo que cuesta un litro de leche de soya. Ofrecen cincuenta pesos, los acepto, corro a la esquina, están cayendo oraciones del cielo, yo viendo, tú leyendo. Este punto es ortográfico, básico en el enunciado, pacífico junto a los morfemas, atlántico con los gigantes, transexual y único en las peleas de gallos. Materiales para la destrucción del marco teórico que se derrite en la alocución, en Sion perdí a mis súbditos. Las condiciones económicas son ≠ a las políticas, y éstas no son ninguna vergüenza sino sexuales impulsos buzos del deseo. Atenas en el siglo IV, harto me hubiera gustado vivir ahí, con muchos esclavos prehegelianos y jóvenes fuertes dispuestos a ir a la tienda por mí. Antes de nuestro conteo del tiempo cristiano un chiste, o dos como la voz de Dios que es tres pero al revés. La muerte de Alejandro Magno trajo mucho turismo al panteón de la historia, destruyó el mundo conocido y nos entregó la posibilidad de un Napoleón. La segregación social estaba a dos mil dracmas la hora, compré menos-dos-bolsas, ergo, matemáticas blandas. Tres infundios sobre el materialismo para finalizar:
1) Todo está constituido por magia y variedad, los domingos se paga doble.
2) Nada nace de la nada porque la nada nada teme, la valentía no se ve pero se siente.
3) El eterno inmutable es muy serio. nunca ríe.
2) Nada nace de la nada porque la nada nada teme, la valentía no se ve pero se siente.
3) El eterno inmutable es muy serio. nunca ríe.
El Gato de Cheshire y otras falacias.
A partir de la relectura del libro más conocido de Lewis Carroll, Alicia en el País de las Maravillas, comencé a pensar qué pasaría si yo fuera uno de sus peculiares personajes y dejara de ser lo que soy ahora. ¿Quién soy yo? Un escritor pobrísimo que intenta sobrevivir en este mar de lágrimas, un tipo que va a la tienda por un sobre de nescafé y regresa a su casa para acariciar a sus gatos y leer algo mientras desayuna, por cierto, ninguno de los gatos se llama Dina ni Diana. Los nombres de mis gatos son: Huevo, Gris, Gorda, Chueco, Güera, Cori, Boni y Bola. Así soy, y es que también tengo un perro llamado Fuchi, mueve la cola al verme llegar y cuando me voy se pone triste, hasta ahora he tenido la suerte de regresar. Uno es lo que tiene, y ya ven, soy animal. Yo soy yo y no soy, por ejemplo, Enrique Peña Nieto, porque yo sé muchas cosas y Enrique es un burro. Cuando digo que Enrique es un burro no me refiero a la animalidad inherente en todo ser humano, sino a su condición de ignorante, condición necesaria para ser presidente de la república. La vida no es normal en México, no puede serlo, es imposible, ilógico; vivir aquí es como ir cayendo por un túnel muy profundo y vertical, claro, caer en un túnel horizontal sería diferente, sería un tropiezo y no una caída interminable, o casi interminable. La lógica no es lo normal, al contrario, la lógica es lo extraño, lo que casi no se da por estas tierras retóricas, En cambio, el aguacate sí se da por aquí, aunque los bosques de pino han sido arrasados para sembrar y cosechar el aguacate. Vaya a usted a saber qué es lo normal: ¿el asesinato, el robo, la extorsión, la corrupción, el agandalle? ¡Qué rico es el guacamole!
(Párrafo extraviado)
Encuentro mucho más sentido en el País de las Maravillas que en esta república mexicana; como que no hay conexión entre las partes. Al menos allá había pasteles y té a todas horas, en cambio aquí lo que hay es mucha hambre. Quizá esto se deba a que soy un Conejo Blanco y veo las cosas de una manera más animal. Lo que sí es cierto es que en ambos lugares comparten un gusto exacerbado por el corte de cabezas. Mejor comeré de la seta mágica para soportar esta realidad en donde te roban los guantes y te secuestran. ¿Y si no funciona? No, yo no soy un Conejo Blanco. Mucho menos soy una niña ni me llamo Alicia, doble negación. Me gustaría ser el Gato de Cheshire, por eso ahora estoy sonriendo, ustedes no me ven, únicamente tienen mi palabra. ¿Podrán creer en lo que les digo? Desaparezco poco a poco sin dejar rastro, lo último que ustedes ven es mi sonrisa, por aquello de "me río para no llorar".
(Los siguientes párrafos fueron escritos en un camión de basura)
Ocurrió después de tanto decirlo. Se han fusionado los dos mundos. Ahora vivo en una novela para niños que los adultos no entienden. Soy una reina de corazones que apaga las fogatas con las uñas (véanse textos anteriores del autor). ¡Que le corten las orejas! ¿A quién? A Dumbo y a cualquier persona, animal, cosa o quimera que tenga relación con Walt Disney. "La verdad está en el valor práctico de una proposición". William James sabe lo que dice, por eso soy pragmático y digo lo que quiero hasta que lo que digo se vuelve verdad. ¿Estaré entendiendo correctamente la lógica que invento? La coherencia de un domingo a las doce de la noche es convertirse en lunes.
(No hay conocimiento en este asunto: ignorancia)
El Sombrero Loco se encuentra atrapado en un determinado horario, mismo que se repite una y otra vez, algo así como un eterno retorno pero compartido con la Liebre de Marzo y el Lirón dormilón. También yo estoy atrapado en un determinado horario, tengo que trabajar de lunes a viernes, más de ocho horas diarias, a veces creo que no hay diferencia entre un día y otro. Tiempo compartido pero sin té, tampoco hay pan con mantequilla, me gusta mucho el pan con mantequilla. Es mentira. No trabajo, me gusta fumar y vivir arriba de los hongos, la afortunada Oruga es mi favorita, me gustaría ser la Oruga. ¿Fumará opio? ¿Fumará marihuana? ¿Fumará metanfetamina? No lo creo, las pipas para fumar cristal son de vidrio y muy delgadas. La fisionomía de la Oruga no aguantaría mi zapato encima de ella, aplastar Orugas está mal, como está mal desaparecer estudiantes y vender los recursos naturales de un país. Insisto en que el Gato de Cheshire mueve la cola cuando está enojado. ¿Ya había dicho lo de la cola?
¿Qué les estaba contando? ¡Ah, ya recuerdo! Que la Falsa Tortuga llegó la otra noche a visitarme, estaba muy triste porque el Sindicato Único de Tortugas Verdaderas la había demandado. Le recomendé que se afiliara a un partido político aquí en México-País de las Maravillas, nadie la molestaría por más falsa que fuera, ganaría mucho dinero y se haría popular. Dijo que lo pensaría. Yo sí que no me haría miembro de ningún partido, sus discursos están llenos de falacias y contradicciones, pero la Falsa Tortuga es una maestra en estos tópicos. Toda Tortuga Falsa es llorona, alguna Tortuga falsa es hombre, luego, algún hombre es llorón. DATISI es el nombre del silogismo anterior, nos sirve para saber que los hombres lloran cuando viven en México.
México es un país de fantasías y pastelillos mágicos, hacerse grande y después hacerse chico, ahora me doy cuenta que esto ocurre diariamente, la rueda del destino dicen los filósofos, yo digo que es cuatro por siete. Darse consejos a uno mismo y no hacer caso de estos consejos, lo aprendí de Alicia. Sigo navegando en el mar de lágrimas, arriba de una balsa pequeña a la que nombro imaginación. Los guantes blancos de cabritilla están mojados, el abanico y el reloj los dejé en el Monte de Piedad, la Duquesa trabaja en un Walmart, la Reina es peluquera y el Rey vende drogas en las esquinas de Prados Verdes. Todo esto sucede como de costumbre, es decir, violentamente. Ilación cero. Era yo la misma cuando me levanté esta mañana, era yo el mismo cuando me acosté esta noche. Ambivalente, que tiene dos valores. Convertirse en otro, leo el reverso de la pasta de dientes. ¿Quién soy yo? Véase supra. Los tigres perecen en las prisiones del pensamiento. Alicia sabe lo que dice, por eso lo dice y yo lo escribo en letra manuscrita. Decirme quién soy frente al espejo, ya habrá tiempo para otro cuento. Estamos todos locos, por ahora, incluyéndome.
Perrero
Y de nuevo, aunque no es novedad, la muerte se lleva a uno de mi generación. Perrero, el de aquellas galletas, diez pesos, baratas. Perrero, el vato de la moto. Perrero, el chambeador, el compa, el que hace paro. Nos vamos yendo poco a poco, en pedazos. Hasta que no quede nadie más que nos mencione, cuando ya se hayan olvidado nuestros nombres de todas las memorias y ni siquiera las paredes nos recuerden, entonces sí que estaremos jodidos. Mientras tanto hay alguien que todavía te nombra, en el decir también se va la vida entera, por eso estas palabras, para que aparezcas de vez en cuando, en intermitencias.
No descanses en paz, sigue haciendo ruido en donde quiera que estés.
Jueves 27
Jeudi 27, vocablo de origen francés que se pronuncia algo así como yodí ban set y significa jueves 27, es un espacio para la creación y las propuestas artístico alternativas en Morelia. Se encuentra ubicado en Valentín Gómez Farías #265, en el centro histérico de esta ciudad tan explosiva. Aquí se organizó la Librósfera en diciembre del 2014, evento dedicado a la literatura y a la música. Así mismo, han tocado en este escenario infinidad de bandas locales y de otras partes del mundo; obras de teatro, danza, exposiciones de artes visuales, charlas y conferencias, presentaciones de libros, en fin, cientos de eventos realizados con éxito en este edificio que se ha encarnado, paradójicamente, en el imaginario colectivo.
Pero la principal actividad de Jeudi 27 es la proyección de películas. El nombre del lugar está inspirado en una fecha conmemorativa del cinematógrafo, el jueves 27 de agosto de 1896 se ofreció una función de gala abierta al público, la primera de este tipo, esto fue en la calle de Plateros, hoy Madero, en la ciudad de México. Hay que recordar que la primer proyección en nuestro país se realizó en el Castillo de Chapultepec el 6 de agosto de ese mismo año, y sólo asistieron los invitados del general Díaz. Por esto el nombre también hace referencia a lo colectivo; Jeudi 27 es, principalmente, un foro popular para el cine y las demás artes.
Todos los días hay algo para ver, su cartelera es de lunes a viernes, regularmente a la siete de la noche, aunque a veces cambia dependiendo de la actividad del lugar. Además, en la cafetería que se encuentra en el primer piso, uno puede pedir a cualquier hora, y cualquier día, la lista de títulos y comer mientras disfruta de su película favorita.
Días atrás se suscitó un acontecimiento desafortunado en Jeudi 27. Durante el homenaje a la banda de ska Dulcinea un hombre fue agredido brutalmente por personas-bestias hasta hoy desconocidas, aunque se sospecha de ciertos hinchas desequilibrados mentalmente, seguidores del triste equipo local de jotibol. Hay que decir que el agredido también agredió, hay testigos directos, no se sabe qué rencillas antiguas tenía la víctima con sus victimarios. A partir de este hecho la prensa desinformada, como la mayoría de las veces lo hace, publicó notas amarillistas en donde se habla muy mal del foro en cuestión, ni siquiera ponían el nombre correcto, "Jeudi 115" aparecía en uno de ellos.
El ayuntamiento moreliano, rápidamente, clausuró el lugar; justificando así su existencia tan desacreditada. Sin previa investigación de los hechos puso los sellos, sin avisar al dueño, sin preguntar, hizo justicia, justicia mexicana, como siempre por dichos y diretes. No se preocupen, ya se reabrió, claro, previa multa de cajón.
Es muy importante que cuidemos estos espacios, la ciudad carece de lugares en donde se presenten propuestas originales y no el mero espectáculo vacío, como los que ofrece la desacreditada Secretaría de Cultura (Locura) y los burócratas culturales del municipio: Luis Miguel, Enrique Iglesias, Juan Gabriel, Yuri, vómito. Jeudi 27 no es un bar. En este clima de inseguridad protegernos unos a otros es la impronta, ya que las autoridades, no está de más decirlo, no sirven para nada. Las corporaciones de seguridad privada proliferan, se ha vuelto un negocio redondo nuestra tranquilidad. No las necesitamos, con un poco de comunicación y organización podemos defendernos y defender los espacios que nos pertenecen y nos dan identidad.
Jeudi 27 es punto de encuentro, una fuerza centrífuga que ha ido creciendo poco a poco, le faltan cosas por arreglar, es cierto, nadie es perfecto, pero sí somos perfectibles. Al igual que Cactux y otros lugares, hay carencias en el tema de los baños. No hay discusión, éstos tienen que estar siempre limpios. Si analizamos la situación, la mitad de culpa es de los usuarios, su falta de higiene demuestra su valemadrismo inherente; y la otra mitad de los dueños, quienes tienen que poner más atención en este punto, si hay venta de comida es importantísima la higiene, de primer orden. A pesar de ésta y otras fallas, hay que estar agradecidos porque tenemos a Jeudi 27, Cactux Multicultural, Mechuacan Tianguis, La pulke, Parole, Monotipo Tucul y los que vengan, en otras ciudades no hay ni la mitad de lo que tenemos aquí. Habitemos construyendo, apropiémonos de la ciudad a través de la creación y la comunidad, seamos críticos de nuestros espacios y, por qué no, disfrutemos de una cerveza bien fría.
Lista de mercado
Te preguntarás,
si es que te has preguntado algo alguna vez,
dudo de ti,
esta lista de mercado qué, para qué,
a dónde va, de dónde viene, río.
Sin rima, ni orden ni medida,
letras aburridas-aglomeradas-estancadas,
c
a
i
g
o.
si es que te has preguntado algo alguna vez,
dudo de ti,
esta lista de mercado qué, para qué,
a dónde va, de dónde viene, río.
Sin rima, ni orden ni medida,
letras aburridas-aglomeradas-estancadas,
c
a
i
g
o.
Ocurrencias de borracho meado,
ése,
el que cambia libros por pesos,
pido.
Sé de la búsqueda,
del hambre y del aburrimiento de los peces,
atiendo la tienda de la tía.
Un artista que dé buenos espectáculos,
un payaso que nos divierta más,
lloro.
Poemas de verdad,
arte de verdad,
muerte de verdad,
ofrezco pura imitación,
hablo.
También la he buscado,
la basura pasa los martes a las ocho (8),
cuelgo.
Ensayo literario,
prosa poética,
influencia del diablo,
herpes en los labios,
entiendo.
Por las avenidas del desprecio
el ayuntamiento va echando chapopote y grito:
¡Encuentro muy pendejo al espejo!
Guerra y calcetines,
MAYÚSCULAS y minúsculas,
pienso:
Noise en las cabezas de los otros,
ruido,
así le llaman y cuesta varios verdes,
peleo.
Tengo la razón ponchada,
lista para irse al matadero,
silencio,
larga ausencia.
Aquí en medio van todos los puntos que no pongo,
todas las comas y lisuras.
Interferencia de los monstruos,
la señal se pierde entre callejones polisemánticos.
Porque ya se estará muriendo el perro en la central de camiones.
Porque ya se estará pudriendo su cuerpo en el anden número 43.
Porque utilizar el número 3 después del cuatro es recordar los hechos.
En este desorden de ideas mataron en Michoacán a otros 43,
prefiero agua sola, gracias.
Le da identidad a lo que digo estar hablando de asesinos,
hasta la corbata es roja.
Podría utilizar el número 9 pero no lo hago,
el halago del quédate quieto,
nueve.
En el horóscopo dijeron que era el mío,
que tendría un premio chancho.
La suerte echada bajo la predestinación de la cobija,
oro en la fría madrugada.
Papel y lapicero en vez de medios electrónicos,
el envés de la moneda analógica.
Mis sentimientos gatito en la calle,
alimento para aves, pensamientos truncos.
Llueve y tengo gripe,
tengo algo en la nariz,
tengo fluido el sentimiento vago.
Los mocos se me escurren,
el papá mira en la tv al Papa Francisco,
me sueño.
Un gordito con lentes se acerca,
enseña las credenciales del INBA,
te sueño, lo que hago es para ti,
gordito.
Cerca está el velador del estilo,
opinar sobre todo,
sobre nada,
enfermedad del lomo decía Rodrigo.
No llames poesía a tus delirios,
reclama el gordito,
el gusto se destruye cuando hablas.
Amenaza con llamar a la policía si no paro,
aprieto el esfínter del tiempo y voy al baño.
ése,
el que cambia libros por pesos,
pido.
Sé de la búsqueda,
del hambre y del aburrimiento de los peces,
atiendo la tienda de la tía.
Un artista que dé buenos espectáculos,
un payaso que nos divierta más,
lloro.
Poemas de verdad,
arte de verdad,
muerte de verdad,
ofrezco pura imitación,
hablo.
También la he buscado,
la basura pasa los martes a las ocho (8),
cuelgo.
Ensayo literario,
prosa poética,
influencia del diablo,
herpes en los labios,
entiendo.
Por las avenidas del desprecio
el ayuntamiento va echando chapopote y grito:
¡Encuentro muy pendejo al espejo!
Guerra y calcetines,
MAYÚSCULAS y minúsculas,
pienso:
Noise en las cabezas de los otros,
ruido,
así le llaman y cuesta varios verdes,
peleo.
Tengo la razón ponchada,
lista para irse al matadero,
silencio,
larga ausencia.
Aquí en medio van todos los puntos que no pongo,
todas las comas y lisuras.
Interferencia de los monstruos,
la señal se pierde entre callejones polisemánticos.
Porque ya se estará muriendo el perro en la central de camiones.
Porque ya se estará pudriendo su cuerpo en el anden número 43.
Porque utilizar el número 3 después del cuatro es recordar los hechos.
En este desorden de ideas mataron en Michoacán a otros 43,
prefiero agua sola, gracias.
Le da identidad a lo que digo estar hablando de asesinos,
hasta la corbata es roja.
Podría utilizar el número 9 pero no lo hago,
el halago del quédate quieto,
nueve.
En el horóscopo dijeron que era el mío,
que tendría un premio chancho.
La suerte echada bajo la predestinación de la cobija,
oro en la fría madrugada.
Papel y lapicero en vez de medios electrónicos,
el envés de la moneda analógica.
Mis sentimientos gatito en la calle,
alimento para aves, pensamientos truncos.
Llueve y tengo gripe,
tengo algo en la nariz,
tengo fluido el sentimiento vago.
Los mocos se me escurren,
el papá mira en la tv al Papa Francisco,
me sueño.
Un gordito con lentes se acerca,
enseña las credenciales del INBA,
te sueño, lo que hago es para ti,
gordito.
Cerca está el velador del estilo,
opinar sobre todo,
sobre nada,
enfermedad del lomo decía Rodrigo.
No llames poesía a tus delirios,
reclama el gordito,
el gusto se destruye cuando hablas.
Amenaza con llamar a la policía si no paro,
aprieto el esfínter del tiempo y voy al baño.
Texto con textos de Ramón
¿Año funesto el dos mil quince? El miércoles trece de mayo a las cuatro con quince minutos murió Ramón Méndez Estrada, muerte unívoca, última reunión de la familia. Poeta, prosador, gran lector, bebedor, fumador, enojón y berrinchudo, un ser humano en toda la extensión y significado de las palabras que van más allá del sentido común, las que se emborrachan; entonces ¿de dónde sacar todo?, si cuando estoy despierto me la paso borracho. Ramón vivió como pudo, es decir, como quiso, disfrutando el sufrimiento, poetizando y meando para no hacer charco; de fondo musical las canciones de Chava Flores, colgó los tenis como Cleto, cierto, pero antes le cantó a la luna que está tan redondota y conoció el barrio, se topó a madrazos con la vida, seguramente pensarás: “éste ya se echó a perder por completo”.
Seguramente su obra alcanzará otros territorios interpretativos más rigurosos y se posicionará en el lugar que merece, sin embargo creo que más allá de la fama y la crítica mamila está la lectura sincera que tanto necesitan los escritores todos. Tomar un libro y leerlo sin pretensiones, disfrutar la lectura, el acto de leer, las imágenes y los conceptos aparecen, a veces una cuestión vital, a veces el golpe de la inmanencia.
Sí, la lectura, de repente, como escondiéndose entre las líneas, aparece el poeta, escuchar al poeta. Pienso que esto fue lo que Ramón quería de sus libros, que la gente los disfrutara y se divirtiera con ellos, porque son divertidos; hay humor a pesar de ser trágicos y desgarradores. Sacrificaré mis ganfritos, mis drogacolas, mis pincheroy. Además, al final, casi sin querer, con un guiño al lector, encontramos la sabiduría del que se ha caído, se aprende mucho del sufrimiento mucho, porque en la obra de Méndez Estrada está su vida entera y maltratada. Es éste un libro de poesía, para gozar, lúdico y divertido, a veces triste, como corresponde a los juegos de la inteligencia. Escribir con sangre y carne y crudo por las mañanas, así era Dramón, el lado moridor le saltaba como venas de albañil. En las venas se me helaba la sangre.
Pocos son los que se arriesgan a seguir sus sueños, tal vez por miedo o por falta de voluntad, tal vez porque es más fácil dejar que los otros decidan, adaptarse. Los que hacen de su vida una obra de arte, los desadaptados, sufren mucho, es cierto, como los demás, como todos, pero este sufrimiento se sublima por el fin que sigue, se transforma en algo más, por eso los artistas, los poetas. Me di cuenta cuánto sufrimos sin remedio.
Ramón no necesita una hagiografía para ser recordado, ni santo ni demonio, y qué bueno, las ortodoxias son muy castrantes. Maldijo, insultó, maltrató a sus amigos, incluso a los más cercanos, a aquellos que lo asistieron en los momentos más difíciles. Sus amigos lo querían mucho, lo quieren, lo queremos, sus desaires, hasta eso, eran creativos. El poeta se madreaba a sí mismo. Los que estaban cerca de él salían salpicados; me sacrificaré una vez más. Estoy en guerra.
También hay que decir que fue padre, amante, ¡Escribió poemas para niños! A su manera era un luchador social, le gustaba contar y que le contaran historias, cuentos decía él. Méndez Estrada dejó cosas inconclusas, se arrepintió en el último momento, confesó pecados por tormentos. Esto es vivir señores, no nos asustemos, hay que equivocarse por obligación ontológica, tirar la toalla y levantarla. Arrojarla de nuevo, levantar la toalla, olvidarse de ella, olvidarse de sí mismo. Convirtió el vino en rosas. Ramón fue dragón, niño y poeta, que es lo mismo al final de cuentas. ¿Qué es lo mismo? La soledad en el dolor.
Morelia
Había una vez, hace mucho tiempo, una ciudad hecha toda de cantera, hasta los corazones de sus habitantes eran de piedra, rosa pero piedra. La gente que aquí vivía estaba muy orgullosa de su acueducto que no llevaba agua a ningún lado, pero se veía bello, hermoso, sublime, algo digno de ser el patrimonio cultural de la humanidad. También existía en esta urbe una catedral muy grande, la más grande de América, sus torres con su campanas recordaban a cada hora, sin retardo, lo guapa que era esta ciudad. Sus edificios coloniales, como cárceles antiguas, eran enormes, majestuosos, para que los ladrones no pudieran entrar en ellos, y servía también para que los turistas alzaran la cabeza al pasar por ahí, admirando la belleza en las alturas, no se daban cuenta de los pobres que pedían limosna en cada calle. Un olor a orines perfumaba el ambiente, el drenaje a las tres de la tarde aderezaba este olor de por sí ya pútrido. Era una ciudad de poetas falsos, de artistas que lo eran únicamente de nomenclatura; realizaban festivales cada semana, ya no sabían qué festejar, no se cansaban de la alta cultura ni tampoco de los edificios que olían a orines a las tres de la tarde, eran muy cultos. Las autoridades de este lugar aprovechaban la distracción del espectáculo constante y robaban a manos llenas, dejando a la ciudad de los artistas sin presupuesto para los festivales. Entonces ocurrió lo inevitable. Ya no había festivales, los músicos empeñaban sus instrumentos, los poetas trabajaban en los periódicos, los bailarines bailaban folclore, los dramaturgos vinieron a menos y se hicieron políticos. Era la decadencia, inevitable destino del que derrocha sin guardar algo para después. Un día, cuando celebraban paupérrimamente un aniversario de algo, no recuerdo qué, a alguien se le ocurrió poner unas bombas al lado de la catedral y en otros lugares muy transitados, tal vez fue una venganza de algún pobre que se hizo terrorista. Las granadas estallaron matando a decenas de personas. En los periódicos, donde escribían los poetas, escondieron la noticia, sin embargo la gente de otros lugares se dio cuenta y ya no visitaron más a la ciudad. Sólo algunos aferrados permanecieron en el sitio, esperando que las campanas sonaran de nuevo, éstas jamás volvieron a vibrar y la ciudad se murió de olvido.
En un instante la poca belleza que existe desaparece y es muy difícil verla surgir de nuevo. La rosa es sumergida en el fango, la bota aplasta al poema, las estrellas se mueren al amanecer, el universo se burla de nuestra ingenuidad. El fin junto al comienzo descendiendo por un oscuro tobogán. Un "siempre" vacío, así vamos por la vida, sin pensar en lo que viene. Ya lo dijo el bibliotecario francés, sólo hay dos temas: el sexo y la muerte; agregaría un tercero entre estos dos: lo absurdo. Arrastro el sentido de las cosas porque así vivo, con la esperanza gusano royendo mis articulaciones artríticas de deseo. Si digo Hola ya me estoy despidiendo.
Sin arte poética
Escribo porque no puedo cantar en inglés, balbuceo un I'am.
Escribo la del estribo.
Escribo para escapar del león.
Escribo como terapia, mover la muñeca lastimada.
Escribo en los baños, públicos diversos.
Escribo y no concurso, vivo de las limosnas de los poetas.
Escribo mientras la luna se llena.
Escribo de un lado a otro, imagino que esto es un paralelepípedo.
Escribo ocurrencias, ya casi todo está dicho.
Escribo cuando la tarde se aleja sin prometer regresar.
Escribo donde no hay permiso.
Escribo los epígrafes de mi derrota.
Escribo, luego ya no.
Escribo la del estribo.
Escribo para escapar del león.
Escribo como terapia, mover la muñeca lastimada.
Escribo en los baños, públicos diversos.
Escribo y no concurso, vivo de las limosnas de los poetas.
Escribo mientras la luna se llena.
Escribo de un lado a otro, imagino que esto es un paralelepípedo.
Escribo ocurrencias, ya casi todo está dicho.
Escribo cuando la tarde se aleja sin prometer regresar.
Escribo donde no hay permiso.
Escribo los epígrafes de mi derrota.
Escribo, luego ya no.
Las chicas sólo quieren divertirse
Es lo mejor, querernos de una esquina a otra,
cada quien su chamba,
avisarnos por si viene la policía,
decirle a las muchachas que cobren 200,
parejo, más el cuarto, incluye preservativo.
Te lanzas por las cocas, de lata para mí,
un señor de sombrero pregunta, 200,
más el cuarto, incluye preservativo,
dice que trae 150, ya qué, pero no hay mamada.
Besos no porque acabo de ir al dentista,
dos posiciones, sin quitarse el sostén,
si me alzas la piernas ya es otra posición,
tienes quince minutos y ya van cinco,
dije que besos no, tengo novio.
Manda un mensaje cuando hayas terminado,
tardo unos diez minutos, igual pasamos a cenar,
pero en la Cueva no porque me hace daño,
mejor unas hamburguesas en la Madero.
cada quien su chamba,
avisarnos por si viene la policía,
decirle a las muchachas que cobren 200,
parejo, más el cuarto, incluye preservativo.
Te lanzas por las cocas, de lata para mí,
un señor de sombrero pregunta, 200,
más el cuarto, incluye preservativo,
dice que trae 150, ya qué, pero no hay mamada.
Besos no porque acabo de ir al dentista,
dos posiciones, sin quitarse el sostén,
si me alzas la piernas ya es otra posición,
tienes quince minutos y ya van cinco,
dije que besos no, tengo novio.
Manda un mensaje cuando hayas terminado,
tardo unos diez minutos, igual pasamos a cenar,
pero en la Cueva no porque me hace daño,
mejor unas hamburguesas en la Madero.
Engendrado
Domingo por la mañana desadjetivada y lánguida, abre un ojo primero otro después, secreciones llenas de remordimientos, almorzar para recordar algo incorrecto, caliente picoso con erección, tacos ahogados los impulsos, posible deshidratación del ánimo. El hijo, persistencia cuestionable, es descrito a medias negras. Flash back, es decir, conciencia de lo que se está siendo en el filme de la vida. Historia o cuento entre amigos que toman caguamas, cervezas oscuras en envase retornable de un litro y medio. En vez de llegar a su cama, propiedad privada y parentesco, entró al lecho materno, sin avisar, contra la intimidad, tan cara que es la castidad después del primer desliz. Sola ella, familia de dos, sola en su cama matrimonial, al fin y al cabo y el milenario incesto y el mal de occidente y también pasa en otros lugares y la mente es débil y vil y más cuando está medio dormida. La progenitora se dejó querer, total fatal carnal, era Maya retorciéndose y era Gea con camisón trasparente, el velo de ladrillo no bastó, estaba abierto, las puertas y las ventanas afean a la mónada, ilusión por voluptuosidad. Ocurrió durante el día diez, apenas comenzaban los festejos, mariachis justificando su existencia, como una maldición terrible que ya se espera, la tragedia se repetía, era el sino inevitable de la estirpe de Lot invertido.
Llegó borracho, un chancho sacrificio a los dioses, único familiar cercano, por eso era imposible el No. Con traje se veía más rollizo, hinchado de tanto trago, con el nudo de la corbata todavía hecho, se decidió, el acto que Jesús no quiere ver pero quiere ver. Ya era costumbre de lumbre el estar alcoholizado la mayoría del tiempo Aión, hasta la madre el codo del día roto, mexicanismos freudianos desde el laberinto de la melancolía. Ser adulto es esto cesto de basura de los traumas y las dudas, muy seguro de sí mismo, como ver a una ambulancia pasar sin taparse los oídos; jamás preguntó qué con lo del Padre, dónde está, por qué se fue, la servidumbre afectiva en un rincón. Entró sin-hacer-haciendo-ruido, según su alterada percepción muñón de neurona, no la despertó, ella ya estaba despierta. Quiere creer que durmió tranquila la mente, como si la hubieran agarrado a patadas, mente dormida jamás será vencida, desmayada y ultrajada. Es la versión subjetivísima, aún faltan los recuerdos del cuerpo puerco de caricias marginales. Satisfacción culpable, ¿la cura será la repetición? Las miradas frontales, lo incómodo de comentarlo enfrentarlo afrontarlo, cambiarse de casa colonia estado país, cualquier indicio de arrepentimiento podría cerrar la posibilidad de la siguiente y la siguiente y la siguiente. Fin en la orilla, con omisión, es como es.
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